jueves, 23 de mayo de 2024

JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE

 Mc 14,12a.22-25

El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, mientras comían, Jesús tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
«Tomad, esto es mi cuerpo».
Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron. Y les dijo:
«Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».

SUMO Y ETERNO SACERDOTE

La celebración de la fiesta de Jesucristo, Sumo  Eterno Sacerdote debe ser ocasión para amar y adorar el sacerdocio de Jesucristo y el de todos los sacerdotes.

Es un día para agradecer a Jesús habernos regalado que cada día, en cada Iglesia del mundo, cada presbítero hace presente, mediante la consagración de las dos especies, a Jesucristo, el Hijo de Dios altísimo.

En este día recemos por la santidad de todos los Sacerdotes, sintiéndonos parte del Cuerpo místico de Cristo, para así pedir, al Dueño de la mies, que envíe y hayan muchos y santos Sacerdotes.

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