sábado, 4 de enero de 2025

VENID Y VERÉIS

 Jn 1,35-42

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:
«Este es el Cordero de Dios».
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.
Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:
«¿Qué buscáis?».
Ellos le contestaron:
«Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?».
Él les dijo:
«Venid y veréis».
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
«Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)».
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
«Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)».

VENID Y VERÉIS
Jesús no necesitó obligar a los discípulos a seguirle, ni forzar a nadie, ni convencer insistentemente. Solo dijo: Venid y veréis.
Y fueron. Y vieron. Y ya no pudieron separarse de Él ni en vida ni en muerte. Y eso es lo que tenemos que hacer: Ir y ver.
Ir a donde esté y ver quién es, qué hace, con quién, cómo. Y hacer lo mismo, para no separarnos de Él nunca más. 

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