jueves, 31 de diciembre de 2015

EL VERBO ERA DIOS

Jn 1, 1-5. 9-18

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios.
Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho.
En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.
Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre.
Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.
la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: - «Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."»
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

LA PALABRA ERA DIOS

En estas cuatro palabras se revela lo más importante que vino a manifestarnos Jesucristo: Él es Dios, el Dios infinito, el Otro más maravilloso y absoluto...

Dios es el indefinible. Dios es Dios. Las palabras se quedan cortas para expresar todo lo que de Dios se puede decir... por eso os invito hoy a meditar y orar con este evangelio de hoy. Lo que resuene en vuestro interior será mucho más de lo que yo os pueda decir porque, como dijo san Agustín "Dios nos es más íntimo que nuestra propia intimidad".

 Buscadle entrañablemente en vuestro interior. 


miércoles, 30 de diciembre de 2015

EL NIÑO IBA CRECIENDO

Lc 2, 36 - 40

Había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro, no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría, y la gracia de Dios lo acompañaba.

HABLABA DEL NIÑO A TODOS

Ana, profetisa, hablaba de Jesús y daba gracias a Dios. Ana sólo aparece en este momento de la vida de Jesús, al salir del Templo, cuando José y María volvieron a Nazaret con Él. Pero nos da una de las mejores lecciones para nosotros en esta sociedad en la que vivimos: "hablaba de Jesús". 

¿Cuántas veces hablamos de Jesús a lo largo del día con los amigos, en el trabajo...? ¿Y cuántas veces damos gracias a Dios? 

A 2000 años vista, Ana, anciana de ochenta y cuatro años, nos recuerda con su testimonio a hablar sin miedo y con orgullo de Jesús de Nazaret y dar gracias a Dios por Él. 

  

martes, 29 de diciembre de 2015

LUZ PARA ALUMBRAR A LAS NACIONES

Lc 2, 22 - 35

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, corno dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.»

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»

LA ESPADA DE MARÍA

El evangelio de hoy nos relata la Presentación del señor en el Templo. Un día especial y bonito para José y María en el que Simeón profetizó sobre Jesús. Lo llamó "LUZ de las naciones" y "GLORIA" de Israel.
Pero también profetizó sobre María. Y por primera vez en el evangelio le revelan a la Virgen el gran sufrimiento que padecerá: "Una espada te traspasará el alma."
¡Cuánto dolor no llevaba impreso esa frase! María no se lo podía imaginar teniendo a Jesús niño en los brazos. Nosotros lo sabemos ahora. Será un dolor terrible el ver a su hijo, entregado en una Cruz.
Hoy, sus padres lo ofrecen en el Templo. En el Calvario Jesús mismo se ofrecerá al Padre por nosotros.


lunes, 28 de diciembre de 2015

SE CUMPLIÓ LO QUE DIJO EL SEÑOR

Mt 2, 13 - 18

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:"Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise."

José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.»

Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.

Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven."


JOSÉ SE LEVANTÓ

Los evangelios no nos hablan a menudo de José. Sólo en momentos puntuales, y muy importantes, nos lo hacen presente. Pero siempre nos enseña lecciones de vida.

Sin brillo, sin hacer ruido, sin hacerse notar, sencillamente hace lo que debe y lo que la responsabilidad de su misión le pide. José es muy consciente de lo delicado y fuerte a la vez de su vocación de padre de Jesús.

Veamos en él un ejemplo de cómo responder a la Voluntad de Dios sencillamente, sin hacer ruido, con responsabilidad y misericordia. 



domingo, 27 de diciembre de 2015

SU MADRE CONSERVABA CUIDADOSAMENTE TODAS LAS COSAS EN SU CORAZÓN

Lc 2, 42 - 52

Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. 

Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: "Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando." Él les dijo: "¿Y por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?" Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.

Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

¿NO SABÍAIS...?

El evangelio de san Lucas nos presenta a Cristo como Señor de la Historia, dueño del tiempo. También subraya la exquisita sensibilidad humana de Jesús. Y las mujeres son protagonistas, tienen un papel decisivo en el plan de Dios, destacando María.

Sorprende que Jesús niño "reprenda" a sus padres. Ya deberían haber sabido que Él se dedicaba a las cosas de su Padre. Ellos conocían las Escrituras, deberían saber quién era...

Sólo tendremos un perfecto conocimiento de Cristo si conocemos las Sagrada Escritura. Y si de esa manera la Palabra revelada forma parte incuestionable de nuestro ser, nuestra vida, fundamentada en la Palabra, se hará respuesta de fe y respuesta de vida. Entonces encontraremos su Rostro en todo lo que nos pasa y en cómo nos pasa.


sábado, 26 de diciembre de 2015

DARÉIS TESTIMONIO

Mt 10, 17 - 22

Dijo Jesús a sus discípulos: "No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará".

 EL ESPÍRITU DE VUESTRO PADRE HABLARÁ POR VOSOTROS

El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia. Da vida a cada uno de nosotros. Es fuente de vida y de santidad y da unidad al Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.

El Espíritu Santo es FUEGO, llama, calor: quema, abrasa y purifica. Es principio de purificación interior, nos renueva interiormente y nos impulsa a vivir con plenitud, "llama de amor viva"...

Jesús dijo que había venido a traer fuego a la tierra y estaba deseando que ardiese. El Espíritu hace arder nuestro corazón, solo así podremos ser luz del mundo. Vive en nosotros, es nuestro Huésped. Y es este Maestro interior el que, cuando todos nos odien por Su nombre, hablará por nosotros. 


viernes, 25 de diciembre de 2015

Y LA PALABRA SE HIZO CARNE

Jn 1, 1 - 18

En el principio existía la Palabra
y la Palabra estaba con Dios,
y la Palabra era Dios.
Ella estaba en el principio con Dios.
Todo se hizo por ella
y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.
En ella estaba la vida
y la vida era la luz de los hombres,
y la luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la vencieron.

Hubo un hombre, enviado por Dios:
se llamaba Juan.
Este vino para  dar testimonio de la luz, 
para que todos creyeran por él.
No era él la luz,
sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera
que ilumina a todo hombre
que viene a este mundo.
En el mundo estaba,
y el mundo fue hecho por ella,
y el mundo no la conoció.
Vino a su casa,
y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron
les dio poder de hacerse hijos de Dios,
a los que creen en su nombre;
la cual no nació de sangre,
ni de deseo de carne,
ni de deseo de hombre,
sino que nació de Dios.
Y la Palabra se hizo carne,
y puso su Morada entre nosotros,
y hemos contemplado su gloria, 
gloria que recibe del Padre como Hijo único,
lleno de gracia y de verdad. 

Juan da testimonio de él y clama:
"Este era del que yo dije:
El que viene detrás de mí
se ha puesto delante de mí,
porque existía antes que yo."

Pues de su plenitud hemos recibido todos,
y gracia por gracia.
Porque la Ley fue dada por medio de Moisés;
la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
A Dios nadie le ha visto jamás:
el Hijo único,
que está en el seno del Padre,
él lo ha contado.

DIOS ES AMOR: LA ENCARNACIÓN

¿Por qué eligió Dios la Encarnación como camino de salvación?

El ocultamiento del Verbo en la persona de Jesucristo es la mayor revelación del amor de Dios a los hombres. El Verbo se hizo carne por amor al Padre, un amor que supera lo imaginable por el hombre y que manifiesta una actitud de total obediencia. 

Pero el Verbo también se encarnó por amor a los hombres, se hizo hombre para revelarnos el amor que Dios nos tiene, y quiso hacerlo de la manera que mejor lo entendiéramos. Si el Verbo se hubiese manifestado en toda su gloria el hombre no hubiera entendido su testimonio. Al haberse revelado en una carne como la nuestra, pobre, rebajado, despojado,... el hombre, en su indigencia, es capaz de entender la ternura con que Dios le ama.

El hecho de que la salvación nos llegue por un hombre nos la hace más alcanzable y creíble. La salvación es don de Dios y nos la ofreció porque nos ama con un amor que nunca podremos entender del todo. Como dijo san Agustín "el amor no tiene más razones que el amor mismo".


jueves, 24 de diciembre de 2015

BENDITO SEA EL SEÑOR

Lc 1, 67 - 79

Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor  a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz". 

POR LA ENTRAÑABLE MISERICORDIA DE NUESTRO DIOS

Misericordia entrañable... misericordia en las entrañas, una misericordia apasionada... así es la misericordia de nuestro Dios. 

Y por esa misericordia nos visitará el SOL que nace de lo alto para iluminar a los que vivimos en tinieblas, guiando nuestros pasos por el camino de la paz. Llega ya el Príncipe de la paz a traer paz a los corazones, llega el Sol que nace de lo alto para iluminar nuestras vidas, llega ya, está a punto de llegar el Rey, el Señor, nuestro Dios...

Que su Misericordia entrañable transforme nuestras vidas y que su inminente llegada nos llene de Amor, Misericordia y Compasión. 


miércoles, 23 de diciembre de 2015

JUAN ES SU NOMBRE

Lc 1, 57 - 66

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a cincuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: "¡No! Se va a llamar Juan". Le replicaron: "Ninguno de tus parientes se llama así". Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre". Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: "¿Qué va a ser de este niño?" Porque la mano del Señor estaba con él.

¡OH EMMANUEL, rey y legislador nuestro!

El evangelio de hoy nos dice que a Zacarías, padre de Juan, "se le soltó la lengua y empezó a hablar, bendiciendo a Dios". 

Bendecir, algo que no solemos hacer. En otros países es muy común pedir "bendiciones" o "la bendición". Bendecir es "decir bien". Muchas veces no ben-decimos, sino que decimos-mal, maldecimos. Y eso no es propio de cristianos.

Pidámosle al Señor, que ya está muy cerca, el don de bendecir, de decir-bien de los demás, de nuestros compañeros, vecinos, amigos... Como nos dice san Pablo, "bendecir, sí, no maldigais".

¡Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor Dios nuestro!


martes, 22 de diciembre de 2015

PROCLAMA MI ALMA LA GRANDEZA DEL SEÑOR

Lc 1, 46 - 56

Y dijo María: "Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora  todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. 

Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.

Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos."

María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa. 

¡OH REY de las naciones!

Sentirnos amados es algo que todo ser humano busca y, como tal, solemos responder con amor. María siente la inmensidad de la grandeza de Dios en Ella, porque es la primera en ser habitada por Dios y llevarlo en sus entrañas para darle vida entre nosotros.

Jesús no buscó poder, ni grandezas, ni siquiera el primer puesto... Buscó la sencillez, la humildad y a alguien que pudiera cumplir su Voluntad: María.

Hoy sintamos como María, demos ese sitio a Jesús dentro de nosotros, acojámosle, para poder después acoger a nuestros hermanos con amor.

¡Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra!



lunes, 21 de diciembre de 2015

¡FELIZ LA QUE HA CREÍDO!

Lc 1, 39 - 45

En aquellos días se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!"

¡OH, SOL que naces de lo alto!

María, Madre de la Misericordia, reaccionó con misericordia ante el anuncio del ángel sobre su prima Isabel. Nos dice el evangelio que "se puso en camino" y eso es lo que debemos hacer nosotros con respecto a la misericordia: ponernos en camino. 

Y nos dice más: "se fue con prontitud". El amor que Dios ha derramado en nuestro corazón debe manifestarse en el gesto y la palabra, la sonrisa, la ayuda, el cariño y la entrega desinteresada. Generosidad, disponibilidad, servicialidad...Cristo mismo en nosotros. Y Ella lo llevó dentro de sí más que ninguno de nosotros. 

Como María, amemos con todo lo que tenemos y lo que somos. Si experimentamos y vivimos en este amor comprobaremos que todo es diferente. 

¡Oh Sol que naces de lo alto, Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia, ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte!


domingo, 20 de diciembre de 2015

IV DOMINGO DE ADVIENTO

Lc 1, 39 - 45

En aquellos días se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!"

¡OH LLAVE DE DAVID, y cetro de la casa de Israel!

¡Feliz la que ha creído!, le dice Isabel a María. La fe de la Virgen fue inconmensurable. Durante toda su vida correspondió con fe a las inspiraciones y mociones del Espíritu como nadie lo ha hecho.

Ninguna criatura ha tenido tanta fe. Es la llena de gracia. Dios la inundó y por ello vivió totalmente para Él. Por esa razón para nosotros es modelo de escucha, docilidad y vivencia de la fe. Ella acogió su misión, se dejó fecundar por el Amor y vivió en plenitud la fe. 

El Espíritu que la inundó es el mismo que nos inundará a nosotros si somos dóciles a su acción en nosotros. Tengamos una fe grande para crecer en amor y entrega. 

¡Oh, Llave de David y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombras de muerte!


sábado, 19 de diciembre de 2015

NO TEMAS, ZACARÍAS

Lc 1, 8 - 20. 24 - 25

Sucedió que, mientras oficiaba delante de Dios, en el turno de su grupo,le tocó en suerte a Zacarías, según el uso del servicio sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso.
Toda la multitud del pueblo estaba fuera en oración, a la hora del incienso. Se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.Al verle Zacarías, se turbó, y el temor se apoderó de él.

El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Juan; te llenarás de alegría, y muchos se gozarán en su nacimiento, porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre,y a muchos de los hijos de Israel, les convertirá al Señor su Dios,e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.»
Zacarías dijo al ángel: «¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad.»

El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva. Mira, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.»Días después, concibió su mujer Isabel; y se mantuvo oculta durante cinco meses diciendo: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor en los días en que se dignó quitar mi oprobio entre los hombres.»

¡OH, RENUEVO del tronco de Jesé!

"Te llenarás de alegría", le dice en ángel Gabriel a Zacarías en el evangelio de hoy. El nacimiento de Jesús está cerca y esto nos debe llenar de alegría. 

La alegría es consecuencia del amor. Si amas, estás alegre. Son incompatibles el amor y la tristeza. Por eso, si llevamos a Dios dentro, debería notársenos en la cara. Somos apóstoles de la alegría: la alegría engendra alegría. 

Es una sensación de felicidad, de gozo inmenso, de ver en cualquier detalle de la vida una razón para ser dichosos. Nos lo dice san Pablo: "Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres".

¡Oh, Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones, ven a librarnos, no tardes más!



viernes, 18 de diciembre de 2015

MARÍA, SU MADRE

Mt 1, 18 - 24

La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros". Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer. 

¡OH, ADONAI, Pastor de la casa de Israel!

En la Encarnación se encuentran indisolublemente unidos Cristo y María. No puede pensarse en la Encarnación sin hacer referencia a la Virgen, puesto que se llevó a cabo, con la libertad de su SÍ, en sus entrañas. Dios la escogió desde siempre para ser madre de Jesús. 

María fue madre y virgen, como la Iglesia, por eso ésta mira hacia la que engendró a Cristo, precisamente para que por la Iglesia nazca y crezca también en los nuestros corazones.

¡Oh, Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ven a librarnos con el poder de tu brazo!


jueves, 17 de diciembre de 2015

GENEALOGÍA DE JESUCRISTO

Mt 1, 1 - 17

Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:
Abraham engendró a Isaac,
Isaac engendró a Jacob,
Jacob engendró a Judá y a sus hermanos,
Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara,
Fares engendró a Esrom,
Esrom engendró a Aram,
Aram engendró a Aminadab,
Aminadab engendró a Naassón,
Naassón engendró a Salmón,
Salmón engendró, de Rajab, a Booz,
Booz engendró, de Rut, a Obed,
Obed engendró a Jesé,
Jesé engendró al rey David.

David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón,
Salomón engendró a Roboam,
Roboam engendró a Abiá,
Abiá engendró a Asaf,
Asaf engendró a Josafat,
Josafat engendró a Joram,
Joram engendró a Ozías,
Ozías engendró a Joatam,
Joatam engendró a Acaz,
Acaz engendró a Ezequías,
Ezequías engendró a Manasés,
Manasés engendró a Amón,
Amón engendró a Josías,
Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos,
cuando la deportación a Babilonia.

Después de la deportación a Babilonia,
Jeconías engendró a Salatiel,
Salatiel engendró a Zorobabel,
Zorobabel engendró a Abiud,
Abiud engendró a Eliakim,
Eliakim engendró a Azor,
Azor engendró a Sadoq,
Sadoq engendró a Aquim,
Aquim engendró a Eliud,
Eliud engendró a Eleazar,
Eleazar engendró a Mattán,
Mattán engendró a Jacob,
y Jacob engendró a José, el esposo de María,
de la que nació Jesús, llamado Cristo.

Así que el total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.

¡OH, SABIDURÍA, que brotaste de los labios del Altísimo!

El evangelio, al explicarnos la genealogía de Jesús nos quiere mostrar que Jesús fue hombre, que se encarnó para ser hombre como nosotros.

El misterio de la Encarnación, el misterio de un Dios hecho hombre, en el que se junta la realidad divina y la humana, confirma la comunión del hombre con Dios, comunión querida y deseada por Él desde siempre. La contemplación del Verbo encarnado debe traducirse en la vida, para que también lo cotidiano exprese todo lo que Cristo es y significa. Que Él se encarne en nosotros para poder decir con Pablo: "ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí". 

¡Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad. ven y muéstranos el camino de la salvación!



miércoles, 16 de diciembre de 2015

¿ERES TÚ EL QUE HA DE VENIR?

Lc 7, 19 - 23

Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?" Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron: "Juan, el Bautista, nos ha mandado a preguntarte: ¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?" Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Después contestó a los enviados: "Id a anunciar a Juan lo que habéis vista y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia. Y dichoso en que no se encandalice de mí".

DICHOSO EL QUE NO SE ESCANDALICE DE MÍ

Vivimos en un mundo en el que ser cristiano no está de moda ni es popular, y menos hacerlo público. No digamos ya "ejercer" de cristiano. Vivimos en una sociedad en la que, desde pequeños nos dicen que ser bueno es sinónimo de ser tonto, una sociedad que nos dice que "si te pegan, tú pega".

¿Cómo no nos va a escandalizar cuando Jesús dice: "Bienaventurados los que lloran", "Amad a vuestros enemigos", "No podéis servir a Dios y al dinero", "No os preocupéis del mañana", "No juzguéis"...?

Vamos contracorriente siendo y viviendo como cristianos. No es fácil, pero estamos alegres. Nos nos escandalicemos de Jesús ni de sus enseñanzas y seremos dichosos.



martes, 15 de diciembre de 2015

UN HOMBRE TENÍA DOS HIJOS

Mt 21, 28 - 32

Dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: 'Hijo, ve hoy a trabajar en la viña". Él le contestó: 'No quiero'. Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: 'Voy, señor'. Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?" Contestaron: "El primero". Jesús les dijo: "Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis".

VE HOY A TRABAJAR EN LA VIÑA

Es muy bonita la comparación que hace Jesús con la viña y el Reino de Dios. Y nos invita a trabajar en su viña, en el Reino. Y, como todo trabajo, este tampoco es fácil, aunque, como nos recordaba hace una semana, su yugo es llevadero y su carga ligera.

Trabajar en la viña del Señor también produce sus frutos en nuestro interior: paz, bondad, amabilidad, paciencia, alegría...son los frutos del Espíritu, los frutos del trabajo en la viña del Señor. Por eso, cuando Dios nos envíe a trabajar en su viña, no cabe otra respuesta: "¡Voy, Señor!"


lunes, 14 de diciembre de 2015

LA AUTORIDAD DE JESÚS

Mt 21, 23 - 27

Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle: "¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?" Jesús les replicó: "Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?" Ellos se pusieron a deliberar: "Si decimos 'del cielo', nos dirá: '¿Por qué no le habéis creído?' Si le decimos 'de los hombres', tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta". Y respondieron a Jesús: "No sabemos". Él, por su parte, les dijo: "Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto". 

¿POR QUÉ NO LE HABÉIS CREÍDO?

A veces algunas situaciones vividas por Jesús nos hacen sonreír por su sencillez, complicidad y pedagogía. En definitiva, la lógica de Dios, que muchas veces en nuestras situaciones diarias nos parece tan ilógica. Por eso hay que ponerse en la dimensión de Dios y sus profetas. 

Dios es siempre más de lo que podemos entender, pero vemos que las palabras y obras de Jesús nos revelan a un Dios que es esencialmente amor. Y ahí, en el amor, estamos en su dimensión, haciéndonos uno en Él. 

Como nos dice san Juan de la Cruz "el amor te lleva a hacerte una sola cosa con Aquel que amas". (CB, XII, 4)


sábado, 12 de diciembre de 2015

III DOMINGO DE ADVIENTO. DOMINGO GAUDETE

Lc 3, 10 - 18

La gente preguntó a Juan: "¿Entonces, qué hacemos?" Él contestó:"El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo". Vinieron también a bautizarse unos publicanos, y le preguntaron: "Maestro, ¿qué hacemos nosotros?" Él les contestó: "No exijáis más de lo establecido". Unos militares le preguntaron: "¿Qué hacemos nosotros?" Él les contestó: "No hagáis extorsión a nadie, ni os aprovechéis con denuncias, sino contentaos con la paga". El pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: "Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.: tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga". Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el evangelio. 

EL PUEBLO ESTABA EN EXPECTACIÓN

Este III domingo de Adviento se llama GAUDETE por la alegría de que el Señor ya está cerca. "¡Regocíjate!", así comienza la lectura del profeta Sofonías de hoy.

 ¡Alégrate, regocíjate! El pueblo está en expectación porque ya llega, ya llega a estar en medio de nosotros. Espera, anhelo, ilusión... ¡Dios llega! Esperémosle, pero con una esperanza activa.

"¿Qué hacemos?" preguntaban a Juan, y eso debemos preguntarnos. Ante la llegada del Señor, ¿qué hacer? Y creo que Juan, en sus diferentes respuestas nos quiso decir "Sed auténticos". 

Autenticidad, sin doblez. Puros, limpios, auténticos. Y alegres. ¡Regocijaos, el Señor está cerca! ¡Alegraos!


ELÍAS

Mt  17, 10 - 13

Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?" Él les contestó: "Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos". Entonces entendieron los discípulos que se refiría a Juan, el Bautista.

EL HIJO DEL HOMBRE VA A PADECER

Admira que Jesús dijera con tanto aplomo que iba a padecer mucho. Valentía y decisión; una misión y una responsabilidad. Hoy no se entiende la palabra sacrificio, no se entiende que alguien "padezca" por otro.  

La Pasión de Cristo no se entiende sin com-pasión. Padeció por nosotros y hoy padece-con nosotros. Compasión, Misericordia... palabras que no se entienden si no se encarnan en hechos.

Jesús padeció mucho. Compadezcámonos mucho nosotros y encarnemos en hechos su Misericordia infinita.


viernes, 11 de diciembre de 2015

LA SABIDURÍA DE DIOS

Mt 11, 16 - 19

Dijo Jesús a la gente: "¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: ' Hemos tocado la flauta y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones y no habéis llorado'. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía y dicen; 'Tiene un demonio'. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: 'Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores'. Pero los hechos dan la razón a la sabiduría de Dios".

AMIGO DE PUBLICANOS Y PECADORES

Jesús era amigo de publicanos y pecadores... no podía ser de otra manera porque Él no juzga injustamente, no condena porque es Misericordia. 

Jesús ve nuestro interior, nuestro corazón. Y allí es verdaderamente donde somos lo que somos. 

Donde otros ven pecadores, Él ve un corazón, un amigo, una persona a la que darse y dar amor. No juzga por lo exterior, sino que nos mira con mirada limpia y desea un encuentro con nosotros, corazón a corazón.

Por eso Él no ve a publicanos o pecadores. Él ve corazones donde derramar amor.


jueves, 10 de diciembre de 2015

JUAN, EL BAUTISTA

Mt 11, 11 - 15

Jesús dijo a la gente: "Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Los profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo. El que tenga oídos, que escuche". 

EL QUE TENGA OÍDOS, QUE ESCUCHE

Vivimos en un mundo lleno de ruidos inútiles. Palabras sin sentido, ruidos que no ayudan a ser persona. Todo es exterioridad y el hombre se olvida de sí mismo.

Estamos faltos de actitud de escucha. Y necesitamos hacer silencio ante Dios y escuchar lo que quiera decirnos. Él espera corazones abiertos para derramar su Vida. La oración es expectación de luz, de salvación y de vida, por eso hay que estar a la escucha, vivir en esa actitud humilde de la escucha.

Escuchar su Voz, su Palabra encarnada en cada uno de nuestros hermanos. Escuchar a Dios en ellos. Y escuchar a Dios en LA PALABRA, que es su Hijo, y que nos dice en este Adviento: "el que tenga oídos, que escuche". 


miércoles, 9 de diciembre de 2015

VENID A MÍ

Mt 11, 28 - 30

Exclamó Jesús: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera".

VENID A MÍ

Estas palabras de Jesús reconfortan el alma. Nos pide que vayamos a Él, que en Él descansemos. Dios ha considerado al hombre digno de Sí. Y quiere hacernos partícipes de su amor. Nos ama con el deseo de ser correspondido. Quiere que el hombre sea plenamente feliz llenándose de la vida de Dios.

Es tan grande en su amor, que es humilde, desea hacernos partícipes de su Ser Amor. Y nosotros no nos acabamos de creer que Dios nos ame de esta manera porque, al creerlo, no podríamos seguir como estábamos.

Él espera corazones abiertos para derramar su Vida y así encontrar nuestro descanso en Él. Su yugo es Amor, por eso su carga es ligera. 


martes, 8 de diciembre de 2015

FIAT


Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: -«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: -«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios, Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Di le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: -«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: -«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: -«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra. »
Y la dejó el ángel.





HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA…
Sólo la libertad de decir sí de la criatura hace posible ver las maravillas que Dios obra en el mundo. Y es que Dios es así con nosotros, ¡¡Nos ama tanto…!! Que pudiendo hacer todo sólo y directamente, quiso hacerlo a través de MARÍA, y Ella lo hace con una sola palabra, para que se haga carne en su vientre la PALABRA: HÁGASE.
Y  así comienza a ser parte viva de la Encarnación del Hijo…en todo como nosotros menos en el pecado.
María, con su actitud, acoge la Palabra, la asume, la vive de forma permanente durante toda su vida y eso la hace primera Discípula de Cristo.
Hoy se abre el Año de la Misericordia, que como María tengamos los mismos sentimientos de Cristo Jesús. 


lunes, 7 de diciembre de 2015

GLORIFICANDO A DIOS

Lc 5, 17-26

Un día que estaba enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones. En esto, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de introducirle, para ponerle delante de él. Pero no encontrando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla a través de la tejas, y le pusieron en medio, delante de Jesús. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: "Hombre, tus pecados te quedan perdonados."
Los escribas y fariseos empezaron a pensar: "¿Quién es este, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?" Conociendo Jesús sus pensamientos,les dijo: "¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados te quedan perdonados' o decir: 'Levántate y anda'? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados,-dijo al paralítico-: 'A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa'." Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios.
El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: "Hoy hemos visto cosas increíbles."

A TI TE DIGO, LEVÁNTATE

Muchas veces nos damos cuenta de que nuestra vida es monotonía en tonos grises. Todo nos resulta rutinario y pesado, tan pesado que nos impide movernos. La monotonía y la desgana nos convierten en paralíticos del alma y esto nos impide e imposibilita crecer "anímicamente", espiritualmente.Y san Pablo nos despierta de esa monotonía: "¿No sabéis que el Espíritu de Dios habita en vosotros?"

 El Espíritu transforma nuestro corazón de piedra en un corazón de carne. Porque es en nuestro propio interior donde se juega lo fundamental de la vida. Dentro de nosotros mismos acogemos o no acogemos la luz del Evangelio, servimos o no servimos a Dios.

"A ti te digo, levántate." Deja de tener tu alma paralizada, levántate. Deja que el Espíritu habite en ti y te levantarás.