Mt 9, 14-15
En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».
¿POR QUÉ?
¿Por qué el ayuno? Es la pregunta que ya le hacían a Jesús hace 2000 años. Parece que no hubiéramos aprendido nada.
¿Por qué tengo que ayunar? Es una herramienta espiritual que nos acerca a Dios. La Cuaresma nos debe reincorporar de una manera u otra a Dios.
Y el ayuno es una ayuda para ello. Ayunemos no solo de comida, sino de todo aquello que nos separe de Dios.
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