Mc 4,21-25
Les decía también: «¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
Les decía también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.»
QUIEN TENGA OÍDOS
Hoy Jesús nos invita a oír. Es un poco llamativo que la época de las comunicaciones sea la época en la que menos escuchamos.
¿Y escuchamos lo que Jesús tiene que decirnos? ¿Cómo oiremos a Jesús? Evidentemente, tratando con Él en la oración y en la Palabra.
Y su Palabra hoy nos invita a ser luz, a no esconder nuestra luz si podemos iluminar a los demás. Oigamos qué nos tiene que decir el mundo y seamos luz para todos.
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