martes, 31 de mayo de 2016

FIESTA DE LA VISITACIÓN DE LA VIRGEN


Lc 1, 39-56


En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá». María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre». María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.


BENDITA TÚ ENTRE LAS MUJERES


En la Fiesta de la Visitación de la Virgen María a su prima santa Isabel el evangelio nos ofrece el cántico del Magníficat proclamado por María desde su más profunda espiritualidad.

Invadida por el gozo y la alegría de estar llena del Todopoderoso canta al Señor las grandes obras que ha hecho en Ella y alaba su eterna misericordia.

Nosotros, fijándonos en María, debemos alabar también al Señor con alegría, cantando sus dones y ofreciendo misericordia en favor de nuestro prójimo por siempre.



lunes, 30 de mayo de 2016

UN HOMBRE PLANTÓ UNA VIÑA


Mc 12, 1-12


En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos: «Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó un torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos. A su tiempo, envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de la viña. Ellos lo agarraron, lo azotaron y lo despidieron con las manos vacías. Les envió de nuevo otro criado; a éste lo descalabraron e insultaron. Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos, a los que azotaron o los mataron. Le quedaba uno, su hijo amado. Y lo envió el último, pensando “Respetarán a mi hijo”. Pero los labradores se dijeron: "Éste es el heredero. Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia". Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, hará perecer a los labradores y arrendará la viña a otros. ¿No habéis leído aquel texto de la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"?» Intentaron echarle mano, porque comprendieron que había dicho la parábola por ellos; pero temieron a la gente, y, dejándolo allí, se marcharon.


 SE PUSO A HABLAR EN PARÁBOLAS


Jesús enseñaba con parábolas para que entendieran mejor el mensaje del reino que había venido a enseñar. En el evangelio de hoy nos habla de la parábola de la viña.

Nosotros somos esa viña plantada, cercada, cavada y cuidada por Dios. Él nos ama. nos cuida con delicadeza de madre, con ternura...¡Dios se desvive por nosotros!

Incluso nos dio a su Hijo. No seamos como los labradores de la parábola, que lo maltrataron y lo mataron, sino que hagamos fructificar la viña con frutos de buenas obras, alabando al Buen Dios por los beneficios que nos regala continuamente.



domingo, 29 de mayo de 2016

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO


Lc 9, 11b-17


En aquel tiempo, Jesús se puso hablaba a la gente del reino de Dios y sanaba a los que tenían necesidad de curación. El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado». Él les contestó: «Dadles vosotros de comer». Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo esta gente». Porque eran unos cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: «Haced que se echen sienten en grupos de unos cincuenta cada uno». Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos. Entonces, tomando él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.



COMIERON TODOS Y SE SACIARON


Cuando los discípulos avisan a Jesús de que la multitud que les seguía tenían que descansar y comer, Él mismo les dice: "Dadles vosotros de comer". Los discípulos de Jesús, por serlo, participan de la misma misión que el Maestro.

Y Él se nos dio en su Carne y Sangre absolutamente y porque quiso. Así nosotros debemos darnos a los demás, amando a nuestro prójimo como Él nos amó. 

Amor, Eucaristía, entrega, ofrenda, para salvación de todos, por nosotros, por amor, por que así lo quiso, para que nadie pasara hambre:  Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo para que tengamos vida y la tengamos en abundancia.


sábado, 28 de mayo de 2016

¿CON QUÉ AUTORIDAD HACES ESTO?


Mc 11, 27-33


En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras este paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le decían: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad para hacer esto? ». Jesús les respondió: «Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era del cielo o de los hombres? Contestadme». Se pusieron a deliberar: «Si decimos que es del cielo, dirá: "¿Y por qué no le habéis creído?" ¿Pero como vamos a decir que es de los hombres?». (Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta.) Y respondieron a Jesús: «No sabemos.» Jesús les replicó: «Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».



¿QUIÉN TE HA DADO SEMEJANTE AUTORIDAD?


La forma de enseñar de Jesús llamaba la atención porque no era como enseñaban los maestros de la ley de entonces. Enseñaba con autoridad, no como el que domina, no como el que desprecia a los demás por no saber.

Y los contemporáneos de Jesús dudaban de esa autoridad y le exigían garantías y señales. Pero Él les había dado ya muchas señales de que su autoridad venía de Dios, de su ser Hijo. Aun así, buscaban un motivo para condenarlo.

Nosotros también disponemos de señales suficientes para reconocer que Jesús es el enviado del Padre. Y nos dio libertad para creer en el amor gratuito de Dios hacia nosotros. Fe, libertad y amor siempre van estrechamente unidos. 



viernes, 27 de mayo de 2016

TODO EL MUNDO ADMIRABA SU ENSEÑANZA


Mc 11, 11-26


Después que el gentío lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, en el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, salió hacia Betania con los Doce. Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo: «Nunca jamás coma nadie de ti». Los discípulos lo oyeron. Llegaron a Jerusalén, entró en el templo, se puso a echar a los que vendían y compraban en el templo, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo. Y los instruía, diciendo: «¿No está escrito: "Mi casa será casa de oración para todos los pueblos?" Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos». Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo admiraba su enseñanza, buscaban una manera de acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad. A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: «Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado». Jesús contestó: «Tened fe en Dios. En verdad os digo que si uno dice a este monte: "Quítate y arrójate al mar", y no duda en su corazón, sino que cree en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que os lo han concedido, y lo obtendréis. Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas».


TENED FE EN DIOS


El evangelio de hoy nos quiere hacer entender la enseñanza de Jesús sobre la fe y la confianza en Dios. Fiarse en poner toda nuestra potencialidad de hacer y pensar en manos de otro, en este caso, del absolutamente Otro. 

Dios no puede querer nunca nada malo para nosotros, al contrario, por decirlo a nuestra manera humana, Dios está "deseando" derramar su Amor en nuestros corazones. Y ese deseo conlleva una respuesta por nuestra parte.

Dios se nos revela en su Palabra y su Amor y nuestra respuesta es la FE. Una fe meditada y pasada por nuestra inteligencia y nuestro corazón, una fe madura y que es capaz de responder con confianza plena al Padre. 



jueves, 26 de mayo de 2016

EL CIEGO BARTIMEO


Marcos 10, 46-52


En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: -« Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama». Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver». Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.


MAESTRO, QUE VEA


En tiempo de Jesús los ciegos, lisiados, cojos, enfermos, leprosos...eran marginados, considerados los olvidados de Dios. Y precisamente por ello fueron los más queridos por Jesús.

En el evangelio de hoy el ciego Bartimeo, sentado al borde del camino, suplicó al Señor que le concediera ver. ¡Cuántas veces nosotros, sentados al borde del camino de la vida, ciegos, sin ver, le pedimos al Señor un poco de luz...!

Sólo necesitamos un poco de fe para que se haga la claridad en nuestro interior y en nuestra vida. "Maestro, que vea con la claridad de tu luz". 



miércoles, 25 de mayo de 2016

ESTAMOS SUBIENDO A JERUSALÉN


Mc 10, 32-45


En aquel tiempo, los discípulos iban subiendo por el camino hacía Jerusalén y Jesús iba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que lo seguían tenían miedo. Él tomó aparte otra vez a los Doce y empezó a decirles lo que le iba a suceder: «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán y a los tres días resucitará». Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir». Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?». Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?». Contestaron: «Podemos». Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo, sino que es para quienes está reservado». Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, llamándolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».





EL QUE QUIERA SER GRANDE, SEA VUESTRO SERVIDOR


Jesús no riñe a los discípulos que le piden ser primeros en la gloria del Reino queriéndose sentar a su derecha y a su izquierda, sino que les dice si pueden ser iguales a Él en su cáliz.

Nos presenta el verdadero sentido del servicio; Él ha venido a servir y así debe ser entre nosotros. El servicio desinteresado debe ser el tamiz por el que pasemos nuestras acciones diarias.

Lo que distingue al cristiano es su "no-interés" al hacer las tareas cotidianas en el servicio. Un servir sin esperar nada a cambio, un servicio alegre y de corazón, tomando como modelo a Jesús, que vino a servir, no a que le sirvieran.  



martes, 24 de mayo de 2016

MUCHOS PRIMEROS SERÁN ÚLTIMOS


Mc 10, 28-31


En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más - casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones - y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».


CIEN VECES MÁS, CON PERSECUCIONES


El seguimiento de Jesús y el compromiso de vivir según el evangelio nos proporciona satisfacciones  y serenidad de espíritu. Alegría interior porque descansamos en Él.

Pero Jesús en el evangelio de hoy nos dice que el que lo deja todo por Él y por el evangelio tendrá cien veces más, pero con persecuciones. Vivir un compromiso profundo y sincero con el estilo de vida de Jesús también trae incomprensiones por parte del mundo.

Vivir con Cristo, por Él y en Él con coherencia, siendo los últimos, es como nos quiere el Señor. Así tendremos el ciento por uno, con persecuciones, sí, pero con la mayor de las alegrías: ser en Cristo. 




lunes, 23 de mayo de 2016

DIOS LO PUEDE TODO


Mc 10, 17-27

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre». Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño». Jesús se le quedó mirándolo, lo amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme». A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!» Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios». Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?». Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».


MAESTRO BUENO


Aquel joven que se acercó al Señor a preguntarle sobre la vida eterna, le llamó Maestro bueno. ¡Y qué razón tenía! Jesús es el mejor Maestro, porque es un Maestro bueno.

A este joven lo miró con cariño y le invitó a seguirle desde la entrega de todos sus bienes para dárselo a los pobres. Y este joven se marchó porque estaba apegado a lo material.

Pero el Maestro, en vez de reprocharle nada, se puso a enseñar a los demás sobre el Reino, la libertad y la disponibilidad. Seguirle en totalidad es una tarea difícil, pero como nos dice Jesús hoy, "Dios lo puede todo". 



domingo, 22 de mayo de 2016

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD


Jn 16, 12-15


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».


ÉL ME GLORIFICARÁ


Hoy la Iglesia celebra la Solemnidad de la Santísima Trinidad y también la Iglesia este día lo dedica a rezar por la Vida Contemplativa, monjes y monjas que dedican su vida, en la soledad sonora, al encuentro con Dios.

Buscadores de Dios, especialistas en la oración, que expresan con su vida un amor gratuito, glorificando al Padre, al Hijo y al Espíritu, dando a Dios el primer puesto sobre todas las cosas.

El Espíritu glorificó a Jesús, y todo lo que tenía Jesús era del Padre, La Trinidad Santísima tiene una especial comunión y así debe ser la nuestra con Dios, siendo contemplativos allá donde estemos. 



sábado, 21 de mayo de 2016

DEJAD QUE LOS NIÑOS SE ACERQUEN A MÍ


 Mc 10, 13-16


En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad. que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él». Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.


DE LOS QUE SON COMO ELLOS ES EL REINO DE DIOS


Hoy el Señor nos pone de ejemplo a los niños. Y sorprende, porque en aquella época se marginaba a los niños, a algunos enfermos, a las mujeres, a los ciegos,...

Jesús no marginó a nadie, todos tuvieron cabida en su corazón. Y se atrevió a decir, con la total libertad que lo caracterizaba, que nos hiciéramos niños para entrar en el Reino. 

Los niños son inocentes, de corazón blanco, sin rencores,... así nos quiere Jesús, pequeños de gran corazón, para no marginar a nadie, Así también era Jesús, por eso llamaba a Dios "Papá". Aprendamos de Él, una vez más y seamos niños en brazos de Papá. 



viernes, 20 de mayo de 2016

LOS CREÓ HOMBRE Y MUJER


 Mc 10, 1-12


En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordanía; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba. Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba: «¿Le es licito a un hombre repudiar a su mujer?». Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?». Contestaron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre». En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. El les dijo: «Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».


SEGÚN COSTUMBRE, LES ENSEÑABA


Jesús es el mejor pedagogo y, como tal, solía enseñar de palabra y de obra, con el Corazón; convencía por su persona.

De Él debemos aprender a convencer con nuestras obras, que es el mejor argumento, siendo nosotros los primeros convencidos de que Jesús es el verdadero fundamento de la vida.

Tengamos corazón de niño y sigamos el camino de la humildad; sólo así seremos capaces de tener un corazón abierto a las enseñanzas de Jesús. 



jueves, 19 de mayo de 2016

JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE


Lc 22, 14-20


Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: «He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios». Y, tomando una copa, pronunció la acción de gracias y dijo: «Tornad esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.» Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía». Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo: «Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros».


ESTO ES MI CUERPO


En esta fiesta tan especial que hoy nos ofrece la Liturgia nos recuerda el evangelio que Jesús, como Sumo Sacerdote se ofreció por nosotros en la Cruz y en la Eucaristía.

¡Qué sentimientos no aflorarían en los Apóstoles al recordar la Última Cena con Jesús! Cristo ofreciendo el Pan partido y repartido, sacramento de la Unidad y del Amor.

Meditemos hoy esa actitud de entrega que nos recordará cuál debe ser nuestra entrega de amor hacia nuestros hermanos: "Amaos como Yo os he amado".



miércoles, 18 de mayo de 2016

NO ES DE LOS NUESTROS


Mc 9, 38-40


En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros». Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque quien hace un milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mi. El que no está contra nosotros está a favor nuestro».


EL QUE NO ESTÁ CONTRA NOSOTROS...


En esta ocasión nos narran los evangelios una enseñanza de Jesús: Él no pertenece a nadie,no es propiedad de nadie. 

Era amigo de todos y todo el que actúa "en su nombre" no puede pretender nada malo. Acogió a todo el que lo acogió a Él.

Tampoco seamos nosotros los que acaparemos a Jesús. Todos tenemos valores que hacen de este mundo un mundo mejor. Dios es siempre MÁS y se nos muestra por donde menos lo podríamos imaginar. 



martes, 17 de mayo de 2016

QUIEN QUIERA SER EL PRIMERO, QUE SEA EL ÚLTIMO


Mc 9, 30-37


En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».



QUIEN QUIERA SER EL PRIMERO, QUE SEA EL ÚLTIMO


Mientras iban cruzando Galilea, Jesús les explicaba a sus discípulos que lo matarían, pero que resucitaría. Pero ellos no entendían el lenguaje de la Cruz.

Al contrario, se pusieron a discutir por el camino quién de ellos era el más importante. No habían comprendido que la humildad y la sencillez son las que conquistan el Corazón de Dios.

Y veinte siglos después aún seguimos sin entender y Jesús nos tiene que repetir que los primeros en su Corazón son los pequeños y a esos hay que servir. Cuando lo hagamos ya no importará quién es el primero, sólo importará el amor con el que servimos. 



lunes, 16 de mayo de 2016

CREO, PERO AYUDA MI FALTA DE FE


Mc 9, 14-29


En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. Él les preguntó: «¿De qué discutís?» Uno de la gente le contestó: «Maestro, te he traído a mí hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces». Él, tomando la palabra, les dice: «¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo». Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?» Contestó él: «Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos». Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe». Entonces el padre del muchacho se puso a gritar: «Creo, pero ayuda mi falta de fe». Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él». Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie. Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?» Él les respondió: «Esta especie sólo puede salir con oración».


TODO ES POSIBLE AL QUE TIENE FE


La fe no se puede reducir a unas cuantas verdades retenidas en nuestra memoria o unos principios teóricos de la razón o la inteligencia.

La fe es el motor de la vida del cristiano, el principio de la relación personal con Dios y con los hermanos, y la firmeza que abarque todo en la vida.

No creemos en algo, creemos en Alguien. y el que cree en Él vivirá para siempre,y nos ha traído vida y vida abundante. Si Jesús reina en nuestras vidas, todo será posible. 



domingo, 15 de mayo de 2016

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS


Jn 20,19-23


Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»


RECIBID EL ESPÍRITU SANTO


En el día grande que celebramos hoy, Pentecostés, debemos recordar que el Espíritu es el dulce huésped del alma, que sólo viene a hacernos bien. Abrámosle siempre las puertas, pidámosle consejo.

Cuando oremos, no prescindamos de Él, Quiere ser nuestro gozo, nuestra paz, nuestro amigo, quiere habitar en nosotros, ser el guía de nuestra vida. Quiere grabar en nuestro corazón el amor de Cristo. 

Por eso podemos descansar en Él con confianza y amor. Abramos el corazón al Espíritu, dejemos que lo cure, lo renueve, lo recree. Sólo Él puede hacernos nacer de nuevo. ¡Ven, Espíritu Santo!




sábado, 14 de mayo de 2016

PARA QUE MI ALEGRÍA ESTÉ EN VOSOTROS


Jn 15, 9-17


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».


PARA QUE VAYÁIS Y DEIS FRUTO


En la víspera de Pentecostés el evangelio nos recuerda que Jesús nos ha destinado a dar fruto y que este fruto dure. Los frutos del Espíritu y el primero de ellos es el amor.

El Espíritu nos hace crecer por medio de sus dones y éstos producen en nosotros frutos abundantes:amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad....

Estos frutos son el efecto de la presencia del Espíritu en el alma, porque el fruto nace de dentro. Son manifestación de la vivencia interior del Espíritu. Y estos frutos son los que debemos dar y ofrecer a nuestro prójimo.



viernes, 13 de mayo de 2016

SÍGUEME


Jn 21, 15-19


Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, le dice a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?». Él le contestó: «Sí, Señor, tú, sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis corderos». Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dice: «Pastorea mis ovejas». Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?» y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras». Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme».


¿ME QUIERES?


Hoy Jesús en el evangelio le hace esta pregunta a Pedro. Y meditando el pasaje nos planteamos que también nos la hace a nosotros. ¿Me quieres?

¿Qué contestaríamos a Jesús si nos lo preguntase? Él, que se entregó por nosotros, que dio su vida hasta el extremos nos pregunta por nuestro amor hacia Él.

¡Cómo contestar sobre amor al Amor mismo...! Y, probablemente, le diríamos lo mismo que Pedro: "Señor, tú sabes que te quiero", Dicho esto Jesús añadió: "Sígueme". 



jueves, 12 de mayo de 2016

QUE TODOS SEAN UNO


Jn 17, 20-26


En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró, Jesús diciendo: «No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».


QUE TODOS SEAN UNO


El evangelio de hoy se ha llamado "el testamento de Jesús" porque en esta oración al Padre le expresa sus últimos deseos antes de vivir su Pasión.

Le pide que nos cuide, que seamos unidad, como unidad son ellos en la Trinidad; que estemos con Él donde Él está, que es como decir que nunca nos alejemos de su Corazón; que el Amor que ellos tienen esté en nosotros...

Deseos de Jesús, los más hermosos deseos hacia nosotros. Oremos hoy este evangelio, meditemos profundamente cómo Jesús nos ama y cumplamos su mayor deseo: que seamos uno. 






miércoles, 11 de mayo de 2016

SANTIFÍCALOS EN LA VERDAD


Jn 17, 11b-19


En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo: «Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad».



QUE ELLOS SEAN SANTIFICADOS


Jesús en el evangelio de hoy ora al Padre por nosotros, por los que el Padre le ha encomendado y Él ha cuidado para que seamos uno, como ellos.

Debemos vivir en la unidad, como la comunión que tiene la Trinidad, acogiendo la palabra, aunque el mundo no nos entienda. Pero le pide al Padre que no nos saque del mundo.

Aquí, en medio de nuestra realidad cotidiana, es donde debemos dar testimonio del Padre, del Hijo y del Espíritu, que es el que nos santifica y nos envía al mundo. 




martes, 10 de mayo de 2016

TODO LO MÍO ES TUYO


Jn 17, 1-1 la


En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, dijo Jesús: «Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a todos los que le dado sobre todo carne, dé la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la tierra, he llevado a cabo la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía junto a ti antes que el mundo existiese. He manifestado tu nombre a los que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado. Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por estos que tú me diste, porque son tuyos. Y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti».


HAN CREÍDO QUE TÚ ME HAS ENVIADO


El capítulo 17 del evangelio de Juan es la oración de Jesús al Padre en ambiente de despedida. Jesús se va, aunque nos anuncia que nos enviará al Espíritu Santo.

La misión de Jesús queda clara en este capítulo: Jesús ha venido al mundo a glorificar al Padre, mostrándolo al mundo tal como es: Bondad, Misericordia, Amor...

Y una vez que nos lo ha mostrado, ser ejemplo de cómo debemos ser nosotros uno entre nosotros y con Dios. Jesús se va al Padre, y nos pide que sigamos con su misión de mostrar al mundo el Padre. 



lunes, 9 de mayo de 2016

CREEMOS QUE SALISTE DE DIOS


Jn 16,29-33


En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús: «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios». Les contestó Jesús: ¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».


TENED VALOR: YO HE VENCIDO AL MUNDO


En el evangelio de hoy Jesús nos da una inyección de esperanza y paz: Él ha vencido al mundo. Y nos da valor para perseverar en nuestra fe.

La paz la encontraremos en la convicción de que el amor ha vencido a la muerte y que en ese amor nos encontramos con Él en los hermanos.

Vivir la paz, la paz en Él nos hará pacíficos y pacificadores en medio de nuestra realidad diaria. Venzamos al mundo con la paz. 



domingo, 8 de mayo de 2016

SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR


Lc 24, 46-53


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la promesa de mi Padre; vosotros, por vuestra parte, quedaos en la ciudad hasta que os revistáis de la fuerza que vino de lo alto». Y los sacó hasta cerca de Betania y, levantando sus manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos, y fue llevado hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.


FUE LLEVADO HACIA EL CIELO


La liturgia pascual se va acabando. Jesús resucitó y quiso que nosotros fuésemos testigos de ella ante el mundo. Hoy nos anuncia que se va, pero nos encomienda una misión.

Misión nada complicada, propia de sus discípulos: anunciar con alegría que Dios es Amor, que nos ama tanto que se hizo hombre para compartir nuestra historia y se hizo Pan para ser nuestro alimento.

Se va, pero nos enviará "la promesa de su Padre", el Espíritu Santo, el mayor de los dones, su amor explícito, el que quiere que reine en nuestros corazones. Ofrezcámoselo a los demás con alegría. 



sábado, 7 de mayo de 2016

PEDID Y RECIBIRÉIS


Jn 16, 23b-28


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:  «En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente. Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre».


PEDIRÉIS EN MI NOMBRE


La oración es parte fundamental de la vida espiritual del cristiano.En ella nos unimos al Padre en Cristo, contemplando al mundo con los ojos de Dios.

Es escuchar su Palabra haciéndola vida en nuestra vida sabiendo que debemos ser transmisores del amor que brota del Corazón de Dios. 

Contemplar y escuchar. Dos actitudes que nos ayudan a aumentar nuestra fe y a crecer en la oración, la que hacemos siempre "en Su nombre", haciéndonos uno en Él.






viernes, 6 de mayo de 2016

VOSOTROS AHORA SENTÍS TRISTEZA


Jn 16, 20-23a


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo, vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».


VOLVERÉ A VEROS


Jesús nos promete volver. Y Él siempre cumple sus promesas. Fiel a ellas, se fue al Padre, pero se quedó presente en la Eucaristía.

Es normal sentir nostalgia de su presencia. ¡Cómo se sentirían los discípulos al ver alejarse a Jesús...! Pero les dijo que volvería y nos lo dijo también a los creyentes de todos los tiempos.

Tendremos una alegría inigualable, de corazón, porque el Señor "volverá a vernos", haciendo abrir nuestros corazones a la plenitud de vida a la que estamos llamados desde la eternidad. 



jueves, 5 de mayo de 2016

NO ENTENDEMOS LO QUE DICE


Jn 16,16-20


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver». Comentaron entonces algunos discípulos: «¿Qué significa eso de "dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver", y eso de "me voy al Padre"?» Y se preguntaban: «¿Qué significa ese "poco"? No entendemos lo que dice». Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: "Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver"? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».


VUESTRA TRISTEZA SE CONVERTIRÁ EN ALEGRÍA


Jesús anuncia su inminente ausencia, lo que provocará tristeza en sus discípulos. Se sentirán solo, sin su presencia y apoyo.

Muchas veces nosotros, tantos siglos después, nos sentimos así también. Pero Jesús nos promete que no se irá para siempre, por lo que nuestra tristeza tampoco será para siempre.

Se quedó con nosotros en la Eucaristía, en los hermanos necesitados y enfermos, en la sonrisa de un niño, en un abrazo de hermano, en...

Está con nosotros, por eso estamos alegres.



miércoles, 4 de mayo de 2016

EL ESPÍRITU DE LA VERDAD


Jn 16,12-15


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».


EL ESPÍRITU OS GUIARÁ


El evangelio de hoy sigue anunciándonos la venida del Espíritu Santo, que será el que nos guíe "hasta la verdad plena".

Y nos guiará, no a cada uno en particular, sino a la comunidad de la Iglesia lo que está por venir.

La presencia del Espíritu nos hace tener los mismos sentimientos de Cristo, el amor y el servicio hacia los más necesitados y vivir un seguimiento pleno de Jesús a cumplir su Voluntad.