Jn 3, 16-18
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
TRINIDAD
Desde siempre el hombre ha deseado conocer a Dios, su esencia, su existencia, y nos hemos hecho las preguntas importantes y decisivas: ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿qué quiere Dios de mí? Conocer a Dios es parte insustituible de nuestra vida.
El Dios cristiano es un Dios Trino. Tres Personas, Padre, Hijo y Espíritu. Dios Amor. Quizá no necesitemos saber más, quizá sabiendo que Dios es Amor y que estamos hechos a su imagen y semejanza nos lleve a ser nosotros también ese amor.
Dios revelado en Jesús es la mayor plenitud para la humanidad y para cada uno en particular. Preguntémonos cómo llevar ese tesoro que se nos ofrece y vive en nosotros a nuestro prójimo. La Trinidad es comunión. No se e ocurre mejor manera de ponerlo en práctica.
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