viernes, 30 de septiembre de 2016

HAS REVELADO ESTAS COSAS A LA GENTE SENCILLA

Lc 10, 17-24

En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre»
Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno.
Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo»
En aquel momento, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla.
Si, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron».


TE DOY GRACIAS, PADRE


Empezando octubre, en el día en que la Iglesia celebra a santa Teresa del Niño Jesús, el evangelio nos habla de humildad, de que Dios ha escondido las cosas de Dios a los sabios y se las ha revelado a la gente sencilla.

Santa Teresita siguió un camino muy corto, muy recto, un pequeño sendero: el camino de la sencillez, de la confianza y la entrega absoluta y así su nombre llegó a estar inscrito en el cielo. 

Murió con 24 años, amando siempre a todos, entregándose al Amor misericordioso. Los santos nos enseñan que el que sigue a Cristo no puede hacer otra cosa que amar. "Tú lo sabes, Dios mío, para amarte en la tierra no tengo más que hoy" (Santa Teresa del Niño Jesús). 



¿PIENSAS ESCALAR EL CIELO?

Lc 10, 13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús:
-« ¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza.
Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras .
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno.
Quien a vosotros os escucha a mi me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado».


QUIEN A VOSOTROS ESCUCHA A MÍ ME ESCUCHA


En el día se san Jerónimo, el santo que en la antigüedad estudió más y mejor la Biblia, Jesús nos sorprende diciéndonos que lo que decimos a los demás es como si lo dijera Él, que quien nos escucha, le escucha a Él.

Por eso deberíamos conocerle mejor y esto quiere decir conocer mejor sus palabras y obras en el evangelio. San Jerónimo decía que desconocer la Escritura es desconocer a Cristo

Escuchemos el evangelio, profundicemos en sus enseñanzas para llegar más y mejor al Corazón de Cristo. 


jueves, 29 de septiembre de 2016

FIESTA DE LOS ÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL

Juan 1, 47-51

En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».


LOS ÁNGELES DE DIOS

En la Fiesta de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael el evangelio nos habla de los ángeles. Jesús nos dice de que los ángeles existen, no es un invento humano.

Y también hoy el evangelio nos muestra a un apóstol, Natanael, que enseguida reconoce al Hijo de Dios en cuanto habla con Él. ¡Qué fuerza tendría la Palabra de Jesús en vivo!

Esa misma Palabra es la que nos ofrece el evangelio, que cada día tiene un mensaje para nosotros. Leamos el evangelio a diario para poder reconocer a Jesús en su Palabra. 



miércoles, 28 de septiembre de 2016

LA MANO EN EL ARADO

Lc 9, 57-62

En aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno:
«Te seguiré adondequiera que vayas».
Jesús le respondió:
«Las zorras tienen madriguera, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
A otro le dijo: «Sígueme»
Él respondió: «Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».
Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».
Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia».
Jesús le contestó: «El que echa mano al arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».


VETE A ANUNCIAR EL REINO DE DIOS


Jesús hoy en el evangelio da una serie de recomendaciones a los que pretenden seguirle y seguirle por siempre y para siempre. Pero para realizar eso debe ser sin condiciones y ellos las ponían.

Nos anima a anunciar el Reino. ¿Qué debemos hacer para anunciarlo? Ser en vez de simplemente existir; escuchar en vez de simplemente oír, acompañar y no pasar de largo...

Detalles pequeños, sencillos que hacen que el Reino se haga presente. Ser fiel en lo pequeño es lo que nos hace grandes. El Reino es como una pequeña semilla; hagámoslo crecer. 



martes, 27 de septiembre de 2016

TOMÓ LA DECISIÓN DE IR A JERUSALÉN

Lc 9, 51-56

Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.
Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:
«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».
Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.


PUESTOS EN CAMINO


Hoy en evangelio nos habla de que Jesús se puso en camino hacia Jerusalén. La espiritualidad del camino es una tradición preciosa en el cristianismo. Hay que ponerse en camino. Y caminar.

Caminar, haciendo camino, compartiendo lo bueno que tenemos con los que nos encontremos. Caminando, con alegría, dando gracias y alabando al Señor. 

Caminemos por el que es el Camino, Canta y camina a la vez, dice san Agustín. "¿Qué significa «camina»? Adelanta, pero en el bien, en la fe verdadera, en las buenas costumbres; canta y camina". 



lunes, 26 de septiembre de 2016

QUIÉN ES EL MÁS IMPORTANTE

Lc 9, 46-50

En aquel tiempo, se suscitó entre los discípulos una discusión sobre quién sería el más importante.
Entonces Jesús, conociendo los pensamientos de sus corazones, tomó de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo:
«El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a mi; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. Pues el más pequeño de vosotros es el más importante».
Entonces Juan tomó la palabra y dijo:
«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir».
Jesús le respondió: «No se lo impidáis: el que no está contra vosotros, está a favor vuestro».




EL MÁS PEQUEÑO DE VOSOTROS ES EL MÁS IMPORTANTE


En una sociedad como la actual es corriente que se piense quién es más importante que los demás. Nos educan en una sociedad de la competencia en la que nos ofrecen escalar en todas la facetas cueste lo que cueste y sin importar a quién nos llevemos por delante.

¿Quién de nosotros es el más importante; el más rico, el más guapo, el más inteligente, el más gracioso...? Y Jesús tomó a un niño de la mano y nos dijo que el más pequeño de nosotros es el más importante.

En una sociedad como la nuestra, seamos sencillos como niños, aunque nademos contra corriente, sabiendo que Jesús puso de modelo a los que son como ellos. 


domingo, 25 de septiembre de 2016

DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO

Lc 16, 19-31

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
- «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.
Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Sucedió que se murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.
Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo:
"Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas".
Pero Abrahán le dijo:
"Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros".
El dijo:
"Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también vengan ellos a este lugar de tormento".
Abrahán le dice:
"Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen".
Pero él le dijo:
"No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán"
Abrahán le dijo:
"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto"».



UN HOMBRE RICO Y LÁZARO


En este domingo Jesús nos regala en su evangelio la parábola del rico y Lázaro. El rico banqueteaba y Lázaro sufría y mendigaba. A dos mil años de distancia parece que nada ha cambiado en este sentido.

Pero lo que nos distingue no está en lo que tenemos, sino en lo que somos. La indiferencia hacia el sufrimiento del prójimo, el no ayudar al necesitado es lo que diferencia a las personas: la actitud ante los demás.

Aún estamos a tiempo de que estas situaciones cambien, no dejemos que el tener sea más importante que el ser y, sobre todo, que  el ser-para-los-demás. Seamos siervos por amor y ya no habrá diferencia alguna. 



sábado, 24 de septiembre de 2016

EL HIJO DEL HOMBRE VA A SER ENTREGADO

Lc 9, 43b-45

En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:
-«Meteos bien en los oídos estas palabras: al Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no captaban el sentido.
Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.


VA A SER ENTREGADO

En el día de Nuestra Señora de las Mercedes el evangelio nos dice que ante el anuncio de la Pasión de Jesús los discípulos "no entendían". Y es que sería duro oír del Maestro que iba a ser entregado, sufrir y morir.

La imagen que tenían del mesías que vendría era muy diferente. Vendría a reinar, a luchar contra los opresores romanos...aunque ya desde antiguo los profetas anunciaron un mesías sufriente que cargaría con todas nuestras culpas.

Y se entregó por amor, lo que tampoco cabía en el entendimiento de los discípulos. Nosotros, después de dos mil años, conociendo lo que ocurrió, hagamos lo posible por seguirle en su entrega por amor, siendo siervos por amor. 



viernes, 23 de septiembre de 2016

¿QUIÉN DICE LA GENTE QUE SOY YO?

Lc 9, 18-22

Una vez que Jesús estaba orando solo, lo acompañaban sus discípulos y les preguntó:
«¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Pedro respondió:
«El Mesías de Dios».
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. porque decía:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».



EL HIJO DEL HOMBRE TIENE QUE PADECER MUCHO



En el día en que la Iglesia recuerda al Padre Pío de Pietrelcina la liturgia nos ofrece el pasaje de la confesión de Pedro en Cafarnaúm. "¿Quién dice la gente que soy yo?"

Los discípulos responden. Y también responde el mismo Jesús a su pregunta: Él es el Mesías que tiene que padecer mucho. Y resucitar.

El Padre Pío también padeció mucho en su vida, llevando en su cuerpo las llagas de Jesús. Nosotros, aunque no lleguemos a la vivencia de san Pío, cuando padezcamos, acordémonos de que Jesús padeció por nosotros. Y que, al igual que Él, resucitaremos. 



jueves, 22 de septiembre de 2016

A JUAN LO MANDÉ DECAPITAR YO

Lucas 9, 7-9

En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía:
«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?».
Y tenía ganas de verlo.


TENÍA GANAS DE VERLO


En el evangelio de hoy san Lucas nos relata que Herodes tenía ganas de ver a ese nuevo portento que había aparecido en la sociedad de Galilea y que Él pensaba que era Juan, el Bautista.

Tenía ganas de verlo. También nosotros deberíamos tener ganas de ver a Jesús, estar a su lado, oír su voz y seguirle a todos lados escuchando sus enseñanzas.

Lo genial es que hoy podemos escuchar sus enseñanzas meditando su Palabra, oír su voz en nuestro corazón cuando oramos y verle hecho Pan en la Eucaristía. Su Pan y su Palabra son Él mismo y podemos verle en ellos. ¡Que vea, Señor!



miércoles, 21 de septiembre de 2016

VUESTRO MAESTRO COME CON PUBLICANOS Y PECADORES

 Mt 9, 9-13

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él se levantó y lo siguió.
Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y dijo:
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos.
Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores».


SÍGUEME


En la fiesta litúrgica de san Mateo, apóstol y evangelista, él mismo en su evangelio nos recuerda una palabra de Jesús que siempre ha removido corazones: "Sígueme".

Y los sigue removiendo. Dios mismo es el que nos pide que le sigamos, que sigamos tras sus pasos, que sigamos su enseñanza con obras y palabras.

Mateo, un publicano al que Jesús escogió como apóstol, quiso seguir a Jesús hasta el extremo, amando como Él amó y dando la vida por aquello en lo que creía, por Aquél en quien creía.