domingo, 22 de diciembre de 2024

IV DOMINGO DE ADVIENTO

 Lc 1,39-45

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

VEN, SEÑOR


La Navidad está muy, muy cerca. María y José tienen que ir a Belén a empadronarse, y ella, a puto de dar a luz. Había tanta gente empadronándose en Belén que solo les pudieron ofrecer un establo. Ellos, seguro, lo habían pensado diferente, pero no Dios.


El Señor nació allí y se convirtió en uno de los lugares más emblemáticos del mundo. Allí nació la paz, allí nació la esperanza, allí nació la luz. Nuestra vida, a veces, puede parecer la suma imperfección, pero Dios sabe por qué viene a iluminarnos en esas circunstancias.


Jesús llega, está llegando. Nuestra casa, nuestro establo es un desastre, pero ven, no dejes de venir, no dejes de nacer en mí. Ven pronto, Señor, ven, Salvador.

domingo, 15 de diciembre de 2024

III DOMINGO DE ADVIENTO

 Lc 3,10-18

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
«Entonces, ¿qué debemos hacer?».
Él contestaba:
«El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:
«Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?».
Él les contestó:
«No exijáis más de lo establecido».
Unos soldados igualmente le preguntaban:
«Y nosotros, ¿qué debemos hacer?».
Él les contestó:
«No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga».
Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias.
Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga».
Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.

¿QUÉ DEBEMOS HACER?
El tercer domingo de Adviento es el domingo "Gaudete". Ya se acerca el día, debemos estar con esperanza alegre aguardando al Hijo de Dios, aguardando a un Dios hecho hombre. 
¿Y qué debemos hacer? le preguntaban a Juan, el Bautista. El pueblo expectante, sabiendo que el Mesías llegaría pronto, querían saber cómo recibirlo en sus vidas, qué hacer para estar mejor preparados.
Y eso es lo que debemos preguntarnos también hoy cada uno de nosotros. ¿Qué debo hacer para prepararme mejor a la venida de mi Salvador, del Mesías, del Señor? Que cada uno, desde lo más profundo de su corazón, encuentre la respuesta, con alegría. 

domingo, 8 de diciembre de 2024

II DOMINGO DE ADVIENTO

 Lc 3,1-6

En el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:
«Voz del que grita en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos;
los valles serán rellenados,
los montes y colinas serán rebajados;
lo torcido será enderezado,
lo escabroso será camino llano.
Y toda carne verá la salvación de Dios».

INMACULADA Y ADVIENTO
En este Adviento ha coincidido la celebración del segundo domingo con la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. María, nuestra Madre, no se entiende sin la espera del Adviento y el Adviento no se entiende sin María.
El evangelio de hoy nos anima y exhorta a preparar los caminos y allanar los senderos por los que vendrá la salvación de Dios, el Mesías, el Señor. 
Practiquemos el perdón, la misericordia, la conversión y seremos voz que grita en el desierto, como Juan, voz que grita al corazón de la humanidad que Cristo va a llegar y nos salvará. 

jueves, 5 de diciembre de 2024

EL QUE ESCUCHA

 Mt 7,21.24-27

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande».

EL QUE ESCUCHA
Dice hoy el evangelio que aquel que escucha las palabras de Jesús y las pone por obra es una persona prudente y juiciosa.
Debemos seguir su Palabra, ponerla por obra, así seremos verdaderamente cristianos de palabra y obra.
Seamos coherentes, seamos honestos con nosotros mismos y con los demás. Seamos cristianos, seguidores de Cristo, escuchando y actuando. 


lunes, 2 de diciembre de 2024

DE ORIENTE Y OCCIDENTE

 Mt 8,5-11

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».

DE ORIENTE Y OCCIDENTE
Empezando el Adviento el evangelio nos recuerda que la salvación es para todos. Y todos es todos, sin excepción.
De oriente y occidente, de norte y sur, Dios nos ama a todos como solo Él sabe. Nadie está excluido del Amor de Dios.
Tomemos ejemplo y no excluyamos a nadie de nuestro amor y ayuda. Todos somos hijos en el Hijo. 

domingo, 1 de diciembre de 2024

I DOMINGO DE ADVIENTO

Lc 21,25-28.34-36: Se acerca vuestra liberación.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo
del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».


ADVIENTO


Espera, esperanza. Algo no ha llegado todavía, pero sabemos que va a llegar.  Adviento nos enseña a esperar, nos enseña el valor de la paciencia.  Y Dios nos trata con paciencia, a nosotros, que vivimos en el tiempo.


En estos tiempos actuales, hay quien está esperando la paz. Y Adviento es un tiempo, también de especial paz. Tiempo de luz, de brillar, de ser luz y dejarse iluminar por Dios, esperando su gloria esplendorosa.


Y Adviento es tiempo de Amor. No se puede vivir sin ser amado y sin amar. El Amor de los amores se manifestará, vendrá, por eso en este Adviento le pedimos: Ven, Señor, no tardes. 

domingo, 24 de noviembre de 2024

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO, SOLEMNIDAD

 Jn 18,33b-37

En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús:
«¿Eres tú el rey de los judíos?».
Jesús le contestó:
«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?».
Pilato replicó:
«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».
Jesús le contestó:
«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Pilato le dijo:
«Entonces, ¿tú eres rey?».
Jesús le contestó:
«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».

CRISTO, REY
El último domingo del tiempo ordinario la liturgia lo dedica a recordarnos la realeza del Hijo de Dios. Él es Rey, se lo dijo a Pilato y nos lo dice a nosotros. Su realeza nos habla de soberanía y esperanza.
Su reinado no es un reinado político o terrenal, sino un reinado de amor, justicia y paz que se construye en los corazones que aceptan a Cristo como Señor y Salvador.
La fiesta de Cristo Rey nos llama a vivir nuestra fe con coherencia, a ser testigos del amor de Dios en el mundo y a trabajar por la construcción de un mundo más justo y fraterno, reflejo del Reino de Cristo.

domingo, 10 de noviembre de 2024

DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 12,38-44

En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía:
«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa».
Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.
Llamando a sus discípulos, les dijo:
«En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

DOS MONEDILLAS
Hoy el evangelio nos da una muestra de solidaridad absoluta. Lo poco, poquísimo que tenía la viuda del evangelio, dos monedillas, dos céntimos, diríamos hoy. Da lo que tiene, el que lo da todo y no lo que le sobra.
Nos da ejemplo de cómo debe ser nuestra entrega, nuestro servicio, nuestra solidaridad y misericordia. No demos de lo que sobra, demos todo y dejemos que Dios acepte todo lo que ofrecemos.
Aunque sea poco, démosle nuestras dos monedillas siempre que las necesite, siempre que alguien las necesite. 

domingo, 3 de noviembre de 2024

DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 12,28b-34

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser». El segundo es este: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

EL PRIMER MANDAMIENTO
"A la tarde te examinarán en el amor", como nos dice san Juan de la Cruz. Y no solo a la tarde de nuestra vida, sino cada tarde deberíamos examinarnos del amor, cada día debemos preguntarnos si hemos amado. El infierno es la ausencia de amor, sencillamente.
No amar y no saberse amado es lo más terrible. Por eso el cielo es sobreabundancia de amor, amar y ser amado para siempre, saber que valgo infinito para Dios y sentirlo y vivirlo a cada segundo, contemplando su rostro.
El amor no pasa nunca, como dice san Pablo y lo que da la medida del amor es la entrega, el servicio, el amor desinteresado. Y Dios es Amor. Abracemos el Amor que sale a nuestro encuentro, el Amor de los amores, haciendo vida el mayor mandamiento de todos.

viernes, 1 de noviembre de 2024

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

 Mt 5,1-12a

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».

TODOS LOS SANTOS
Cada uno de noviembre la Iglesia Católica recuerda a todos los santos, sin excepción, tanto los "oficiales" y reconocidos, como los totalmente anónimos. Es la gran celebración de los que están y son con Dios, compartiendo su gloria y triunfo.
Por eso este día la luz debe reinar, el color blanco de la liturgia nos grita salvación, pureza, santidad, fortaleciéndonos con el ejemplo de los que se nos han adelantado en el camino de la entrega y el servicio.
Demos gracias en este día y alegrémonos por la obra de Dios a lo largo de los siglos. El amor, la santidad, no se detiene, no pasa nunca, renovándose a cada instante. Ser santo es vivir la vocación a ser plenos en el amor. 





domingo, 27 de octubre de 2024

XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Mc 10,46-52
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí».
Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:
«Hijo de David, ten compasión de mí».
Jesús se detuvo y dijo:
«Llamadlo».
Llamaron al ciego, diciéndole:
«Ánimo, levántate, que te llama».
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo:
«¿Qué quieres que te haga?».
El ciego le contestó:
«"Rabbuní", que recobre la vista».
Jesús le dijo:
«Anda, tu fe te ha salvado».
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.


TEN COMPASIÓN DE MÍ

Tener compasión. Jesús le dice al ciego qué quería que hiciese por Él. Y lo único que deseaba era la vista. El ciego entendió que Jesús, en su compasión infinita, se la concedería.


Es bonita la actitud del mendigo ciego. Jesús lo cura, pero porque reconoce sus miserias y reconoce que solo Él puede ayudarle. Nosotros somos mendigos y Él nos ama.


El amor de Jesús no solo es infinito, sino todopoderoso y él hoy nos dice qué quieres que haga por ti. Pidámosle como el ciego y confiemos en su misericordia. 


martes, 15 de octubre de 2024

MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN

 Mt 11,25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN
Jesús dijo que aprendiéramos de Él a ser mansos y humildes, humildes de corazón y así encontraríamos paz.
No dijo que aprendiéramos de Él a hacer milagros, ni que aprendiéramos  de él a andar sobre las aguas.
Ser mansos y humildes. No hay más. Y todo cambia. 

viernes, 11 de octubre de 2024

UN SIGNO DEL CIELO

 Lc 11,15-26

En aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.
Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por lugares áridos, buscando un sitio para descansar, y, al no encontrarlo, dice:
"Volveré a mi casa de donde salí".
Al volver se la encuentra barrida y arreglada.
Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí.
Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».

UN SIGNO DEL CIELO
El evangelio de hoy nos muestra a los contemporáneos de Jesús pidiéndole una señal del cielo para ponerlo a prueba.
Y, después dos mil años, seguimos pidiéndole un signo de que nos haga un "milagro" o que nos muestre y demuestre su presencia.
Y, si nos fijamos atentamente, cada día tenemos cientos, miles de signos que nos hablan de su presencia. Únicamente hay que estar atentos. ¿Probamos?

jueves, 10 de octubre de 2024

PEDID Y SE OS DARÁ

 Lc 11,5-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice:
"Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle"; y, desde dentro, aquel le responde:
"No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos"; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?».

PEDID Y SE OS DARÁ
En el día en que la Iglesia recuerda a santo Tomás de Villanueva, obispo agustino, conocido por su caridad, nos regala el evangelio en el que se nos invita a orar para pedir.
Pidamos a Dios todo lo que necesitamos, nuestra oración nunca cae en saco roto, sino que siempre "cae" en el Corazón de Dios.
Pidamos por todas las necesidades propias y del prójimo. Él siempre escucha. Pedid y se os dará.

lunes, 7 de octubre de 2024

HAZ TÚ LO MISMO

 Lc 10,25-37

En aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?».
Él le dijo:
«¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?».
Él respondió:
«"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza" y con toda tu mente. Y "a tu prójimo como a ti mismo"».
Él le dijo:
«Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida».
Pero el maestro de la ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús:
«¿Y quién es mi prójimo?».
Respondió Jesús diciendo:
«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva". ¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?».
Él dijo:
«El que practicó la misericordia con él».
Jesús le dijo:
«Anda y haz tú lo mismo».

HAZ TÚ LO MISMO
Es sencillo. El evangelio de hoy nos dice algo obvio y evidente: debemos hacer el bien y la misericordia a ejemplo de Jesús.
Y algo tan sencillo, a veces se nos hace tan cuesta arriba que no sabemos qué hacer en las diferentes situaciones de la vida.
Jesús nos lo recuerda. Todos son prójimos. Practicad la misericordia. 

domingo, 6 de octubre de 2024

XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 10,2-16

En aquel tiempo, acercándose unos fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba:
«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».
Él les replicó:
«¿Qué os ha mandado Moisés?».
Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».
Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».
Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.

LOS NIÑOS
En este domingo del Tiempo Ordinario Jesús nos habla de unión, de amor y de niños. Nos recuerda que, de los que son como ellos, es el Reino. ¡El Reino!
Algo tan importante, aquello que vino a implantar con su misión de encarnarse, nos dice que se llega a ese Reino siendo niños. No infantiles, sino niños, con dulzura, protección, inocencia.
Seamos como niños, inocentes, puros, dejándonos asombrar por Dios. Seamos como niños; así reinaremos con Jesús. 

sábado, 5 de octubre de 2024

TÉMPORAS

 Mt 7,7-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!».

TÉMPORAS
Hoy la Iglesia celebra un día especial dedicado a la acción de gracias por el año vivido y la petición para el que está por venir. 
Pedimos y damos gracias, dos actitudes del cristiano, Dios es el que puede darnos lo que le pidamos y a Él debemos dar gracias.
Dediquemos el día de hoy a la oración. Seamos agradecidos. 

domingo, 29 de septiembre de 2024

XXVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 9,38-43.45.47-48

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».
Jesús respondió:
«No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro».
Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga.
Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”.
Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».

CON NOSOTROS
Hoy el evangelio nos invita a que no encasillemos a las personas, a no etiquetar, reduciendo todo a nuestra visión. Esto es un error, esto divide. 
Comprendamos que hay que buscar el bien de todos, respetando su libertad. Que no vengan con nosotros no significa que vayan contra nosotros. Hay mucha gente buena en el mundo.
Pidamos al Señor que nos parezcamos a Él en la misericordia, el perdón , en el respeto a la libertad de los demás. Seamos apóstoles de misericordia y perdón. 

viernes, 27 de septiembre de 2024

EL MESÍAS DE DIOS

 Lc 9,18-22

Una vez que Jesús estaba orando solo, lo acompañaban sus discípulos y les preguntó:
«¿Quién dice la gente que soy yo?».
Ellos contestaron:
«Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Pedro respondió:
«El Mesías de Dios».
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Porque decía:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».

EL MESÍAS DE DIOS
El evangelio de hoy nos deja claro que Jesús es el Mesías, que así lo veían los discípulos, los apóstoles y Él mismo.
Nos faltaría saber si, para nosotros, también es el Mesías, nuestro Salvador, aquel que murió por nosotros.
Que no se nos olvide. Nadie ha dado ni dará la vida por nosotros, solo Él. 

domingo, 22 de septiembre de 2024

XXV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 9,30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

SERVIDORES
Las lecturas de hoy nos invitan  a preguntarnos qué imagen tenemos de Dios. Nos invita a abrir los ojos y ver bien quién es Dios para nosotros. En la primera lectura vemos a un Dios Salvador.
Pero no veamos en Dios solo a quien nos asegura bienestar y beneficio. Sino, como dice el evangelio, Dios quiere que seamos los últimos y los servidores de todos, como lo fue Jesús.
Dios es el Servidor, el Acogedor, Su camino es el camino de la Cruz, el camino que da sentido a nuestra vida. Y, por la Cruz, seremos llevados a la Resurrección. 

sábado, 21 de septiembre de 2024

MISERICORDIA

 Mt 9,9-13

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».
Jesús lo oyó y dijo:
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "Misericordia quiero y no sacrificio": que no he venido a llamar a justos sino a pecadores».

MISERICORDIA
En el día en que la Iglesia recuerda al apóstol Mateo la liturgia nos ofrece un evangelio de preciosa lectura.
Y con una enseñanza profunda y esencial: misericordia quiero y no sacrificios. No antepongamos los sacrificios a la misericordia.
Sed misericordiosos, sed apóstoles de la misericordia y así seremos hijos de nuestro Padre del cielo. 

miércoles, 18 de septiembre de 2024

SE ASEMEJAN A UNOS NIÑOS

 Lc 7,31-35

En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¿A quién, pues, compararé los hombres de esta generación? ¿A quién son semejantes?
Se asemejan a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros aquello de:
“Hemos tocado la flauta
y no habéis bailado,
hemos entonado lamentaciones,
y no habéis llorado”.
Porque vino Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, y decís: “Tiene un demonio”; vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: “Mirad qué hombre más comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.
Sin embargo, todos los hijos de la sabiduría le han dado la razón».

SE ASEMEJAN A UNOS NIÑOS
Sabemos lo que opinaba Jesús de los niños, pero en esta ocasión el evangelio nos habla de actitudes infantiles.
Podemos ser como niños, pero lo incorrecto es, siendo maduros, tener actitudes infantiles, como tenían aquellos en tiempos de Jesús.
Vivamos nuestra fe como cristianos maduros, comprometidos, entregados. Llevemos la fe a la vida. 

martes, 17 de septiembre de 2024

¡LEVÁNTATE!

 Lc 7,11-17

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, y caminaban con él sus discípulos y mucho gentío.
Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.
Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo:
«No llores».
Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo:
«¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!».
El muerto se incorporó y empezó a hablar, y se lo entregó a su madre.
Todos, sobrecogidos de temor, daban gloria a Dios diciendo:
«Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo».
Este hecho se divulgó por toda Judea y por toda la comarca circundante.

¡LEVÁNTATE!
A nosotros nos lo dice: ¡levántate! A nosotros, que vivimos en un mundo en el que no está Él presente casi nunca.
¡Levántate  y sé valiente! Anuncia que Jesús es la Vida y el Amor, que es el único Salvador y nuestra eterna Luz.
Sepamos levantarnos y levantar a todo aquel que esté hundido en lo profundo de la tristeza. Anunciemos nuestra alegría; ¡levántate!

lunes, 16 de septiembre de 2024

SE PUSOEN CAMINO CON ELLOS

 Lc 7,1-10

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de exponer todas sus enseñanzas al pueblo, entró en Cafarnaún.
Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, el centurión le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese a curar a su criado. Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente:
«Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestra gente y nos ha construido la sinagoga».
Jesús se puso en camino con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle:
«Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir a ti personalmente. Dilo de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo soy un hombre sometido a una autoridad y con soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; y a mi criado: "Haz esto", y lo hace».
Al oír esto, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo:
«Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe».
Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.

SE PUSO EN CAMINO CON ELLOS
El evangelio de hoy nos habla del centurión de Cafarnaúm. Los ancianos le pidieron que le ayudase, "se lo merecía", porque se había portado bien con ellos.
Y Jesús se puso en camino con ellos. Caminar con alguien es entender su camino, pisar por las mismas piedras y ver los mismos paisajes.
Pidamos a Jesús que siempre se ponga en camino con nosotros, que nos ayude en las dificultades y nos haga ver lo bello de caminar con Él. 

jueves, 12 de septiembre de 2024

MISERICORDIA

 Lc 6,27-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.
Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.
Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.
Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

MISERICORDIA
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso, nos dice hoy Jesús. Un buen consejo que nunca deberíamos olvidar.
Y sigue: no juzguéis, no condenéis, perdonad. Y el Señor será generoso con vosotros hasta la exageración, como solo puede serlo Él.
Misericordia, compasión, amor. Tres premisas para ser un buen cristiano. 

martes, 10 de septiembre de 2024

UNA FUERZA QUE LOS CURABA

 Lc 6,12-19

En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

UNA FUERZA QUE LOS CURABA
Nos dice hoy el evangelio que salía de Jesús una fuerza que los curaba a todos. No sabían contarlo, pero se notaba.
De Jesús siempre sale una fuerza que cura los cuerpos y las almas. Los apóstoles eran los primeros testigos y nos lo contaron.
Que nosotros también seamos apóstoles de Jesús y proclamemos su fuerza curativa. 

domingo, 8 de septiembre de 2024

XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 7,31-37

En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano.
Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.
Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:
«Effetá» (esto es, «ábrete»).
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.
Y en el colmo del asombro decían:
«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

EFFETÁ
Effetá, ábrete. Palabra que dijo Jesús al sordomudo para abrir sus oídos y liberar su lengua. Las personas que lo vieron comentaban, asombradas, que todo lo hacía bien. Tuvo que ser un impacto en aquella sociedad.
Y hoy Jesús sigue haciéndolo todo bien, curando, sanando, poniendo su mano en todo aquello que no está bien en nuestras vidas para abrirlo y dejar que entre el Espíritu santificador.
Pensemos qué debe sanar Jesús en nosotros, qué debemos dejarnos sanar para poder hablar sobre Él a todos y escuchar todo aquello que quiera decirnos.

sábado, 7 de septiembre de 2024

SEÑOR DEL SÁBADO

 Lc 6,1-5

Un sábado, iba Jesús caminando por medio de un sembrado y sus discípulos arrancaban y comían espigas, frotándolas con las manos.
Unos fariseos dijeron:
«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?».
Respondiendo Jesús, les dijo:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros sintieron hambre?
Entró en la casa de Dios, y tomando los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, comió él y dio a los que estaban con él».
Y les decía:
«El Hijo del hombre es señor del sábado».

SEÑOR DEL SÁBADO

Hoy el evangelio nos muestra a Jesús llamándose a sí mismo "señor del sábado". Él es el Señor de todo y de todos.
Señor pacífico y consolador, siempre a nuestro lado, siempre mostrándose cercano y Señor de nuestras vidas.
Pidámosle que siempre nos importe más el amor que las leyes, la coherencia y la transparencia que el cumplimiento. 

viernes, 6 de septiembre de 2024

LOS FARISEOS Y LOS ESCRIBAS

 Lc 5,33-39

En aquel tiempo, los fariseos y los escribas dijeron a Jesús:
«Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber».
Jesús les dijo:
«¿Acaso podéis hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán en aquellos días».
Les dijo también una parábola:
«Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque, si lo hace, el nuevo se rompe y al viejo no le cuadra la pieza del nuevo.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos: porque, si lo hace, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se estropearán.
A vino nuevo, odres nuevos.
Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: "El añejo es mejor"».

LOS FARISEOS Y LOS ESCRIBAS
En tiempos de Jesús todos estaban pendientes de sus palabras: unos, para seguirlas y hacer el bien; otros, para pillarle en cualquier error.
Todos oían y escuchaban con atención, pero lo que cambia es la intención. La bondad o maldad del corazón.
Que siempre tengamos el buen corazón de seguir a Jesús adonde quiera que vaya. 

jueves, 5 de septiembre de 2024

DEJÁNDOLO TODO

 Lc 5,1-11

En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.
Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».
Respondió Simón y dijo:
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Y Jesús dijo a Simón:
«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».
Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

DEJÁNDOLO TODO
Jesús nos dice en el evangelio de hoy que los apóstoles se decidieron a seguirle, dejándolo todo.
Es difícil dejar todo por alguien, aunque, a veces, ocurre. Pero es también difícil dejarlo todo por Alguien, por el Único que merece la pena.
Aun así, Jesús los eligió para ser pescadores de hombres. Sigamos pidiendo para que siempre haya quien lo deje todo por Jesús. 

miércoles, 4 de septiembre de 2024

LOS IBA CURANDO

 Lc 4,38-44

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón.
La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella.
Él, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles.
Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban y decían:
«Tú eres el Hijo de Dios».
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.
Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar desierto.
La gente lo andaba buscando y, llegando donde estaba, intentaban retenerlo para que no se separara de ellos.
Pero él les dijo:
«Es necesario que proclame el reino de Dios también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado».
Y predicaba en las sinagogas de Judea.

LOS IBA CURANDO
Jesús nos salva. Y, aunque parezca una frase hecha, el evangelio de hoy nos demuestra que no solo cura el alma, sino también el cuerpo.
Dejémonos curar el alma y pidamos también que cure las enfermedades de todos aquellos que estén pasándolo mal. 
Los curaba y nos sigue curando. 

lunes, 29 de julio de 2024

LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA

 Jn 11,19-27

En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano.
Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dijo:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó:
«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».

LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA
Tuvo que morir Lázaro para que todos entendieran que Jesús era la Resurrección y la Vida. 
Tuvo que estar casi cuatro días muerto, sin esperanza, habiéndose agotado las lágrimas para que creyeran.
A veces hay que llegar al límite para entender. Jesús es la Resurrección y la Vida. 

sábado, 27 de julio de 2024

DEJADLOS CRECER JUNTOS

 Mt 13,24-30

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
“Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?”.
Él les dijo:
“Un enemigo lo ha hecho”.
Los criados le preguntan:
“¿Quieres que vayamos a arrancarla?”.
Pero él les respondió:
“No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero”».

DEJADLOS CRECER JUNTOS
El trigo y la cizaña crecen juntos y hasta que no llega cierto momento no se distingue una planta de otra.
Se han alimentado igual, se han regado igual, pero la diferencia no está fuera; está dentro de ellas.
Así nosotros. Iguales por fuera solo nos distinguirá de la cizaña cuando vivamos ciertos momentos de la vida como auténticos discípulos de Jesús. 

viernes, 26 de julio de 2024

OÍD

 Mt 13,18-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros, pues, oíd lo que significa la parábola del sembrador: si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que escucha la palabra y la acepta enseguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumbe.
Lo sembrado entre abrojos significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ese da fruto y produce ciento o sesenta o treinta por uno».

OÍD
La recomendación y consejo de Jesús en el evangelio de hoy es "oíd", que le oyeran a Él, y con atención. 
Es importante oír para nunca dar por sentado lo que nos quieren decir. Oigamos y escuchemos con atención, especialmente a Jesús. 
Su Palabra nos dará paz, nos hará reflexionar. Oigamos y escuchemos la única Palabra. 

jueves, 25 de julio de 2024

SANTIAGO, APÓSTOL

 Mt 20,20-28

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó:
«¿Qué deseas?».
Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron:
«Podemos».
Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

EL CÁLIZ
En el día de la solemnidad de Santiago, apóstol el evangelio nos recuerda el pasaje de la petición de la madre de los Zebedeos.
Si querían sentarse en el sitio más privilegiado, cerca del Señor, tenían que ser capaces de beber su mismo cáliz. 
El cáliz del Señor. servir y no ser servido y dar la vida por todos. ¿Estamos dispuestos a beber su cáliz?

miércoles, 24 de julio de 2024

SE SENTÓ JUNTO AL MAR

 Mt 13,1-9

Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al mar. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó y toda la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló muchas cosas en parábolas:
«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, una parte cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se la comieron.
Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y como la tierra no era profunda brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otra cayó entre abrojos, que crecieron y la ahogaron.
Otra cayó en tierra buena y dio fruto: una, ciento; otra, sesenta; otra, treinta.
El que tenga oídos, que oiga».

SE SENTÓ JUNTO AL MAR
Dice el evangelio de hoy que Jesús salió de casa y se sentó junto al mar y allí predicó a una ingente multitud.
No se me ocurre un lugar mejor para predicar el Reino: a la orilla del mar. El mar, que tanto evoca el poder y la maravilla de Dios.
Allí, al lado del Señor, aprendiendo de sus enseñanzas. Allí, que nos encuentre siempre allí. 

martes, 23 de julio de 2024

FRUTO ABUNDANTE

 Jn 15,1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

FRUTO ABUNDANTE
Todos sabemos que si un árbol o una planta da fruto abundante es porque ha tenido  buena tierra, cuidados y buen abono.
Igual nosotros en la vida espiritual. Es necesaria la buena tierra de nuestra alma, los cuidados del Espíritu y el buen abono de la oración y las buenas obras.
¿Qué debo hacer en mi vida espiritual para dar fruto abundante?

lunes, 22 de julio de 2024

¡MAESTRO!

 Jn 20,1.11-18

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella les contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!».
Ella se vuelve y le dice:
«¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro"».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».

¡MAESTRO!
Hoy celebramos la fiesta de santa María Magdalena, testigo privilegiado de la Resurrección del Maestro.
Una mujer que supo encontrar su camino a pesar de las dificultades, de los desencuentros y de una vida compleja.
Que ella interceda por nosotros para que sepamos seguir a Jesús en medio de todos los retos de la vida. 

domingo, 21 de julio de 2024

XVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 6,30-34

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo:
«Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco».
Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

EL PASTOR
Una de las imágenes más bellas que tenemos de Jesús es el Buen Pastor. Él es el pastor y nosotros, las ovejas. Nos cuida, nos alimenta, nos guarda del lobo y, si nos perdemos, va a buscarnos, amorosamente.
Y cuando nos encuentra, nos devuelve al rebaño. Porque nosotros pertenecemos a una comunidad y, en ella, desde ella y por ella vivimos nuestra fe. Allí nos llama a descansar un poco en su compañía". 
"Venid vosotros a solas a en lugar secreto a descansar un poco", nos dice. Y allí, como Buen Pastor, nos acoge en su regazo y nos alimenta con su Cuerpo y Sangre, en la intimidad de su Corazón.