viernes, 31 de mayo de 2019

VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA


 Lc 1, 39-56

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».

María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava”. 
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.” 
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. 
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia” - como lo había prometido a nuestros padres - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.

VISITACIÓN DE MARÍA

En el día de hoy celebramos en la Iglesia la Visitación de María a Isabel. En cuanto se enteró de que necesitaba su ayuda emprendió el viaje a su casa.

Es lo que tiene estar traspasada por el amor y, en este caso, por el Amor con mayúscula: no puedes ver una necesidad y quedarte igual.

María, teniendo a Jesús ya con ella, al ver a Isabel proclamó las misericordias del Señor en una oración que persiste por los siglos: el Magníficat. Nosotros, que también hemos conocido el Amor, proclamemos con Ella sus maravillas.



jueves, 30 de mayo de 2019

ME VOY AL PADRE


 Jn 16,16-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver».

Comentaron entonces algunos discípulos: «¿Qué significa eso de "dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver", y eso de "me voy al Padre"?»

Y se preguntaban: «¿Qué significa ese "poco"? No entendemos lo que dice».

Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: "Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver"? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».


TRISTEZA Y ALEGRÍA

Hoy Jesús nos habla de tristeza y alegría anunciando a sus discípulos que se va y ya no lo verán, pero que de alguna manera después le volverán a ver.

Ante estas palabras, que los discípulos no sabían interpretar, se quedaron tristes porque Jesús se iba. Lo que no sabían es que volvería con más fuerza en ellos.

Así nosotros, muchas veces nos quejamos de que Jesús no está, pero quizá esté de otra manera que en esos momentos no sabemos interpretar. Busquémosle y, al encontrarlo, nuestra tristeza se convertirá en alegría.


miércoles, 29 de mayo de 2019

ÉL ME GLORIFICARÁ


Jn 16,12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.

Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

LA VERDAD PLENA

En estos tiempos en los que la palabra verdad está tan devaluada y ni siquiera creemos que algo pueda ser verdadero, en la que se siembras tantas dudas por todo, Jesús nos habla de la verdad plena.

Una verdad total, que solo nos puede ofrecer Él, que el Espíritu nos guía hacia ella y que nos hará llegar a esa plenitud.

La Verdad, lo auténtico solo proviene de Dios. Seamos auténticos en nuestra fe y en nuestras creencias. Solo así seremos testigos. 



lunes, 27 de mayo de 2019

OS DIGO LA VERDAD


Jn 16, 5-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Adónde vas?" Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.

Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una justicia y de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el príncipe de este mundo está condenado».

OS CONVIENE

¿Cómo iban a entender los apóstoles que Jesús les dijera que les convenía que Él se fuera? ¿Acaso nos conviene que Jesús no esté?

Cuando Él no está todo es tristeza y desgana. Si Jesús está presente todo tiene un nuevo color, una nueva luz y un sentido nuevo y renovado.

¿Cómo puede convenirnos que no esté? Quizá para aprender confianza en que lo que hacemos por el Reino tiene el sello del Espíritu, que Él nos envió al subir al Padre.


domingo, 26 de mayo de 2019

ÉL DARÁ TESTIMONIO DE MÍ


 Jn 15,26-16,4a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho».


VOSOTROS DARÉIS TESTIMONIO

Hoy nos lo dice Jesús en el evangelio: daréis testimonio de mí. Ser testigos del Dios vivo es una hermosa misión que se nos ha encomendado.

No solo con palabras, sino también con obras. Debemos dar testimonio, debemos defender nuestra fe ante todo aquel que nos lo pida.

Y actuar siempre según esa fe, dándonos igual quién nos mire, sabiendo que lo que estamos haciendo es coherente con nuestro ser cristiano. 


sábado, 25 de mayo de 2019

VI DOMINGO DE PASCUA


Jn 14, 23-29

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.

Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.

La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis».

HACER MORADA

Nos dice el evangelio de este domingo que si guardamos la Palabra de Jesús, el Padre y Él vendrán a habitar en nosotros, haciendo su hogar en nosotros. ¡Qué magnífico don! Estar habitados por Dios, saber indefectiblemente que Él está en nosotros porque ha querido vivir en nuestro interior.  No haría falta más.

Sin duda, al ser así, deberíamos proclamar su amor y misericordia casi sin hablar. Como dice el Salmo, las naciones cantarían de alegría y le alabarían todos los pueblos sin excepción. Ser templos de Dios, no vivir con el corazón arrugado por la tristeza o desolación nos haría ser luz para los demás. 

"Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde", prosigue el evangelio. Teniendo a Dios,  nada nos faltaría. Teniendo a Dios no temeríamos a nada ni nadie. Teniendo a Dios no habría tristeza que nos envolviera. Por ello, procuremos hacer morada para Él en nuestro interior. Lo demás se nos dará por añadidura.


SI FUERAIS DEL MUNDO


 Jn 15, 18-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
Recordad lo que os dije: "No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».


ME HAN PERSEGUIDO

Jesús mismo padeció persecución y nos dijo que también nos perseguirían a nosotros porque el siervo no es más que su amo.

Últimamente hemos tenido noticia de cristianos asesinados, noticia que se repite año tras año. Los cristianos no somos simpáticos al mundo.

Aun así, debemos seguir dando testimonio de nuestra fe, del Amor inefable de un Dios que murió por nosotros, de su Misericordia entrañable.



viernes, 24 de mayo de 2019

MI MANDAMIENTO


Jn 15, 12-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.

Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.

De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

QUE VUESTRO FRUTO PERMANEZCA

Hoy Jesús nos recuerda que si es bueno que demos fruto, mejor es que permanezca en el tiempo, en el corazón, en las personas, en nosotros mismos.

Una flor es hermosa, pero su misión es ser medio para dar fruto. Y este fruto debe durar. Nuestra sociedad no entiende de esperas, al contrario. Cuanto antes, mejor.

Los frutos que demos en nuestra vida deben permanecer, ya que su origen es Jesús y todo lo que ello conlleva. Ofrezcamos al  mundo frutos que permanezcan.


jueves, 23 de mayo de 2019

MI ALEGRÍA


Jn 15, 9-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.

Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».


VUESTRA ALEGRÍA

¿Nos hemos parado a pensar qué es lo que nos da alegría a diario, lo que nos da alegría en esos momentos especiales que vivimos?

Pues Jesús hoy nos dice que nos habla del Amor con mayúsculas para que SU alegría esté en nosotros. Definitivamente, sin amor no hay alegría.

Debemos vivir con tal intensidad ese Amor de Dios que la alegría de Jesús invada toda nuestra vida y contagiemos de esa alegría a los demás.






miércoles, 22 de mayo de 2019

EL FRUTO


Jn 15, 1-8


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

FRUTO ABUNDANTE

Ya va llegando el tiempo de la cosecha. Mayo, junio son tiempos de colecta y el evangelio también nos lo recuerda.

Los cristianos también en este tiempo que nos toca vivir debemos dar fruto, y fruto "abundante", detalle que remarca Jesús.

En todo aquello que hagamos, en todo aquello que digamos, en todo aquello que pensemos, demos fruto y que este sea abundante para bien del prójimo y de la Iglesia. 


lunes, 20 de mayo de 2019

LA PAZ


Jn 14, 27-31a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.

Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo».

LA PAZ

Jesús en reiteradas ocasiones nos deseó la paz, nos dio la paz y nos dejó la paz. Esa paz que es un don precioso del Espíritu santo.

La paz es un valor muy manoseado y que necesita renovarse en las acciones de toda la humanidad. La paz es necesaria a cada momento para vivir en sociedad.

Seamos pacíficos y pacificadores, amantes de la paz y pongámosla por hecho. El mundo cambiará. 


domingo, 19 de mayo de 2019

GUARDARÁ MI PALABRA

Jn 14, 21-26


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Le dijo Judas, no el Iscariote: «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»

Respondió Jesús y le dijo: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.

Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».


ME MANIFESTARÉ A ÉL

Así de sencillo. El que acepta los mandamientos, amando así a Jesús, será amado por el Padre y por Jesús y se manifestará a él.

¡Tantas veces le hemos pedido a Dios una prueba de su existencia...! Y resulta que es tan simple como amar y ser coherentes con ese amor. 

Quizá solo se trata de eso: Dios se manifiesta en el amor, por amor y con amor. Así debemos manifestarnos también nosotros. 


V DOMINGO DE PASCUA


 Jn 13, 31-33a. 34-35

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús:
«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros.
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos : si os amáis unos a otros».


CATÓLICA

Quizá en los últimos tiempos la palabra "católica" se ha vuelto algo antipática cuando se oye pronunciar, pero es una de las palabras más hermosas con las que se designa a la Iglesia. Católica significa universal, de todos, para todos, con todos y ese es el sentido que debemos darle con nuestra vida de cristianos coherentes. 

En los primeros tiempos de la Iglesia oraban, ayunaban juntos e iban a todas partes, sin excepción. Eran católicos, universales, cristianos de todos, para todos y con todos. Anunciando al mundo entero que Dios es clemente y misericordioso, sobre toda otra visión negativa de Dios.

Como nos dice el libro del Apocalipsis, Él enjugará las lágrimas de nuestros ojos y ya no habrá luto, ni llanto ni dolor. Dios es Misericordia. Por eso nosotros debemos ser también misericordiosos amándonos unos a otros. Así seremos fieles discípulos y apóstoles de la Misericordia.





sábado, 18 de mayo de 2019

FELIPE


Jn 14,7-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si me conocierais a mi, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».

Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta».

Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mi, hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mi. Si no, creed a las obras.

En verdad, en verdad os digo: el que cree en mi, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».


MUÉSTRANOS

En el evangelio de hoy Felipe le pide a Jesús que le muestre al Padre yeso le bastará para creer. Nosotros no le pedimos que nos muestre al Padre, pero le pedimos mil pruebas para fortalecer nuetsra fe.

Una especie de trueque, de chantaje. Si me concedes esto, creeré en Ti. Y así no "funciona" la fe, sencillamente porque fe es creer lo que no se ve, lo que no se comprueba científicamente.

Pidamos a Dios que nos haga crecer en la fe diariamente por medio de todas aquellas cosas que sí nos muestra en su Misericordia infinita.


viernes, 17 de mayo de 2019

VOLVERÉ Y OS LLEVARÉ CONMIGO


Jn 14, 1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».

EL CAMINO

Un camino significa un viaje, un origen,  un destino y, a veces, compañeros de viaje. Y Jesús nos dice que él es el camino.

En ese Camino el origen es nuestro nacimiento a la Vida; el destino, Dios mismo; el viaje, nuestro itinerario como cristianos y nuestros compañeros de viaje, los hermanos.

No dejemos nunca el camino, no olvidemos nunca el destino y deseemos siempre la compañía de los hermanos.


jueves, 16 de mayo de 2019

EL AMO Y EL CRIADO


Jn 13, 16-20

Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: "El que compartía mi pan me ha traicionado." Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy.
En verdad, en verdad os digo: el que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado».

EN VERDAD

Varias veces en el evangelio Jesús repite unas palabras: "En verdad, en verdad...", que se traduce por "Amén". "Así es en verdad", "esto es así", "os aseguro" es lo que nos quiere dar a entender.

Porque Jesús no engaña, no nos miente, Él es la Verdad. Y no hay nada más verdadero que Él, nada más auténtico, nada más.

Y seguir esta Verdad es lo que nos da vida, lo que nos da seguridad, lo que nos da fuerza y entereza para gritar al mundo nuestra razón de ser: Él mismo.


miércoles, 15 de mayo de 2019

LUZ Y TINIEBLAS


Jn 12, 44-50

En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando:
«El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas.

Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre».


LUZ Y TINIEBLAS

Dice Jesús en el evangelio de hoy "Yo he venido al mundo como luz". Y la luz ilumina, nos hace ver mejor lo que tenemos alrededor y ya no necesitamos de otra luz artificial.

Si Jesús es el que nos ilumina, no necesitaremos otra luz artificial y mundana para seguir adelante ni para ver la realidad.

Jesús es nuestra luz. Con Él podemos ver con más claridad la realidad, nuestro entorno. Con la luz de Jesús sigamos adelante.


lunes, 13 de mayo de 2019

COMO EL PADRE ME HA AMADO


Jn 15, 9-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.

Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.

Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.

De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

ESTE ES MI MANDAMIENTO

Después de 20 siglos de cristianismo, después de 20 siglos de escrutar las Escrituras, después de 20 siglos, si Jesús nos dijera "este es mi mandamiento", ¿cuál pensaríamos nosotros que es?

El mandamiento del amor, seguramente pensaríamos todos. Y así es. Pero, si lo sabemos ¿por qué no está el mundo ardiendo de amor?

Ese Amor que Dios quiso enseñarnos, ese Amor que Jesús nos mostró en la Cruz, ese amor que nos dio a María, ese es el que debe hacer arder el mundo. 


domingo, 12 de mayo de 2019

YO SOY LA PUERTA


Jn 10, 1-18

En aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.

Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».

CONOCEN SU VOZ

Hoy el evangelio nos dice que las ovejas siguen al pastor porque conocen su voz. A un extraño no lo seguirán.

La pregunta es obvia: ¿Conocemos nosotros la voz de Dios? ¿Sabemos dónde escucharle? ¿O, por el contrario, seguimos la voz de extraños?

Pensemos dónde y cuándo escuchamos su voz a diario y demos gracias a Dios por permitirnos seguirle. 


IV DOMINGO DE PASCUA


Jn 10, 27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús:
«Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre.
Yo y el Padre somos uno».

EL BUEN PASTOR

En este IV domingo de Pascua celebramos el domingo del Buen Pastor, en el que rezamos especialmente por el aumento de vocaciones a una especial consagración. Nosotros somos ovejas de su rebaño. Como un pastor bueno, así nos trata. Su misericordia y fidelidad son eternas, dice el Salmo.

La lectura de hoy del Apocalipsis nos dice que el eternamente fiel enjugará las lágrimas de nuestros ojos y nos conducirá a fuentes de aguas vivas, como un pastor a su rebaño. El agua del Espíritu, que es el que nos sacia, refresca y da vida a la Iglesia.

Nos da la vida eterna, ¿qué más podemos pedir? Vida en la que escucharemos su voz y nada podrá arrebatarnos de su mano. Allí no pereceremos para siempre y Dios acampará entre nosotros. Buen Pastor que siempre vela por nosotros.



sábado, 11 de mayo de 2019

PALABRAS DE VIDA ETERNA


Jn 6, 60-69

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»

Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, hay algunos de vosotros que no creen». Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar.

Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede». Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.

Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?»

Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios».


¿TAMBIÉN VOSOTROS QUERÉIS MARCHAROS?

Es una pregunta inquietante que Jesús hizo a sus discípulos y que, puede, que alguna vez haya resonado en nuestro corazón de su parte.

El desánimo, la incomprensión, incluso del cansancio pueden hacer estragos en el mayor de los entusiasmos e ilusiones.

Por ello debemos ser humildes y firmes a la vez. Humildes para reconocer que solos no podemos y firmes sabiendo que nuestro Dios no nos abandona. No le abandonemos nosotros nunca.



viernes, 10 de mayo de 2019

ESTO LO DIJO JESÚS


 Jn 6, 52-59


En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»

Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.

Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».

Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.


HABITA EN MÍ

Habitar significa algo más que vivir. Si se habita en un lugar es porque allí vuelves siempre, donde se ha echado raíces.

Hoy nos dice Jesús que si comemos su carne y bebemos su sangre habitamos en Él. ¡Y qué mejor sitio para habitar, para volver siempre, para echar raíces...!

Habitar en Él, ser en Él debería ser nuestra meta, nuestro deseo ininterrumpido.



jueves, 9 de mayo de 2019

LA VIDA DEL MUNDO


Jn 6, 44-51

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día.

Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios." Todo el que escucha al Padre y aprende viene a mí.

No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.

Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».


DISCÍPULOS DE DIOS

Lo dijeron los profetas: "Serán discípulos de Dios". Y ser discípulo es estar dispuesto a aprender del Maestro, a dejarse enseñar por su Sabiduría.

Pare ello hay que tener la suficiente fortaleza y humildad, sencillez y esperanza. Todo ello con la confianza de que el Maestro nunca abandona.

Así debe ser un discípulo de Jesús. Él nos lo ha dado todo gratis. También nosotros debemos dar gratis lo que hemos recibido.



miércoles, 8 de mayo de 2019

EN EL ÚLTIMO DÍA


Jn 6, 35-40

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:«Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás ; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis.

Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.
Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.

Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».

ME HABÉIS VISTO Y NO CREÉIS

Normal que Jesús les echara en cara a los que lo habían conocido que no creyeran en Él. Lo tenían delante y no creían, incluso lo rechazaban.

Hay que tener la mente muy clara y el corazón muy limpio para pararse y pensar en qué tenemos delante, meditar en la realidad cotidiana.

Y en ella está Jesús, de una manera u otra. Está presente. Solo hay que quitarse la venda y creer.


lunes, 6 de mayo de 2019

DANOS SIEMPRE DE ESTE PAN


Jn 6, 30-35

En aquel tiempo, en gentío dijo a Jesús: «¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Pan del cielo les dio a comer"».

Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».

Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan».

Jesús les contestó: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca no tendrá jamás sed».



EL PAN DE LA VIDA

Así se definió Jesús. Pan. Hecho de muchos granos de trigo, agua y levadura. Pan que se parte y se reparte. Pan que alimenta.

Y no solo pan, sino Pan de la vida. Ese Pan que nos da la vida, que nos hace vivir, que nos hace ser, que nos hace creer.

Así nosotros, debemos ser ese pan partido y repartido para todos, ser bondad, ser alimento para el alma de nuestros hermanos. Ser pan, bonita misión.



domingo, 5 de mayo de 2019

CAMINANDO SOBRE EL MAR


 Jn 6, 22-29

Después de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el mar.
Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.
Entretanto, unas barcas de Tiberiades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios».
Ellos le preguntaron:
«Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?»
Respondió Jesús:
«La obra de Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado».

LA OBRA DE DIOS

Jesús, en su vida pública, después de a multiplicación de los panes, se encontró con sus discípulos en el lago Tiberíades. Mejor, sus discípulos lo encontraron.

¿Cómo has venido aquí?, le dijeron. Se sorprendieron de que, de repente, Jesús apareciese. Y es que Jesús, de repente, se presenta en nuestra vida cambiándolo todo.

La obra de Dios es que creamos en que Jesús ha venido a hablarnos de la misericordia de Dios y de su Amor. Sencillo, solo hay que ponerse a ello.


SOY YO, NO TEMÁIS


 Jn 6, 16-21


Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar, embarcaron y empezaron la travesía hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando.
Habían remado unos veinticinco o o treinta estadios, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el mar, y se asustaron.
Pero él les dijo:
«Soy yo, no temáis».
Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio a donde iban.

SOY YO, NO TEMÁIS

El evangelio de hoy nos ofrece la imagen de la oscuridad, el desánimo en contraste con la imagen esplendorosa de Jesús.

Cuando todo parece noche cerrada, cuando no hemos pescado nada, cuando parece que todo se acaba, Jesús está y pone calma.

Es la viva imagen de nuestra vida. Nunca desesperemos, Jesús siempre está.

III DOMINGO DE PASCUA


Jn 21, 1-14


En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberiades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo; Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
«Me voy a pescar».
Ellos contestan:
«Vamos también nosotros contigo».
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice:
«Muchachos, ¿tenéis pescado?»
Ellos contestaron:
«No».
Él les dice:
«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».
La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro:
«Es el Señor».
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice:
«Traed de los peces que acabáis de coger».
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice:
«Vamos, almorzad».
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

153

En este tercer domingo de Pascua la liturgia nos sigue recordando escenas de la Resurrección. Pedro, después de pensar en todo lo vivido, quiso ir a pescar y allí se encontró a Jesús.

También puede que a nosotros nos pase. Le damos vueltas y vueltas a algo, pensando que Dios no está presente y, al cabo, allí está cuando menos lo esperamos.

Esperar siempre, nunca desconfiar de su misericordia, siempre tener fe en sus palabras y traducirlas en actos de amor. Así confiaremos, así pescaremos los 153 peces, que representan todo lo bueno que Dios quiera darnos.

FELIPE Y SANTIAGO


Jn 14, 6-14


En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás:
«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».
«Si me conocéis a mi, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre" ? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras, Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

FELIPE Y SANTIAGO

Hoy celebramos a los apóstoles Felipe y Santiago. Fieles a Jesús incluso después de que ya no lo vieran físicamente.

Testigos de todo lo vivido, su testimonio ha llegado a nosotros y por ellos, hemos podido conocer a Jesús.

De lo que hemos vivido nosotros con el Señor también podemos dar testimonio y ser apóstoles. Hablemos de Jesús, seamos sus testigos.


jueves, 2 de mayo de 2019

EL QUE VIENE DE LO ALTO


Jn 3, 31-36

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.

El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.


HABLA LAS PALABRAS DE DIOS

Jesús hablaba las palabras de Dios porque Dios lo envió con esa misión. Dar testimonio del amor del Padre y de su infinita misericordia.

Nosotros, enviados por Jesús a ir y predicar por todo el mundo, también debemos hablar palabras de Dios a toda la creación.

Compartir con los hermanos, creyentes o no, cuán infinita es la misericordia de Dios es la misión más hermosa que Jesús nos ha podido encomendar. Llevémosla a cabo.