Mc 3, 31-35
Llegan su madre y sus hermanos, y quedándose fuera, le envían a llamar.
Estaba mucha gente sentada a su alrededor.
Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan.»
El les responde: «¿Quién es mi madre y mis hermanos?»
Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.»
EL QUE CUMPLE LA VOLUNTAD DE DIOS
¡Qué difícil es a veces discernir cuál es la Voluntad de Dios en nuestra vida diaria! Y otras, ¡qué fácil!
Nuestra conciencia tiene algo que ver en eso, y nuestro ser cristiano y evangélico que va implícito en nosotros desde nuestro Bautismo.
Siguiendo a Cristo y su enseñanza siempre estaremos seguros de cumplir la Voluntad de Dios y así, como Él dijo, seremos su madre y sus hermanos. ¡Qué orgullo para nosotros! ¡Y qué responsabilidad...!
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