sábado, 30 de abril de 2016

NO SOIS DEL MUNDO

Jn 15, 18-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: "No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».


YO OS HE ESCOGIDO


Jesús nos lo dice hoy: nos ha escogido sacándonos del "mundo". Aquí mundo significa todo lo que no es tiene que ver con los valores evangélicos que Él predicó. Y nos ha escogido para que sembremos en ese "mundo" esos valores.

Somos la comunidad de vida y de amor que participamos de su destino y de su vida. Somos la humanidad nueva que hemos vivido la experiencia de un Jesús cercano, al que el "mundo" odia. Por eso también nos odiarán a nosotros, como nos dice el evangelio de hoy.

Él nos ha escogido para que demos fruto. Su elección nos da valor y nos hace capaces de compartir con nuestro prójimo la compasión y ternura de Dios. 



viernes, 29 de abril de 2016

TODO ME LO HA ENTREGADO MI PADRE


Mt 11,25-30


En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»


APRENDED DE MÍ


El evangelio de hoy nos muestra a Jesús dando gracias al cielo por los pequeños y sencillos. Lo pequeño siempre llama la atención de Dios.

Y nos dice:" Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón". No nos dice que aprendamos de Él a hacer milagros, ni a multiplicar panes, ni a... solo nos pide que aprendamos de Él a ser mansos y humildes.

La humildad es la virtud de los pequeños, aunque seamos grandes en cualquier sentido. Humildes de corazón, como Jesús, el Rey de reyes, cuyo trono fue un burrito en tantas ocasiones. "Aprended de mí..."



jueves, 28 de abril de 2016

PERMANECED EN MI AMOR

Jn 15, 9-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».


PARA QUE MI ALEGRÍA ESTÉ EN VOSOTROS


Jesús dice, nos dice, a sus discípulos que la manera de permanecer unidos a Él es por el amor y la alegría. Así daremos fruto.

Nuestra comunión de vida con Él se basa en la comunión de Jesús con su Padre, la que tienen desde toda la eternidad, permaneciendo en amor mutuo.

Y nos pide que nosotros también seamos partícipes de ese amor guardando sus mandamientos, que Él resumió en dos: "Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo."



miércoles, 27 de abril de 2016

YO SOY LA VERDADERA VID

 Jn 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».


PERMANECED EN MÍ


Como el sarmiento unido a la vid, al que da vida, alimenta y da vigor, así debemos estar unidos a Cristo, permaneciendo en Él, que es quien nos alimenta y da vida.

Separados de Jesús no podemos dar fruto y, como dijo san Pablo, "todo lo puedo en aquel que me conforta". Estando en Él, lo podemos todo.

Por Cristo, con Él y en Él, orando desde Él, siendo sus brazos y su presencia en medio del mundo. Y así Él permanecerá en nosotros.



martes, 26 de abril de 2016

ALUMBRE ASÍ VUESTRA LUZ

Mt 5, 13-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo. No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».


LA LUZ Y LA SAL


Sal y luz, así debemos ser para los demás. Al conocer a Jesús y su plan de amor para nosotros, nos convertimos en sal y luz para el mundo.

La sal da sabor, es un pellizco de vida y protege de la podredumbre a lo que está vivo. Así como las sombras son sinónimo de muerte, así la luz es sinónimo de vida.

Por ser discípulos del Maestro somos así: luz y sal. SI damos vida y luz seguiremos llevando el Evangelio al mundo. Como la sal, desde dentro, sin que se vea y como la luz, brillando como verdaderos cristianos.



lunes, 25 de abril de 2016

PROCLAMAD A TODOS LA BUENA NOTICIA

Mc 16, 15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.» Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.



EL MISMO SEÑOR LOS AYUDABA


Marcos, en el evangelio de hoy, nos habla de la "Buena Noticia". Jesús siempre es la Buena Noticia que tenemos que anunciar. No la hay mejor.

Debemos mostrar a los demás el verdadero rostro de Jesús, caminando a su lado. Y al lado de todos, sin excepción. Proclamar a toda la creación que existe un mundo mejor.

Y el mismo Señor nos ayuda a proclamar su mensaje de Luz y Bondad, de Amor y Ternura, de Ofrenda y Humildad: "Id por todo el mundo..."



domingo, 24 de abril de 2016

V DOMINGO DE PASCUA. CONVERSIÓN DE SAN AGUSTÍN

Jn 13, 31-33a. 34-35

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Sí Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos : si os amáis unos a otros».


COMO YO OS HE AMADO


Solo debemos construir sobre el amor para que lo que hagamos tenga una base firme. Y con amor llegaremos a la perfecta alegría.

"Como yo os he amado", así debería ser, amar como Él amó, con toda la fuerza de su Corazón y con la más absoluta falta de interés. Los amores interesados no aman como Él nos amó.

Señor, danos un Corazón como el tuyo, un corazón volcado y derramado hacia los demás, un Corazón que, como el Pan, se parta y se comparta en misericordia hacia los demás. 

"Ama y haz lo que quieras" (San Agustín)



sábado, 23 de abril de 2016

MUÉSTRANOS AL PADRE

Jn 14,7-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si me conocéis a mi, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mi, hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mi. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mi, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».


LO QUE PIDÁIS EN MI NOMBRE


Cristo estará con nosotros hasta el final de los tiempos intercediendo por nosotros, es el que garantiza la gracia que nos consiguió en la Cruz para siempre.

Él no solo es Camino, sino también es Puente entre nosotros y el Padre. Y también es la Meta. Camino de salvación, Puente hacia el Padre y Meta a la que llegaremos por su gracia infinita,.

Por eso nos dice hoy que cualquier cosa que pidamos al Padre por medio de Él, lo hará para que el Padre sea glorificado. Amor gratuito que se da por nosotros. 



viernes, 22 de abril de 2016

NO ESTEIS ANGUSTIADOS

Jn 14, 1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino». Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».


YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA


El evangelio de hoy nos confirma una cosa: que hay esperanza. Confiemos en Él. ¡Él es la vida! 

Nos llevará al lugar que nos ha preparado y nos llevará consigo. Sabemos por dónde ir. ¡Él es el Camino!

Él nos da su Palabra, es el único que da palabras de vida eterna y es una Palabra de verdad. ¡Él es la Verdad!

Nos dio la VIDA en la Cruz y en la Última Cena; nos dio el Pan para el CAMINO y nos dio una VERDAD en la que creer.



jueves, 21 de abril de 2016

YO SÉ BIEN A QUIÉNES HE ELEGIDO

Jn 13, 16-20

Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo: «En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: "El que compartía mi pan me ha traicionado." Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy. En verdad, en verdad os digo: el que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado».


DICHOSOS VOSOTROS


Dichosos  vosotros si compartís el Pan.

Dichosos vosotros si practicáis lo que enseñó Jesús.

Dichosos vosotros si perdonáis de corazón a vuestro hermano.

Dichosos vosotros si los pequeños son los más importantes en vuestra vida.

Dichosos vosotros si creéis que Dios es Amor y Misericordia.

Dichosos vosotros si vivís la Palabra.

Dichosos vosotros si entregáis el corazón a la mejor de las causas: Jesús.





miércoles, 20 de abril de 2016

YO SOY LUZ

Jn 12, 44-50

En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre».


NO SERÉ YO QUIEN CONDENE

Meditar sobre el evangelio de hoy es introducirse en el Corazón de Cristo. Nos ofrece lo más profundo de su predicación al decirnos que es la luz y que ha venido al mundo para que éste no siga en tinieblas.
Y sigue:"No seré yo quien condene". ¡Qué imagen tan diferente nos muestra a la que suelen darnos de Él los hombres...! Cristo se nos da a todos para nuestra salvación.
Enseña lo que le ha dicho el Padre, los mandamientos, su mensaje es el que nos juzgará. Respondamos con coherencia y honestidad y seamos fieles a su mensaje.


martes, 19 de abril de 2016

YO Y EL PADRE SOMOS UNO

Jn 10, 22-30

Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente». Jesús les respondió: «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado, es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».


SI TÚ ERES EL MESÍAS...


En este evangelio apremian a Jesús para que diga manifiestamente si Él era el Mesías. Ellos lo esperaban, esperaban a un Mesías liberador de la opresión romana y que traería prosperidad económica. 

Por eso al ver lo que Jesús hacía no se correspondía con lo que esperaban. Un Mesías triunfador no podía estar pendiente de "los pequeños", un  Mesías rey no podía reinar en una Cruz...

Y nosotros, ¿creemos en Jesús? ¿Creemos que es el Mesías que vino a liberarnos de nuestras esclavitudes? ¿Creemos en su Amor? 



lunes, 18 de abril de 2016

YO SOY LA PUERTA DE LAS OVEJAS

Jn 10, 1-18

En aquel tiempo, dijo Jesús: «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».


YO HE VENIDO PARA QUE TENGAN VIDA


Cristo resucitado es la puerta por la que entramos a una vida nueva. Y nos invita a entrar en Él, a entrar en su Vida y hacer, a su vez, que entre en nuestra historia.

Es la puerta por la que llegamos a Dios; su ejemplo y su entrega por nosotros es su manera de decirnos cómo debemos entregarnos a los demás.

Es la puerta, sigamos sus pasos, entremos en Cristo, dejemos que sea nuestro Pastor bueno, fiémonos de su voz para tener vida y tenerla abundante.



viernes, 15 de abril de 2016

EXCEPCIONALMENTE...

Los que seguís este blog sabéis que publicamos a diario nuestro comentario del Evangelio. Este fin de semana, excepcionalmente, os dejamos en el día de hoy los comentarios de este sábado y domingo. Pidamos por las vocaciones en este Domingo del Buen Pastor. 



SÁBADO, 16 de abril

ES EL ESPÍRITU EL QUE DA VIDA


Juan 6, 60-69

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?» Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, hay algunos de vosotros que no creen». Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede». Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Simón Pedro le contestó:  «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios».


TÚ TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA


Pedro tuvo mucha razón al pronunciar esta frase porque sólo Jesús tiene palabras de vixda eterna. Es más, Él es la Palabra.

Palabra del Padre, expresión insondable de su Amor, Alfa y Omega, Vida, Camino, Fuente, Roca, Fuego, Ternura, nuevo Adán, Compasión, hijo de María, Misericordia...

Señor, ¿a quién iremos? Sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo tienes palabras de vida. Llévanos a Ti.   







IV DOMINGO DE PASCUA, DOMINGO DEL BUEN PASTOR

Jn 10, 27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».


MIS OVEJAS RECONOCEN MI VOZ



Jesús es el Buen Pastor, que nos cuida, nos protege y defiende y en el que confiamos, ya que está totalmente entregado a nosotros.

El evangelio de hoy nos dice que Jesús nos conoce, nos da vida, nadie puede arrebatarnos de Él...Nuestra fuerza está en Él y si caminamos por cañadas oscuras, su vara y su cayado nos tranquilizan.

Jesús, Tú eres mi Buen Pastor.




EL QUE COME DE ESTE PAN VIVIRÁ PARA SIEMPRE

Jn 6, 52-59

En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.


EL QUE ME COMA VIVIRÁ GRACIAS A MÍ


Veinte siglos más tarde de que Jesús pronunciara esa frase podemos entender algo más de ella que los que la escucharon en directo. Aun así, sigue siendo impactante.

Jesús, el enviado del Padre, nos da Vida con su Cuerpo. Los que comemos su Cuerpo y bebemos su Sangre en la Eucaristía nos hacemos uno con Él, participamos de su Vida y habita en nosotros.

A partir de ahí, esa Vida que recibimos debemos darla a los demás; comulgar su Carne y Sangre nos compromete a que esa Vida se haga vida en todos. 






jueves, 14 de abril de 2016

QUIEN CREE TIENE VIDA ETERNA

Jn 6, 44-51

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios."Todo el que escucha al Padre y aprende viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».


EL PAN QUE YO VOY A DAR ES MI CARNE ENTREGADA


El evangelio en esta semana nos está mostrando el discurso que hizo Jesús sobre el Pan de vida. Hoy la liturgia nos ofrece una frase de Jesús que chocó en las mentes de los que le escuchaban: "El Pan que yo voy a dar es mi carne entregada".

"¿Cómo puede este darnos a comer su carne?"  Su carne entregada hacía referencia a la Cruz y a la Eucaristía. Su carne y su sangre son la prueba de su amor hecho pan partido.

Jesús es el Pan y nos da el Pan. Se parte y se reparte, se entrega a Sí mismo para y por nosotros. Se nos da en Amor para que tengamos vida eterna. 



miércoles, 13 de abril de 2016

YO SOY EL PAN DE VIDA

 Jn 6, 35-40

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».


YO NO RECHAZARÉ AL QUE VENGA A MÍ


Jesús, en el evangelio de hoy, nos hace una serie de confidencias que tienen mucho que ver con nuestra fe. Él es la respuesta a la esperanza de cada uno de nosotros.

Jesús no rechaza a nadie, lo único que nos pide es fe en Él. El Padre nos ha encomendado a su protección y Cristo nos atrae hacia Él con la alegría de un corazón enamorado de sus criaturas.

Nosotros, que hemos optado por Él, debemos ser testigos de esa alegría, esa esperanza y ese amor ante los demás. No rechacemos a nadie ya que Él no nos rechaza a ninguno de nosotros. 



martes, 12 de abril de 2016

EL PAN DEL CIELO

Jn 6, 30-35

En aquel tiempo, en gentío dijo a Jesús: «¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Pan del cielo les dio a comer"». Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan». Jesús les contestó: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed».


YO SOY EL PAN DE VIDA


Cristo nos alimenta a diario con su Cuerpo y su Palabra. Palabra que da vida y alimento que bajó del cielo para dar vida al mundo. 

Viviendo con Él y en Él, siendo a diario en Él nadie ya tendrá hambre y creyendo en Él nunca tendremos sed. Jesús sacia nuestro interior con el Pan de vida y su inagotable ternura.

Comamos de ese Pan, bebamos de esa Palabra y, con agradecimiento sepamos contemplar en la Eucaristía el regalo del Padre al mundo. 



lunes, 11 de abril de 2016

¿QUÉ TENEMOS QUE HACER?

Jn 6,22-29

Después de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el mar. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos. Entretanto, unas barcas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?» Jesús les contestó: «En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios». Ellos le preguntaron: «Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?» Respondió Jesús: «La obra de Dios es ésta: que creáis en el que él ha enviado».


LA OBRA DE DIOS ES QUE CREÁIS EN EL QUE ÉL HA ENVIADO


Jesús nos dice en el evangelio de hoy que no pongamos nuestra atención en los milagros que hace, que eso no nos distraiga de lo verdaderamente importante: el hecho más importante no son sus obras porque la obra de Dios es que creamos en el que Él ha enviado.

Contemplar la creación, redescubrir que todo ha sido creado para nosotros por amor nos lleva a alabar, a agradecer cada pequeño milagro cotidiano. Y esta contemplación nos debe llevar a Dios. 

Estemos atentos a lo pequeños signos de Dios en nuestra vida y en nuestro mundo y contemplemos en ellos al Dios de nuestra vida y nuestra historia.




domingo, 10 de abril de 2016

III DOMINGO DE PASCUA

Jn 21, 1-14

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberiades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo; Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo». Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?». Ellos contestaron: «No». Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. » La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro: «Es el Señor». Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger». Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Vamos, almorzad». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.


ECHAD LA RED


Después de la Resurrección Jesús se apareció a los discípulos y en esta ocasión que nos ofrece hoy el evangelio, habían ido a pescar.

Ellos, pescadores, fueron a faenar de noche y no pescaron nada. A nosotros se nos encomendó ser pescadores de hombres y muchas veces nos encontramos "de noche" y sin fruto de nuestro afán.

Pero reconocemos al Señor y se nos quitan los miedos y las angustias, vuelve la luz y entendemos que lo único que se pide es que le amemos. Nos lo dice a nosotros: "¿Me amas...?"





sábado, 9 de abril de 2016

CAMINANDO SOBRE EL LAGO

Jn 6, 16-21

Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar, embarcaron y empezaron la travesía hacia Cafárnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando. Habían remado unos veinticinco o o treinta estadios, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el mar, y se asustaron. Pero él les dijo: «Soy yo, no temáis». Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio a donde iban.


SOY YO, NO TEMÁIS


Una imagen de evangelio de hoy es la barca con los discípulos significando la Iglesia que camina y crece a pesar de las dificultades.

Aun así, la mayor de ellas no viene de fuera, sino de la falta de confianza en Jesús, de no saber reconocerlo y de no tener fe en Él.

Tenemos miedo a lo que sobrevendrá, pero Él nos dice: "Soy yo, no temáis". ¡Qué calma y paz nos dan esas palabras...! Tengamos la valentía de seguir adelante, pero siempre con Él y en Él. 




viernes, 8 de abril de 2016

LO SEGUÍA MUCHA GENTE

Jn 6, 1-15

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?». Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero, ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda». Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo». Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.


CINCO PANES Y DOS PECES


Eucaristía, Pan, Don, compartir, repartir, hasta quedar saciado... Todas estas palabras quedan reflejadas en el evangelio que hoy nos ofrece la liturgia.

Jesús hace uso de su generosidad y magnificencia para dar de comer a una multitud hambrienta. En esta ocasión, hambrienta de pan. Pero también Jesús es generosos y dadivoso cuando estamos hambrientos de paz, ternura, misericordia... Dios nos sacia.

Un niño tenía cinco panes y dos peces... Nosotros, niños ante Dios, también le ofrecemos lo que tenemos para que Él lo multiplique en beneficio de los demás.