Mc 8, 11-13
En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo: «¿Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
SE FUE A LA OTRA ORILLA
Jesús muchas veces necesitaba descansar, estar solo. Y esto no significaba que le importara menos su misión o que le importaran menos las personas.
Necesitamos estar solos para enfrentar mejor las situaciones diarias que nos ofrece la vida. Necesitamos momentos de oración.
Irnos a la otra orilla, ver la vida desde otra perspectiva, orar la vida desde una actitud contemplativa nos hará más fuertes y coherentes.
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