lunes, 30 de abril de 2018

EL QUE ME AMA GUARDARÁ MI PALABRA

Jn 14, 21-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Le dijo Judas, no el Iscariote: «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»

Respondió Jesús y le dijo: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.

Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».


VENDREMOS A ÉL

La promesa de Jesús en el evangelio de hoy es que al que ame al Padre y guarde la palabra de Jesús, será habitado por Dios.

Lo ha dicho Él. Y su promesa no falla, su Palabra no falla. Solo tenemos que poner un grano de arena de nuestra parte y se nos colmará de divinidad.

Es sencillo. El amor lo cambia todo y el Amor con mayúsculas nos cambia del todo si somos dóciles a su Palabra.


domingo, 29 de abril de 2018

V DOMINGO DE PASCUA

 Jn 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid , vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

LA VID

En este V domingo de Pascua Jesús nos da una lección de vida. Él es la verdadera vid y nos da la vida, transmitida por sus sacramentos.

Somos sus sarmientos, unidos a Él por siempre, para dar fruto, ya que si no es en Él, con Él y por Él nada de lo que hacemos tendría sentido.

Jesús es la verdadera vid, y con ella nos da "vid-a" para darla nosotros a los demás.



viernes, 27 de abril de 2018

CREED A LAS OBRAS

Jn 14, 7-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».

Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta».

Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.

En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».


YO ESTOY EN EL PADRE

Muchos de sus contemporáneos no le creyeron. Y aun hoy, tantos siglos después hay quien no cree en Jesús, no cree en su divinidad.

Y hoyen el evangelio nos los dice claramente: Yo estoy en el Padre. No al lado, ni cerca siquiera. Está en Él, siendo Él mismo.

Nosotros debemos ser en Él en la medida que podamos dada nuestra naturaleza y anhelar siempre estar en Él hasta el momento que Jesús quiera hacerlo realidad.




POR MÍ

 Jn 14, 1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».

Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»

Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».


VOLVERÉ Y OS LLEVARÉ CONMIGO

Una cualidad de Dios es la de que cumple lo que promete. Tenemos muchos ejemplos en la Palabra en los que es así. Dios quiere, puede y lo hace. A nosotros nos pide fe y confianza para creer en ello.

Hoy en el evangelio nos dice Jesús que"volverá y nos llevará consigo" allá donde Él está. Si creyéramos en esto, estaríamos constantemente esperando su venida para que se cumpliera.

Estar con Dios, estar en Dios, ser en Jesús y estar siempre con Él allí donde todo es claridad, donde no hay doblez, donde todos estamos en su Corazón.



miércoles, 25 de abril de 2018

BRILLE ASÍ VUESTRA LUZ

Mt 5, 13-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.

Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo».

EN LO ALTO DE UN MONTE

Hoy Jesús nos habla de la luz, la sal, lámparas encendidas... y de estar en lo alto del monte. Vigilando, mirando, contemplando, siempre desde arriba.

Quizá debamos vivir así los cristianos: mirando, no solo viendo; contemplando, no solo reflexionando, pero siempre desde lo alto, en espera activa.

Los cristianos somos los vigías de la sociedad, alertas siempre a lo que vendrá, para saber por dónde llega Dios y mostrarlo así a los hermanos. 



martes, 24 de abril de 2018

ID AL MUNDO ENTERO

Mc 16, 15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo: «ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.

A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. 

Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.


CONFIRMANDO LA PALABRA CON LAS SEÑALES

Cuando Jesús fue llevado al cielo los discípulos se fueron a predicar por todas partes pues con esa misión fueron enviados por Él.

Y el evangelio sigue diciendo: "confirmando la palabra con las señales que les acompañaban". Y es que las palabras deben estar acompañadas de obras, si no, no seríamos coherentes.

Para serlo, no basta con predicar. Debemos ofrecer al mundo la vida de Cristo con lo que decimos, lo que hacemos y lo que somos. 


lunes, 23 de abril de 2018

SOMOS UNO

Jn 10, 22-30

Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.

Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente».

Jesús les respondió: «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado, es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».


OS LO HE DICHO, Y NO CREÉIS

Es el mismo Jesús el que hoy nos dice que ha sido Él el que nos ha hablado de sí mismo, de su obra y de su ser Hijo. Y no creemos.

Creer no es tarea fácil, nunca nadie lo dijo. Pero Jesús hace que sea más fácil hablándonos de su Corazón de Buen Pastor.

Que nunca nos tenga que reprochar Jesús que no hemos creído en Él. Profundicemos en las Escrituras para que creamos.



domingo, 22 de abril de 2018

CONOCEN SU VOZ

 Jn 10, 1-18

En aquel tiempo, dijo Jesús: «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.

Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».

ABUNDANTE

Hoy Jesús nos dice que ha venido para que tengamos vida abundante. Quizá la diferencia es el "abundante", porque Dios no es tacaño.

La generosidad es una cualidad de Dios y debería ser un cualidad nuestra porque entendemos que dar es propio de cristianos, a ejemplo de Jesús.

Abundante, como la Misericordia. Abundante, como la Compasión. Abundante, como el Amor que Dios nos da incesantemente. Sigamos sus pasos.



sábado, 21 de abril de 2018

IV DOMINGO DE PASCUA

Jn 10, 11-18

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.

Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.

Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre».

EL BUEN PASTOR

Ya estamos en el IV domingo de Pascua, en el cual recordamos de manera especial a Jesús como el Buen Pastor, que cuida de sus ovejas.

Él nos guía y nos conduce hacia fuentes tranquilas, como dice el Salmo. Y si nos desviamos del camino, viene personalmente a buscarnos.

Pastor bueno, que conoce a sus ovejas y las protege.El Señor es mi Pastor, nada me falta. Descansemos en su regazo. 



viernes, 20 de abril de 2018

EL ESPÍRITU ES QUIEN DA VIDA

Jn 6, 60-69

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»

Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, hay algunos de vosotros que no creen».

Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede».

Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?»

Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios».


PALABRAS DE VIDA ETERNA

El único que tiene palabras de vida eterna es Jesús, el único que nos dice palabras verdaderas, el único que nos nombra de verdad.

Vivimos en un mundo lleno de palabras vacías, palabras sin sentido, palabras que no acaban de significar mucho y en medio de todo ello Jesús da sentido a todo.

Porque solo Él es la Palabra, la única Palabra que significa algo para nosotros, la única Palabra que salva y da vida eterna. 


jueves, 19 de abril de 2018

EN EL ÚLTIMO DÍA

Jn 6, 52-59

En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.

Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.

HABITA EN MÍ Y YO EN ÉL

Habitar es vivir habitualmente en un lugar. Hoy Jesús nos dice que el que come su carne y bebe su sangre habita en Él.

Habitar en Dios puede llegar a ser un anhelo para nosotros. Búsqueda contínua de estar en Él, de ser en Él, estar siempre con Él.

Con nuestra vida, con nuestros hechos, con todo nuestro ser y nuestro estar, todo nuestro corazón y nuestra alma habitemos siempre en Él para que Él viva siempre en nosotros. 



miércoles, 18 de abril de 2018

EL QUE CREE TIENE VIDA ETERNA

Jn 6, 44-51

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios." Todo el que escucha al Padre y aprende viene a mí.

No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.

Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».


EL QUE CREE TIENE VIDA ETERNA

Creer en Jesús, en su persona, en su evangelio tiene unas consecuencias para nuestra vida. Creer en Jesús cambia la vida, mejor aún, lo cambia todo.

Ya no podemos ver a los demás igual, ni tan siquiera las cosas de alrededor se ven igual, ni se oyen igual ni se entienden igual.

Creer en Jesús es ver más allá de lo que meramente vemos. Creer significa tener presente en todo a Jesús, sabiendo que nos espera una vida eterna.



martes, 17 de abril de 2018

ME HABÉIS VISTO Y NO CREÉIS

Jn 6, 35-40

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis.

Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.

Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.

Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».


LA VOLUNTAD DE MI PADRE

Muchas veces nos preguntamos cuál será la voluntad de Dios en nuestras vidas, en nuestro mundo, en nuestras realidades diarias.

Y en el evangelio de hoy Jesús nos dice que la voluntad del Padre es que todo el que cree en Él tenga vida eterna. Esa es su voluntad.

Él mismo nos lo dice para que no nos quepa duda. Lo sabemos. Hagamos su voluntad: creamos en Él y Él nos dará la vida eterna.



lunes, 16 de abril de 2018

EL PAN DE LA VIDA

 Jn 6, 30-35

En aquel tiempo, en gentío dijo a Jesús: «¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Pan del cielo les dio a comer"».

Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».

Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan».

Jesús les contestó: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed».

EL HAMBRE Y LA SED

Hoy Jesús nos habla de pan y de sed. Pero, como suele ocurrir con Él, nos es un pan ni una sed como la entendemos nosotros. Él va mucho más allá.

Él es el verdadero Pan y el que calma nuestra sed. Jesús es el Pan de la vida y se nos da para nuestro alimento espiritual.

Y de ese alimento surgirán nuestras obras para el bien del prójimo. Porque el que cree en Él ya nunca tendrá hambre ni sed.


domingo, 15 de abril de 2018

LO VIERON CAMINANDO SOBRE EL MAR

Jn 6,22-29

Después de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el mar.

Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.

Entretanto, unas barcas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.

Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?» Jesús les contestó: «En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios».

Ellos le preguntaron: «Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?»

Respondió Jesús: «La obra de Dios es ésta: que creáis en el que él ha enviado».


FUERON EN BUSCA DE JESÚS

Los discípulos, cuando vieron que Jesús no estaba a la orilla del Tiberíades, fueron en su busca. La búsqueda es una de las características de la espiritualidad cristiana.

Por ello, como los discípulos, siempre que no encontremos a Jesús en nuestra vida, en nuestras circunstancias, en nuestras realidades, debemos buscarlo.

Siempre buscarlo, porque Él se deja encontrar. Y cuanto más lo encontremos, más ganas pondrá en nosotros de buscarlo. No nos cansemos.



sábado, 14 de abril de 2018

III DOMINGO DE PASCUA

 Lc 24, 35-48

En aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros».Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Y él les dijo: «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo».

Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: «¿Tenéis ahí algo de comer?» Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.

Y les dijo: «Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí».

Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y les dijo: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto».

VOSOTROS SOIS TESTIGOS DE ESTO

En este tercer domingo de Pascua el evangelio nos recuerda otra de las apariciones de Jesús a sus discípulos. Estaban siendo testigos presenciales de la Resurrección.

Nosotros no pudimos estar allí presencialmente, pero también hemos sido testigos de muchas resurrecciones propias y ajenas.

Resucitar, nacer de nuevo, volver a ser... podemos contarlo a los demás y dar así testimonio de las maravillas que Dios hace en nuestras vidas. 



viernes, 13 de abril de 2018

SOY YO, NO TEMÁIS

 Jn 6, 16-21

Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar, embarcaron y empezaron la travesía hacia Cafárnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando.

Habían remado unos veinticinco o treinta estadios, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el mar, y se asustaron.

Pero él les dijo: «Soy yo, no temáis».

Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio a donde iban.


BAJARON AL MAR

El evangelio de hoy nos dice que los discípulos, al oscurecer el día, bajaron al mar. El mar, como la montaña, es un lugar recurrente en la Biblia para el encuentro don Dios.

Y es que el mar, con su grandeza, su inmensidad, su fuerza, su suavidad, su calma necesariamente nos recuerda a Dios, a esa nostalgia de Dios que todos tenemos en algún momento.

"Bajemos" también nosotros "al mar", a ese Corazón de Dios en el que Él nos espera para llenarnos de calma y fuerza. Dios, ese mar inmenso...


LO SEGUÍA MUCHA GENTE

Jn 6, 1-15

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.

Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?» Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.

Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo».
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero, ¿qué es eso para tantos?»

Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.

Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda».Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo».

Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.


CINCO PANES Y DOS PECES

Los caminos de Dios no son nuestros caminos. Y las matemáticas de Dios no son nuestras matemáticas. Para Él poco es mucho.

Con cinco panes y dos peces, setenta veces siete... Nosotros, que tenemos tendencia a contar todo lo que existe o se nos presenta, deberíamos tener interiorizadas las matemáticas de Dios.

Y lo más importante: quiere que todos nos salvemos. Y todos es todos, sin excepción. La matemáticas de Dios siempre tan evangélicas.



miércoles, 11 de abril de 2018

DIOS ES VERAZ

Jn 3, 31-36

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.

El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.


NO DA EL ESPÍRITU CON MEDIDA

Una de las características que Dios ha demostrado a lo largo de su revelación a nosotros es su generosidad. Dios es generoso sin medida.

Y por eso, también su Espíritu, lo da sin medida. El mayor de los dones, El Espíritu Santo, vive en nuestros corazones para aumentar nuestro amor hacia Dios y hacia el prójimo.

También nosotros debemos ser generosos sin medida. Así seremos hijos de nuestro Padre, imitándolo en su Amor. 


martes, 10 de abril de 2018

TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO

Jn 3, 16-21

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tengan vida eterna.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.

En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

LA LUZ VINO AL MUNDO

Dios es la luz y viniendo al mundo, nos dio toda su luz. Así nosotros debemos ser la luz del mundo, siendo testigos de la luz.

Debemos ser guías de aquellas personas que se acerquen a nosotros buscando una palabra, un abrazo,o simplemente compañía.

Ser luz, dar luz, compartir la luz que recibimos de Dios para dar la luz de Jesús al mundo. 



lunes, 9 de abril de 2018

DAMOS TESTIMONIO DE LO QUE HEMOS VISTO

Jn 3, 5a. 7b-l 5

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu».

Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede suceder eso?»

Le contestó Jesús: «¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo; hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo creeréis si os hable de las coas celestiales? Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.

Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna».


TENÉIS QUE NACER DE NUEVO

Es lo que nos dice hoy Jesús en el evangelio: nacer de nuevo. Eso nos hará bien, puesto que nacer de nuevo significa dejar atrás todo y ser criaturas nuevas.

Nacer, ser de nuevo, ser en salida, sin ningún lastre que nos pueda apartar del camino junto a Dios, así debe ser volver a nacer.

Y tenemos que hacerlo para tener una mirada limpia y un corazón blanco para amar más y mejor. Nacer de nuevo, sin ruido, sencillamente...



domingo, 8 de abril de 2018

SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR

 Lc 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».

María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra».

Y el ángel se retiró.

¡ALÉGRATE!

Hoy la Liturgia celebra la Solemnidad de la Anunciación del Señor. Esta fiesta se celebra el 25 de marzo, pero este año, al coincidir con el Domingo de Ramos se ha trasladado al día de hoy.

El ángel anunció a María que sería la Madre de Dios y lo primero que le dijo fue: ¡Alégrate! Y es que cuando Dios llega, cuando Dios toma las riendas de nuestra vida, no queda otra que estar alegres siempre.

Alegrémonos con María y alegrémonos por lo que significa la fiesta de hoy. Dios se hizo hombre en María para ser uno de nosotros, para amarnos con un corazón como el nuestro. Por nosotros, por Amor.