miércoles, 30 de noviembre de 2016

PESCADORES DE HOMBRES

 Mt 4, 18-22

En aquel tiempo, pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.
Les dijo: «Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.


ERAN PESCADORES


Hoy la Iglesia universal celebra a san Andrés, hermano de Pedro. El evangelio nos cuenta que los dos hermanos estaban pescando en el lago y allí mismo Jesús los llamó a la mayor aventura de su vida.

Dios no espera situaciones extraordinarias para llamarnos, sino que lo hace en nuestra vida cotidiana, en nuestro quehacer de cada día porque allí, en esas realidades es donde debemos ser cristianos.

Y eran pescadores, no doctores de la ley, ni escribas, ni... Para Dios todos somos importantes y más aquellos que no son nada o bien poco para los demás. Y fueron santos. Que Dios nos haga santos en el día a día de nuestra vida ordinaria.


martes, 29 de noviembre de 2016

TE DOY GRACIAS, PADRE

 Lc 10, 21-24

En aquella hora Jesús se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me lo ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».



JESÚS SE LLENÓ DE ALEGRÍA


Hoy hace un año que empezamos a compartir con vosotros estas reflexiones, la Palabra, lo que Dios nos quiere revelar y que intentamos hacer vida en lo cotidiano.

Y hoy se nos regala en la Palabra una de las páginas más bellas del evangelio. Jesús da gracias al Padre por revelarse a los pequeños. Una vez más, nos muestra el Corazón de Dios.

Jesús se llenó de alegría y alabó al Padre, dándole gracias. Démosle gracias también, por nuestra vida, por esta bendita espera del Adviento y por este año de gracias incesantes. 



lunes, 28 de noviembre de 2016

VOY YO A CURARLO

Mt 8, 5-11

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó: «Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».



VENDRÁN MUCHOS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

Dios no hace acepción de personas, nos quiere a todos por igual y nos ama como nadie nos ama ni nos amará jamás. Todos somos sus hijos y como a tales nos trata.

Y, estando en Adviento, sabemos que viene para todos, nace para todos y renace en el corazón de todo aquel que desea que lo haga, de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur.

Su salvación es para todos y su amor se reparte a manos llenas, absolutamente, para todos. Nadie queda excluido, nadie queda fuera de su Corazón, Así debe ser también nuestro corazón: inmenso. 


sábado, 26 de noviembre de 2016

I DOMINGO DE ADVIENTO

 Mt 24, 37-44

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre:
Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejarla abrir un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»


Y CUANDO MENOS LO ESPERABAN

Los contemporáneos de Jesús llevaban siglos esperando al Mesías. Anunciado por profetas, su venida había sido predecida y, cuando menos lo esperaban, apareció de la manera que menos esperaban.

Nosotros, en este Adviento que comienza hoy, queremos prepararnos a esta nueva venida que nos espera, para recibir a Jesús con alegría, despiertos, siendo luz y sal para el mundo.

El Señor se acerca, el Señor viene todos los días y cuando menos lo esperamos se hace presente de muchas maneras. Estemos preparados para su venida de esta Navidad y sus muchas "venidas" cotidianas. 



TODO LO QUE ESTÁ POR SUCEDER

Lc 21, 34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».


ESTAD DESPIERTOS


Hoy Jesús nos pide que estemos atentos, que sigamos despiertos ante los acontecimientos que van a llegar. Todo lo que está por suceder, que va a ser muy importante para nuestra vida.

No debemos dormirnos en la rutina ni en la monotonía o la inercia. Ser cristiano es hacer de cada día una nueva oportunidad para amar a Dios y al prójimo y para eso hay que estar despiertos.

Hagamos vigilia, vigilemos, estemos atentos para que nada nos haga desesperar de su venida, porque Él vendrá y lo hará pronto.


viernes, 25 de noviembre de 2016

SABED QUE ESTÁ CERCA EL REINO DE DIOS

 Lc 21, 29-33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola; «Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano.
Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».


MIS PALABRAS NO PASARÁN


Las palabras de Jesús no han pasado de moda por muchos años y siglos que han pasado desde que las pronunció. Sentencias firmes salidas del Corazón de Dios, 

Por eso sus palabras no han pasado, ni pasarán nunca. Dios nos espera siempre, porque hemos sido creados para relacionarnos con Él. De ahí que se revelara por su Palabra y espera siempre una respuesta de nuestra parte.

Y tiene la mayor paciencia para esperarnos hasta que nosotros queramos contestar. A sus palabras , que no pasarán, respondámosle con nuestra palabra: un SÍ sin condiciones, como María. 






jueves, 24 de noviembre de 2016

CON GRAN PODER Y GLORIA

Lc 21, 20-28

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción.
Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días!
Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo.
“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y “Jerusalén será pisoteada por los gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación».



LEVANTAOS, ALZAD LA CABEZA


No es tiempo de desfallecer. La sociedad, nuestro prójimo, los más débiles, sean por la razón que lo sean, necesitan de personas que con fe firme, con esperanza cierta que los sostengan en su tribulación.

A ejemplo de nuestro Señor, que nos animó siempre en su Palabra, como la de hoy, en la que no sólo nos dice que nos levantemos, sino que, ya en pie, alcemos la cabeza para mirar al horizonte del futuro.

El pasado ya pasó, el presente está en nuestras manos y con él podemos hacer muchas cosas. Y nuestro futuro dependerá de nuestro presente, por eso, "Levantaos, alzad la cabeza". 



miércoles, 23 de noviembre de 2016

OS PERSEGUIRÁN

 Lc 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».


OS DARÉ PALABRAS Y SABIDURÍA


El vivir con profundidad y fidelidad la vida cristiana en la sociedad de hoy es sinónimo de incomprensión e incredulidad por parte de nuestros contemporáneos.

Y esto no es nuevo. Ya los dijo Jesús y concretamente en el evangelio de hoy. El ser seguidores de un Dios crucificado puede significar persecuciones y burlas incomprensibles.

Pero también nos dice Jesús hoy que esto puede ser ocasión para dar testimonio de nuestra fe y de nuestras convicciones cristianas. Y Él nos ha prometido palabras y sabiduría a la que no podrá hacer frente ningún adversario nuestro.


martes, 22 de noviembre de 2016

¿CUÁL SERÁ LA SEÑAL?

Lc 21, 5-11

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra caliza y exvotos, Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien "Está llegando el tiempo"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».


NO TENGÁIS PÁNICO


En este mundo en el que nos ha tocado vivir y en la realidad específica y personal de cada uno resuena en nuestro corazón esta frase de Jesús para tranquilizarnos y darnos ánimo.

Debemos ser la voz de la esperanza para el mundo, ser pacificadores y misioneros de la misericordia dando a todos lo que se nos ha dado gratis, haciendo vida el Reino.

Jesús es la única persona en la que la palabra siempre tiene sentido. No temáis, no tengáis pánico, es lo que nos dice, porque él está siempre con nosotros. 



lunes, 21 de noviembre de 2016

FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

Lc 21, 1-4

En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo:
«En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».


LA PRESENTACIÓN DE MARÍA

En el día en que toda la Iglesia celebra la Presentación de la Virgen María el evangelio nos hace mirar hacia aquellos que son humildes y generosos.

María también dio todo lo que tenía: su vida, su presente, sus entrañas de mujer, sus dolores y alegrías, su futuro, su generosidad...hasta dar a su Hijo en una Cruz.

Ella, maestra de humildes y entregados, maestra de los pequeños a quien Dios salva y levanta, se presenta ante Dios para dárselo todo, consciente y absolutamente, hasta el final, que no es final, sino principio. 


domingo, 20 de noviembre de 2016

SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

Lucas 23, 35-43

En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús, diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a si mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
Había también por encima de él un letrero: «Éste es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo».
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».


JESUCRISTO, REY


En la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo celebramos el último domingo del Tiempo Ordinario antes de empezar el Adviento. En este día conmemoramos a Jesucristo como Rey. Su Reino es un reino de justicia y paz, amor y misericordia.

Y el evangelio nos muestra a nuestro Rey no en un trono, sino en la Cruz, que fue su trono y su corona, unas espinas. Esa Cruz sobre la que nos salvó reinando, nos salvó entregándose, nos salvó amando hasta el extremo.

Reina en el mundo, reina en nuestras vidas y reina en nuestro corazón. Rey humilde sobre un burro y Rey soberano sobre la Cruz. No quiere tronos, no quiere honores... sólo quiere reinar en nuestro corazón. 




sábado, 19 de noviembre de 2016

BIEN DICHO, MAESTRO

Lc 20, 27-40

En aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección y preguntaron a Jesús: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano.” Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer».
Jesús les dijo: «En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.
Y que lo muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos»
Intervinieron unos escribas: «Bien dicho, Maestro»
Y no se atrevían a hacerle más preguntas.


PARA ÉL TODOS ESTÁN VIVOS


En el mes de noviembre es recurrente en el evangelio diario el tema de la resurrección de los muertos. Hoy nos vuelve a recordar que somos hijos de la resurrección.

Somos resurrección, resucitamos a diario, de nosotros mismos, de nuestras fatigas y cansancios, de  nuestras penas y dolores. La resurrección se hace realidad en nuestras vidas.

Así esperamos aquí la que será la resurrección definitiva, la que nos llevará a vivir en Él por siempre, a sentir en Él por siempre, a amar en Él por siempre. Hasta que esa realidad sea efectiva, hagámosla efectiva en nuestro presente.