jueves, 22 de abril de 2021

EL PAN QUE YO DARÉ ES MI CARNE

 Jn 6, 44-51

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende viene a mí.
No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».

EL PAN QUE YO DARÉ ES MI CARNE

Así, sin anestesia, como se dice ahora. El Pan que nos da es su carne. Y si es difícil de aceptar y entender ahora, hay que imaginar a aquellos discípulos en aquel tiempo.

Es su carne, que comulgamos. Es su carne, que se hace una con nosotros, haciéndonos ser más Jesús. 

Danos siempre de ese Pan y nunca tendremos hambre.

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