viernes, 30 de junio de 2017

VOY YO A CURARLO

Mt 8, 5-17
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó: «Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le dijo a uno: "Ve" y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac: y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los hijos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».
Y dijo al centurión: «Vete; que te suceda según has creído».
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a su suegra en cama con fiebre; le tocó su mano y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirle.
Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades».

QUE TE SUCEDA SEGÚN HAS CREÍDO
Hoy el evangelio nos habla de curaciones. Pero no solo físicas, sino también espirituales. La fe del centurión y de la suegra de Pedro son ejemplos para nosotros.
Dios no nos puede ofrecer nada malo. Si le pedimos cosas buenas no nos las dará malas. Jesús pasó haciendo el bien y lo sigue haciendo después de su Ascensión al cielo.
Nuestra fe al pedírselas debe ser grande, para que nos suceda según lo que creemos que sucederá. Él atiende a nuestras súplicas hechas con fe.


QUIERO, QUEDA LIMPIO

 Mt 8, 1-4
Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo:
«Señor, si quieres, puedes limpiarme».
Extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero, queda limpio».
Y en seguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».

PARA QUE LES SIRVA DE TESTIMONIO
El evangelio de hoy nos relata la curación de un leproso. Por entonces ser leproso era ser un apestado, un marginado social, un maldito.
Pero todo eso no le importaba a Jesús, Él solo quería hacer el bien. Para eso vino a nosotros. Y le curó, como no podía ser de otra manera después de que se lo pidiera.
Y no hizo el milagro para gloriarse, para que le hiciéramos reverencias... sino para que nos sirviera de testimonio de su Bondad y ternura hacia nosotros. Es Dios, no podía ser de otra manera.



jueves, 29 de junio de 2017

SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

 Mt 16, 13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Ellas, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»

PEDRO Y PABLO
Hoy también estamos de Solemnidad. Celebramos a dos grandes, Pedro y Pablo. Dignos de admiración por muchas cosas, pero, sobre todo, por su entrega a Jesús.
Como a ellos, cuando no estemos, no se nos recordará por cosas materiales, cuánto tuvimos, cuántos premios nos dieron o cuántos estudios hicimos.
Se nos recordará por lo bueno que hicimos, por las veces que estuvimos al lado de los que necesitaban tiempo, comida, cariño o un abrazo. Tú, ¿por qué cosas querrías que te recordasen? Pues, manos a la obra.


miércoles, 28 de junio de 2017

LOS PROFETAS FALSOS

Mt 7, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así, todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis».

POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS
Un fruto es el resultado de un proceso que pasa por un invierno creciendo "hacia adentro", abono, lluvias... luego llegan las hojas, las flores y, por fin, los frutos.
Jesús utiliza este simbolismo para hablarnos de nuestra vida espiritual. También en ella hay que crecer hacia adentro con la oración, que se convertirá en abono para buenos frutos. 
Los frutos de la vida cristiana siempre deben ser buenos al seguir al Maestro bueno. Y nuestros frutos deben ser visibles para que todo el que nos vea crea en Cristo a través de nuestro ejemplo.


martes, 27 de junio de 2017

LA PUERTA ESTRECHA

 Mt 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».

HACEDLO VOSOTROS CON ELLOS
Hoy Jesús en el evangelio nos da una versión muy original, muy "suya" del "ojo por ojo y diente por diente".
Nos viene a decir que lo bueno que quieras que nos hagan, lo hagamos nosotros a los demás. Ese es el "ojo por ojo" cristiano.
Hagámoslo realidad. Hagamos el bien sin pensar en quién, cómo, dónde o por qué. hagamos el bien, aunque sea un camino estrecho, pero que nos llevará a la Vida.


lunes, 26 de junio de 2017

SERÉIS JUZGADOS COMO JUZGUÉIS VOSOTROS

Mt 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».

LA VIGA Y LA MOTA
El evangelio de hoy es ciertamente aleccionador. Nos pone frente a frente a nosotros mismos con nuestra realidad ante la crítica a los hermanos.
No juzguemos. El único que nos conoce, a nosotros y a todos, absolutamente es Dios. Solo Él tiene la facultad y el poder de juzgarnos, porque nos conoce en totalidad. Nadie más.
Pero dijo que Él no ha venido a juzgar. Y si Él, que puede, no lo hace, no lo hagamos nosotros. Nos equivocaremos al juzgar. Dejemos esa tarea al que puede hacerla. Nosotros debemos amar, eso es lo que se nos ha encomendado. 


sábado, 24 de junio de 2017

XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mt 10, 26-33
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por uno céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; valéis más vosotros que muchos gorriones.
A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».

PREGONADLO DESDE LA AZOTEA
Después de la Pascua de Pentecostés y de todas las fiestas que se han sucedido tras ella la liturgia vuelve a ofrecernos la riqueza de los domingos del Tiempo Ordinario.
Hoy Jesús afirma que lo que nos dice al oído debemos pregonarlo "desde la azotea", o sea, en público, a todo el mundo, sin miedo,
Tenemos que ser coherentes y hablar a nuestros hermanos de lo que llevamos en el corazón, allí donde se habla en silencio al Dios vivo.


SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

Lc 1, 57-66. 80
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.
A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo:
«¡ No! Se va a llamar Juan».
Y le dijeron:
«Ninguno de tus parientes se llama así».
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Y todos se quedaron maravillados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:
«Pues ¿qué será este niño?».
Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño crecía y se fortalecía en el espíritu, y vivía en lugares desiertos hasta los días de su manifestación a Israel.

SE VA A LLAMAR JUAN

Hoy celebramos con toda la Iglesia en nacimiento de Juan, el Bautista. Fue un día grande para recordar en la liturgia, ya que con Juan comenzaba la venida del Mesías.
Se conocieron, y Juan bautizó a Jesús como a otros cientos de personas en aquella época. Él fue el precursor del Masías, su anunciador.
Nosotros debemos ser también precursores de Jesús, anunciándole permanentemente en nuestra vida, en nuestros actos y palabras. Tomemos ejemplo de Juan y presentemos ante nuestros hermanos al Cordero de Dios.


jueves, 22 de junio de 2017

SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mt 11, 25-30
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

CON AMOR ETERNO

Hoy celebramos una de las Solemnidades más entrañables del calendario cristiano, el Sagrado Corazón de Jesús. Hoy celebramos el Amor con mayúsculas.
Amor que es Luz, Vida, Camino, Verdad... Corazón de Jesús en el que debemos sumergirnos para que nosotros también seamos luz, vida, camino y verdad para nuestros hermanos.
Su Corazón solo sabe amarnos desinteresadamente. Dios es el Amor. Nos ha amado desde siempre y nos amará por siempre, con Amor eterno.


NO SEÁIS COMO ELLOS

Mt 6, 7-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
"Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos han ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal".
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

SE IMAGINAN QUE POR HABLAR MUCHO LES HARÁN CASO

Hoy Jesús echa mano de, no sé si llamarlo, ironía al hablarnos de cómo debemos orar. Nos dice que no usemos muchas palabras, que eso no es lo importante. No por hablar mucho será mejor nuestra oración.
Nuestro Padre sabe lo que nos hace falta antes de que se lo pidamos, como cualquier padre. Y como cualquier padre nos da lo que necesitamos.
Insiste Jesús en el perdón de las ofensas. Perdón, esa palabra tan poco de moda hoy en día. Recemos hoy el Padrenuestro poniendo especial intención en "como también nosotros perdonamos", perdonando de corazón a quien nos haya ofendido. 


miércoles, 21 de junio de 2017

CUANDO HAGAS LIMOSNA

Mt 6, 1-6. 16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

TU PADRE, QUE ESTÁ EN LO ESCONDIDO

Muchas veces pensando en la grandeza de Dios podemos confundir esa grandeza con grandiosidad. Y Dios, como nos dice hoy el evangelio, está en lo pequeño.
En lo escondido, en lo que no se ve, en lo humilde, allí está Dios. En lo pequeño de un niño, en lo sencillo de una flor, en el detalle de una sonrisa.
Y en lo escondido de cada uno, allí también, en nuestro corazón. Como decía san Agustín, Dios nos es más íntimo que nuestra propia intimidad. 


martes, 20 de junio de 2017

AMAD A VUESTROS ENEMIGOS

Mt 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

HIJOS DE VUESTRO PADRE CELESTIAL

Hoy Jesús nos habla sobre el amor al prójimo. Un tema muy comentado desde entonces cuando hacemos referencia a Jesús. 
¿Pero somos de verdad hijos de nuestro Padre celestial imitándole en amar a todos, incluso a aquellos a los que consideramos contrarios a nosotros?
Un hijo toma ejemplo de su padre cuando este actúa ejemplarmente. Nosotros, como cristianos, tenemos el mejor ejemplo en el Padre. Seamos perfectos en el amor, como nuestro Padre celestial es perfecto.


domingo, 18 de junio de 2017

A QUIEN TE PIDE, DALE

Mt 5, 38-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". Pero os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas».

ACOMPÁÑALE DOS
Hoy Jesús nos habla de generosidad, de ser espléndidos, obrando con desinterés y magnificencia. Por estas virtudes deberían conocernos a los cristianos.
Así Jesús nos dice que si alguien nos pide algo, le demos el doble de lo que nos pide. No es lo que suele hacer el mundo en general.
La caridad quedó a un nivel muy alto al quedarse Jesús en la Eucaristía, dando mucho más de lo que esperábamos. Él es el ejemplo que debemos seguir en generosidad.


SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

Jn 6, 51-58
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».
Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».
Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».

HABITA EN MÍ Y YO EN ÉL

En la Solemnidad el Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo el evangelio nos ofrece el discurso de Jesús sobre el Pan de vida. Y nos dice  algo que escandalizó a los que lo oían: "El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él".
Jesús nos dice que al comulgar él viene a vivir en nosotros, no con nosotros, sino en nosotros, haciéndose uno con nosotros para que podamos ser cada vez más Él.
Ser Jesús. Es a lo que deberíamos aspirar en nuestra vida cristiana, en cada momento de nuestra vida. Y así, habitando en Él y Él en nosotros, hacernos pan partido y compartido.


sábado, 17 de junio de 2017

NO JURÉIS EN ABSOLUTO

Mt 5, 33-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 
«Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus juramentos al Señor".
Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».

YO OS DIGO
Jesús tenía mucha autoridad entre sus contemporáneos, por eso le escuchaban atentos cuando explicaba las parábolas y les hablaba del Reino.
Les dio muchas instrucciones sobre la vida y sobre cómo relacionarse con Dios. Y también, como consecuencia, nos las dio a nosotros.
La autoridad de Jesús nos sigue interpelando hoy para ser coherentes con nuestra forma de vida. Nos lo dice hoy en el evangelio: que vuestro hablar sea sí, sí, no, no.  Hagámoslo así, siguiendo la autoridad de Jesús. 


viernes, 16 de junio de 2017

TU OJO DERECHO

 Mt 5, 27-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído el mandamiento "no cometerás adulterio".
Pero yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero “gehenna”.
Se dijo: "El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio" Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer - no hablo de unión ilegítima - la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio».

HABÉIS OÍDO EL MANDAMIENTO
Jesús era un buen conocedor del Antiguo Testamento puesto que los judíos desde pequeños estudiaban todo la historia de Israel contenida en él.
Sabía que todos los que lo oían entendían lo que decía cuando hablaba de mandamientos. Nosotros también sabemos los mandamientos,
Y Jesús nos anima  no solo a conocerlos, sino a vivirlos. Y vivirlos al detalle, teniendo en cuenta que el amor es la fuerza del mundo.


miércoles, 14 de junio de 2017

LA OFRENDA ANTE EL ALTAR

Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

PERO YO OS DIGO
Jesús tuvo que enfrentarse dialécticamente a los escribas y fariseos que estaban al acecho por si le pillaban en algún fallo.
En esas ocasiones aprovechaba Jesús para predicar el Reino. Y no en contra de lo que ya estaba escrito en el Antiguo Testamento, sino complementándolo.
"Pero Yo os digo", era su frase. Su autoridad estaba por encima de la ley. Y afinaba más, puesto que nos dejó claro que la caridad está por encima de la ley.





DAR PLENITUD

Mt 5, 17-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

LA LEY Y LOS PROFETAS
Jesús nos dice hoy que no ha venido a abolir la Ley y los Profetas, lo que equivale a decir que no había venido a quitar de en medio el Antiguo Testamento.
Las Escrituras para los judíos eran la Ley y los Profetas. De ahí parten muchos de los símbolos del cristianismo, por eso Jesús nos quiso decir la importancia que tienen.
Jesús nos llama la atención sobre tener en cuenta el Antiguo Testamento. No lo olvidemos nosotros. En Él hay tesoros escondidos que podemos y debemos meditar en nuestros ratos de oración para crecer en plenitud.


martes, 13 de junio de 2017

SOIS LA LUZ DEL MUNDO

 Mt 5, 13-18
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».

QUE VEAN VUESTRAS BUENAS OBRAS
Jesús nos ha dicho que somos la luz del mundo y la sal de la tierra. Debemos darle sabor a la vida  e iluminar a nuestros prójimos.
No porque seamos más que nadie, sino para que se vean nuestras buenas obras y así dar gloria al Padre. Nuestras buenas obras deben llevar a los demás hacia Dios.
Hacer el bien debe mostrar al que es el Sumo Bien, iluminar al mundo debe llevar a los demás al que es Luz de luz y así mejorar el mundo para que el Amor sea la fuerza que mueve a la humanidad.


BIENAVENTURADOS

 Mt 5, 1-12
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros».

LAS BIENAVENTURANZAS
Las bienaventuranzas son la tierra sobre la que crece nuestro ser cristiano y las que nos alimentan para dar frutos de buenas obras.
Ser mansos, misericordiosos, limpios de corazón... debería ser la meta a la que dirigirnos cada día para vivir con autenticidad y coherencia.
Y alegrarnos y regocijarnos cuando lo demás no entiendan nuestra forma de actuar. Nos dice Jesús que nuestra recompensa será grande. Y Él no miente.


domingo, 11 de junio de 2017

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Jn 3, 16-18
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

LA SANTÍSIMA TRINIDAD
En  el primer domingo del Tiempo Ordinario después de Pentecostés la liturgia nos ofrece recordar con solemnidad a la Santísima Trinidad.
Algo que debemos hacer durante todo el año, pero hoy la Iglesia lo hace especialmente para que no olvidemos que la Trinidad es la razón de todo.
En ellos somos, nos movemos y existimos. Creador, Salvador, Santificador. Amante, Amado y Amor. Padre, Hijo y Espíritu Santo. Que seamos uno, como ellos son Uno. 


sábado, 10 de junio de 2017

OBSERVABA A LA GENTE

 Mc 12, 38-44
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, y aparentan hacer largas oraciones. Éstos recibirán una condenación más rigurosa».
Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.
Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

DOS MONEDILLAS
Hoy el evangelio nos habla de la limosna que echaba la gente en el tesoro del templo. Todos echaban, pero hubo una persona que llamó la atención de Jesús.
Una viuda echó "dos monedillas" dice la lectura. Unos centimillos, diríamos hoy. A los ojos de los demás era poco, pero era todo lo que tenía. No dio poco, lo dio todo.
Cada uno sabe lo mucho que puede dar en la vida, lo que puede dar a los demás. Dios siempre lo recibe con ternura y amor, aunque sean "dos monedillas" de nosotros mismos. 


viernes, 9 de junio de 2017

ENSEÑABA EN EL TEMPLO

 Mc 12, 35-37
En aquel tiempo, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: «¿Cómo dicen los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, movido por el Espíritu Santo, dice:
"Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies". Si el mismo David lo llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?»
Una muchedumbre numerosa le escuchaba a gusto.

LE ESCUCHABA A GUSTO
El evangelio de hoy nos dice que la gente escuchaba a gusto a Jesús. ¡Cómo no! Sería una gozada escuchar las enseñanzas de Jesús de su propia voz.
Pero no tenemos por qué envidiar aquellos tiempo en Palestina. En las Escrituras tenemos al mismo Cristo hablándonos y enseñándonos.
Escuchemos a gusto la Escritura, Leamos y meditemos las palabras de Jesús que nos ofrece. Oremos con la Escritura.


jueves, 8 de junio de 2017

FIESTA DE JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE

 Mt 26, 36-42
Jesús fue con sus discípulos a un huerto, llamado Getsemaní, y le dijo: «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar».
Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a sentir tristeza y angustia.
Entonces les dijo: «Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo».
Y adelantándose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo: «Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú».
Y volvió a los discípulos y los encontró dormidos.
Dijo a Pedro: «¿No habéis podido velar huna hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil».
De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo: «Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad».

JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE
Aunque ha acabado el tiempo de Pascua durante algún tiempo celebraremos Fiestas y Solemnidades importantes en la liturgia de la Iglesia. En la Fiesta de hoy recordamos a Jesucristo como Sumo y Eterno Sacerdote.
Sacerdote por su ofrenda, ofrenda de su vida, su Carne y su Sangre, ofrecidas por nosotros en el altar de la Cruz. Ofrenda que renueva cada sacerdote en cada Eucaristía que se celebra.
Y Él es sacerdote para siempre y desde siempre. Sumo Sacerdote que nos acoge en sus manos y nos ofrece al Padre para siempre y desde siempre.