lunes, 27 de junio de 2022

TÚ, SÍGUEME

 Mt 8, 18-22

En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de cruzar a la otra orilla.
Se le acercó un escriba y le dijo:
«Maestro, te seguiré adonde vayas».
Jesús le respondió:
«Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
Otro, que era de los discípulos, le dijo:
«Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre».
Jesús le replicó:
«Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos».

TÚ, SÍGUEME

La razón de nuestra existencia es Jesús y una de las principales acciones que debemos hacer es seguirlo a donde quiera que vaya.

La Vida, con mayúsculas, nos pide que le sigamos haciendo Camino con Él. Y solo así llegaremos a encontrar la Verdad.

Que no estamos muertos, que la Vida nos llama. 

XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Lc 9, 51-62

Cuando se completaron los días en que iba de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.
Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:
«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?»
Él se volvió y les regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.
Mientras iban de camino, le dijo uno:
«Te seguiré adondequiera que vayas».
Jesús le respondió:
«Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
A otro le dijo:
«Sígueme».
Él respondió:
«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».
Le contestó:
«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».
Otro le dijo:
«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».
Jesús le contestó:
«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».

TE SEGUIRÉ ADONDE QUIERA QUE VAYAS

Volvemos a los domingos del tiempo ordinario, pero no por ello las lecturas tienen menos fuerza espiritual. Hoy el evangelio nos habla de seguimiento, de sacrificio y de esfuerzo.

Todo ello tiene que ver con la libertad, con nuestra libertad. en ella y por ella fuimos creados y es uno de los mayores regalos que nos hizo Dios.

Sigamos a Jesús, en libertad, realizamos nuestra misión, en libertad. Sin libertad, dejamos de ser quienes somos. Seamos libres, con la libertad de los hijos de Dios. 

sábado, 25 de junio de 2022

INMACULADO CORAZÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

 Lc 2, 41-51

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedo en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que le dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.

EL CORAZÓN DE MARÍA

No podía ser de otra manera: el corazón de María está junto al Corazón de Jesús. Juntos también en la fiesta litúrgica, que hoy celebramos.

Corazón de Madre que nos quiso ofrecer Jesús, corazón de Madre que nos ama. Madre y corazón deberían ser sinónimos.

Y lo son tratándose de María. 

SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 Lc 15, 3-7

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y a los escribas esta parábola:
«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra?
Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice:
"¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido".
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».

EL PASTOR Y EL AMOR

En la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús la liturgia nos habla en todas las lecturas del Amor, como no podía ser de otra manera. Dios es Amor y hoy celebramos su Sagrado Corazón.

Corazón inmenso de Pastor entregado, Corazón eterno de latido salvador incansable. Un Corazón que nunca se cansa de amar, nunca se cansa de tanta entrega.

Sagrado Corazón de Jesús, haz nuestro corazón semejante al tuyo.

jueves, 23 de junio de 2022

NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

 Lc 1, 57-66. 80

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.
A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo:
«¡No! Se va a llamar Juan».
Y le dijeron:
«Ninguno de tus parientes se llama así».
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre» Y todos se quedaron maravillados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:
«Pues ¿qué será este niño?»
Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño crecía y se fortalecía en el espíritu, y vivía en lugares desiertos hasta los días de su manifestación a Israel.

JUAN

Hoy celebramos el nacimiento de san Juan, el Bautista. Pariente de Jesús, precursor del Salvador. Fue muy consciente de su misión y la llevó tan al extremo que perdió la vida por ello.

Coherente, siguiendo su misión, habiendo sido fortalecido en el espíritu, dedicándose y ofreciéndose al Señor, viviendo su vida ordinaria orientado hacia lo divino.

Ese era Juan, así debemos ser. 

FRUTOS BUENOS

 Mt 7, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis.

FRUTOS BUENOS

Lo dice Jesús: todo árbol  bueno da frutos buenos. Es fácil. Seamos árboles buenos y demos buenos frutos.

No tiene por qué ser complicado. Seguimos al Amor, seguimos los mandamientos, somos misericordiosos y pacíficos... Y los frutos serán buenos.

Tenemos al mejor sembrador. Él sabrá cosechar todo lo bueno que hay en nosotros. 

martes, 21 de junio de 2022

LA PUERTA ESTRECHA

 Mt 7, 6. 12-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».

LA PUERTA ESTRECHA

Entrar por la puerta estrecha supone también acoplar nuestra forma de pasar por ella. Si es estrecha, no podemos pasar "a nuestras anchas".

La puerta estrecha exige una santidad de vida, un amor incondicional, una entrega desinteresada. Así podremos pasar.

Dejemos lo que no llena, el vacío que cargamos y solo ocupa espacio en nuestra alma. Solo así pasaremos por la puerta estrecha, llenos de amor.

LA MEDIDA

Mt 7,1-5

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».

LA MEDIDA

La medida que uséis, la usarán con vosotros, nos dice hoy Jesús. No debemos juzgar, no debemos prejuzgar. El amor es el que debe primar.

Es fácil. Y nos lo dijo hace mucho, pero no acabamos de entender. Somos iguales. Somos hermanos.

Por eso, no juzgues. No midas tu amor.

SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

 Lc 9, 11b-17

En aquel tiempo, Jesús se puso hablaba a la gente del reino de Dios y sanaba a los que tenían necesidad de curación.
El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron:
«Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado».
Él les contestó:
«Dadles vosotros de comer».
Ellos replicaron:
«No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente».
Porque eran unos cinco mil hombres.
Entonces dijo a sus discípulos:
«Haced que se echen sienten en grupos de unos cincuenta cada uno».
Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos.
Entonces, tomando él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.

DADLES VOSOTROS DE COMER

En el día grande del Corpus, en el que celebramos que Jesús se quedó entre nosotros con su Cuerpo y su Sangre, nos dice que demos nosotros de comer a todo aquel que lo necesite.

Quizá su Cuerpo no se limite a ser el Pan eucarístico que se parte y se comparte. Quizá su cuerpo sea también todo aquel que necesita una mano, un abrazo y una ayuda, sea la que sea.

El Cuerpo de Cristo, Carne y Sangre, milagro cotidiano que se da ante nuestros ojos. Pero también el Cuerpo de Cristo se da ante nuestros ojos en forma de prójimo. Dadles vosotros de comer.

NO ESTÉIS AGOBIADOS

 Mt 6, 24-34

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por vuestra vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.
Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos».

NO ESTÉIS AGOBIADOS

Hoy es una de las situaciones que más se repiten en cuanto a la familia, el trabajo, los amigos... Agobiarnos. Y no podemos cambiar muchas de las circunstancias, por mucho que nos empeñemos.

No estéis agobiados por el mañana. El mañana vendrá, y traerá sus preocupaciones y sus realidades. Solo debemos amar.

Amando sí que podemos cambiar el mundo. Si todos amásemos como nos enseñó Jesús, no habría que agobiarse, todos sabríamos qué nos depara el futuro: amor. Pongamos en marcha el amor.

TESOROS EN EL CIELO

 Mt 6, 19-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen y donde los ladrones abren boquetes y los roban. Haceos tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que los roen, ni ladrones que abren boquetes y roban. Porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; pero si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Si, pues, la luz que hay en ti está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!»

TESOROS EN EL CIELO

Debemos hacernos tesoros en el cielo, dice hoy el evangelio. Todos sabemos lo que es un tesoro y todo sabemos a qué nos referimos con la palabra cielo.

¿Y cómo se pueden hacer? Tesoros de amor, de misericordia, de compasión, de abrazos, de caridad, de entrega.

Hagamos tesoros en el cielo. 

NO USÉIS MUCHAS PALABRAS

 Mt 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

NO USÉIS MUCHAS PALABRAS

Cuando habléis con vuestro padre no uséis muchas palabras, pues ya sabe vuestro Padre lo que necesitáis. Cuando habléis con vuestro Padre, hablad con el corazón.

Decidle cuánto le amáis, cuánto necesitáis su amor, cuánto amáis al prójimo, cuánto necesitáis amar.

No uséis muchas palabras, solo amad.

ORA A TU PADRE

 Mt 6, 1-6- 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

ORA A TU PADRE

Jesús muchas veces nos habla de la oración y de la necesidad de orar. Es una constante en su predicación y una de las cosas en la que nos insiste.

Tenemos necesidad de orar, tenemos necesidad de orar al Padre porque solo Él es el que puede darnos todo aquello que necesitamos si lo pedimos de corazón.

Pero orar no solo es pedir. Orar es latir al unísono, tener un solo corazón y una sola alma. Orar es poner nuestro corazón y nuestra voluntad en el Padre.



martes, 14 de junio de 2022

SED PERFECTOS

 Mt 5, 43-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

SED PERFECTOS

Hoy entendemos la perfección como destacar más que los demás, estar por encima de, subir escalones para llegar más alto que nadie.

La perfección a la que se refiere Jesús es la perfección en el amor. ¿Y cómo podemos ser perfectos en el amor?

Él mismo nos lo dice: amar extraordinariamente, de forma no ordinaria, como lo haría Él, a todos y en toda circunstancia. Sed perfectos.

lunes, 13 de junio de 2022

A QUIEN TE PIDE, DALE

 Mt 5, 38-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas».

A QUIEN TE PIDE, DALE

No es cuestión de tener o no tener, de tener más o no poder. La cuestión, como casi siempre, es querer, motivarse y hacerlo.

Quien te pide tiempo, escucha, amor, un abrazo, acompañamiento, cariño... dáselo. a quien te pide, dale.

Da sin ser un interesado, da por amor. Y serás Jesús. 

domingo, 12 de junio de 2022

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

 Jn 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

TRINIDAD

Hoy recordamos especialmente el Misterio de la Santísima Trinidad, aquel Misterio sobre el que estriba nuestra fe. Parecería que hablamos de algo abstracto y casi imposible. Sí, pero hoy también celebramos algo más.

Trinidad es puertas abiertas, misterio revelado de la intimidad divina, donde se entrevé de algún modo nuestra intimidad con Dios. Y esta fe nos hace dejar a un lado la incertidumbre.

El Dios Uno y Trino quiere habitar en nosotros. Dios se revela y quiere ser en nosotros. Dios, el Dios infinito quiere darse a conocer y quiere estar con nosotros, Uno y Trino, para siempre.

DAD GRATIS

 Mt 10, 7-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Id y proclamad que ha llegado el renio de los cielos. Curad enfermos resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios.
Gratis habéis recibido, dad gratis.
No os procuréis en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en una ciudad o aldea, averiguad quien hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en su casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volver a vosotros».

DAD GRATIS

La gratuidad es una cualidad no muy de moda últimamente. Todo tiene un precio, todo tiene que ser según un estándar de valor económico y eso es todo lo contrario a lo que nos pide Jesús.

la gratuidad, no pedir nada a cambio, la generosidad son cualidades que deberían ser propias de los seguidores de Cristo al poner a los demás antes que nosotros.

Lo común antes que lo propio, la gratuidad a raudales. Así cambiaremos el mundo.

viernes, 10 de junio de 2022

PERO YO OS DIGO

Mt 5, 27-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo “No cometerás adulterio”. Pues yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”.
Pues yo os digo que si uno repudia a su mujer - no hablo de unión ilegítima - la induce a cometer adulterio, y el que se case con la repudiada comete adulterio».

PERO YO OS DIGO

Jesús vino a renovar nuestra visión y actuación con respecto a Dios Padre y con respecto a nuestro prójimo. "Pero Yo os digo..."

No nos movamos por apariencias, ni por normas que nada tienen que ver con la caridad y el Amor infinito de Dios.

El primer mandamiento es el Amor. La caridad está por encima de la ley.

jueves, 9 de junio de 2022

JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE

 Jn 17, 1-2.9. 14-26

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo:
«Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti y, por el poder que tú has dado sobre toda la carne, dé la vida eterna a todos los que le ha dado.
Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por estos que tú me diste, porque son tuyos.
Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo le he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les de dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».

SUMO Y ETERNO SACERDOTE

Hoy celebramos la Fiesta en la que recordamos que Jesús es sacerdote eterno, rogando por nosotros, porque somos del Padre.

Glorificar al Padre, entregado a la Palabra, a los hermanos, dando a conocer al Padre y santificándonos en la Verdad.

Para que seamos completamente uno, siendo amados hasta el extremo. Labor de Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote.

PLENITUD

 Mt 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

PLENITUD

Jesús ha venido a dar plenitud a toda nuestra vida a cada momento y situación que nos atañe. Porque nuestra vida le importa.

Y le importa de tal manera que dio la suya por nosotros, por la nuestra. Para que nosotros la tengamos en plenitud.

Llenos, plenos, enteros. Así nos quiere.

martes, 7 de junio de 2022

LA SAL Y LA LUZ

 Mt 5, 13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo».

LA SAL Y LA LUZ

Luz y sal, así nos quiere Jesús en medio del mundo, anunciando su vida y misión, anunciando el Amor inmenso del Padre.

Sal y luz que alumbre y dé sabor y vida. Luz y sal para este mundo tan anodino. Demos vida, demos esperanza, demos chispa.

Así nos quiso y nos soñó Jesús.

AHÍ TIENES A TU MADRE

Jn 19, 25-34

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». 
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed». Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». 
E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. 
Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

AHÍ TIENES A TU MADRE

Jesús nos otorgó una de las mayores gracias por darnos a su Madre por madre nuestra. Privilegio inmenso el de poder llamar madre a María.

Y una madre cuida, protege, atiende, socorre, aconseja, ampara. Así es nuestra Madre. Sencilla y fuerte, preciosa y valiente.

¡María, Madre, intercede por nosotros ante tu Hijo!


lunes, 6 de junio de 2022

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS

  Jn 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

RECIBID EL ESPÍRITU SANTO

Nos lo regaló, nos lo envió y ya está entre nosotros. Don de los dones, ofrenda de frutos para el comienzo de la Iglesia. Por los siglos de los siglos la Iglesia tiene el Espíritu.

Sus dones, regalos de vida, son ayudas, gracias, para vivir en plenitud nuestra vida cristiana. El Espíritu nos llena y nos envía a llenar los corazones vacíos.

Tenemos el Espíritu. La misión es nuestra.

TÚ, SÍGUEME

 Jn 21, 20-25

En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
Al verlo, Pedro dice a Jesús:
«Señor, ¿y éste qué?»
Jesús le contesta:
«Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme».
Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?»
Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero.
Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni el mundo entero podría contener los libros que habría que escribir.

TÚ, SÍGUEME

Es el final del evangelio de Juan. El discípulo amado nos dejó escenas de la vida de Jesús que, sin su evangelio, no sabríamos.

Y una frase épica que nos dejó de Jesús es esta: "Tú, sígueme". Que no te importe nada, tú, sígueme. Que no importe nada más que tú y Yo.

Sigamos a Jesús, sigamos su mensaje y Palabra. Nunca podremos hacer mejor viaje.


¿ME QUIERES?

 Juan 21, 15-19

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, le dice a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le contestó:
«Sí, Señor, tú, sabes que te quiero».
Jesús le dice:
«Apacienta mis corderos».
Por segunda vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».
Él le dice:
«Pastorea mis ovejas».
Por tercera vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?» y le contestó:
«Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero».
Jesús le dice:
«Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras».
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió:
«Sígueme».

¿ME QUIERES?

Fue la pregunta que le hizo Jesús a Pedro. Y nos la hace, una vez más, hoy, en este momento, a nosotros, a ti y a mí, a todos los que le seguimos.

¿Me quieres? Es la pregunta clave. De tu respuesta depende tu vida, tu presente, tu futuro. ¿Quieres a Jesús, lo quieres como Él te quiere?

Actúa en consecuencia.


JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE

 Jn 17, 20-26

En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró, Jesús diciendo:
«No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».

Y CONTEMPLEN MI GLORIA

La gloria de Dios, contemplarla, es a lo que estamos llamados. Es a lo que aspiramos cuando llegue el final de nuestras vidas terrenas.

Contemplar su gloria, ver a Dios. Aunque también podemos contemplarla aquí, en cada milagro cotidiano al que asistimos, aun sin darnos cuenta.

PARA QUE SEAN UNO

  Jn 17, 11b-19

En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo:
«Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría cumplida.
Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad».

PARA QUE SEAN UNO

La unidad, el sueño del Padre, la predicación del Hijo y la misión del Espíritu. Ser uno, como ellos son Uno. Ser en el otro para ser de verdad. 

Que sean uno. La mayor de las victorias, el mayor de los sueños, la mejor de las realidades que Jesús desea para nosotros.

Seamos Uno, como Ellos.

VISITACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

  Lc 1, 39-56

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu Vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».
María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

¿QUIÉN SOY YO PARA QUE ME VISITE LA MADRE DE MI SEÑOR?

Esa fue la frase de santa Isabel cuando llegó a su casa la Virgen María. Ain Karim, recuerdo de una acogida sin par. 

María sabía de la necesidad de Isabel, e Isabel acogió en su casa a María. Parábola de la misericordia en dos direcciones.

¿Quiénes somos nosotros para que tengamos una Madre como Ella? Pensemos y meditemos. Acojamos y seamos misericordiosos, como ellas. 

PARA QUE ENCONTRÉIS LA PAZ EN MÍ

 Jn 16,29-33

En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús:
«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios».
Les contestó Jesús:
¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».

PARA QUE ENCONTRÉIS LA PAZ EN MÍ

La paz, don del Espíritu, solo la encontramos en Jesús. él nos la da, nos la ofrece como uno de los mayores dones a la humanidad.

Los cristianos debemos ser constructores de la paz, llevando la paz allí donde estemos. La paz, ese don preciado.

Seamos apóstoles de la paz, pacíficos y pacificadores y transformaremos el mundo.

SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

Lc 24, 46-53

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.
Vosotros sois testigos de esto. Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la promesa de mi Padre; vosotros, por vuestra parte, quedaos en la ciudad hasta que os revistáis de la fuerza que vino de lo alto».
Y los sacó hasta cerca de Betania y, levantando sus manos, los bendijo.
Y mientras los bendecía, se separó de ellos, y fue llevado hacia el cielo.
Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.


LA PROMESA DE MI PADRE

Hoy celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor. Nos dice Jesús que no estemos tristes, que esto tenía que pasar. Y que era necesario para que la promesa del Padre se cumpliera.

Y vendrá a nosotros su promesa, vendrá en Espíritu para darnos todo el consuelo, para darnos todas las explicaciones y todo su Amor.

No estemos tristes. Su promesa vendrá y nos dará la felicidad plena para seguir nuestra vida cristiana en plenitud. 

VOLVERÉ A VEROS

  Jn 16,16-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver».
Comentaron entonces algunos discípulos:
«¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver”, y eso de “me voy al Padre”?»
Y se preguntaban:
«¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice».
Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo:
«¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver”? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».

VOLVERÉ A VEROS

Aunque Jesús sabe que se irá y que dejará la tierra y a sus amigos, no quiere dejarnos del todo. Se quedó de la mejor manera.

Y volverá a vernos, de una manera o de otra. Su amor es inconmensurable. Y quiere que sigamos siendo sus amigos.

Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando.

VUESTRA TRISTEZA SE CONVERTIRÁ EN ALEGRÍA

  Jn 16,16-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver».
Comentaron entonces algunos discípulos:
«¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver”, y eso de “me voy al Padre”?»
Y se preguntaban:
«¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice».
Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo:
«¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver”? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».

VUESTRA TRISTEZA SE CONVERTIRÁ EN ALEGRÍA

Con Jesús no puede ser de otra manera. La tristeza que nos causan personas o situaciones, pasadas por el tapiz de Jesús se vuelven alegría.

Pero una alegría que no conoce el mundo. Una alegría que solo reconocen los discípulos del Maestro de Nazaret.

Que vuestra tristeza se convierta en alegría. Buen deseo.


OS GUIARÁ

 Jn 16,12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».


OS GUIARÁ

Jesús ya nos va dejando frases en estos días sobre la venida del Espíritu y su función en nosotros y con nosotros.

Nos lo explicará todo, nos guiará, para que sepamos a dónde ir, qué hacer, qué decir cuando nos pregunten por el Amor de Dios.

Nos guiará en cada momento. Pidámosle ayuda cada día. Él lo ha dicho, nos guiará.



ME VOY AL QUE ME ENVIÓ

 Jn 16, 5-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: “¿Adónde vas?” Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.
Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una justicia y de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el príncipe de este mundo está condenado».

ME VOY AL QUE ME ENVIÓ

Jesús debe ascender al Padre, a su verdadero hogar, siendo Uno con el Paráclito y el Padre. Se va al que le envió.

Llegó a la tierra y ahora ha llegado el tiempo de volver al cielo. Nosotros debemos tender a allí también, al Corazón del Padre.

Se va al Padre, pero no nos deja huérfanos. Nos enviará al Paráclito.


CUANDO LLEGUE LA HORA

 Jn 15,26 -16, 4a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho».

CUANDO LLEGUE LA HORA

Cuando llegue la hora, nos dice hoy Jesús. Y es que, cuando llegue la hora debemos estar preparados para su venida. 

Cuando llegue la hora contará lo bueno que hayamos hecho, dicho o pensado. Cuando llegue la hora nos preguntarán por el amor.

Cuando llegue la hora solo querremos una cosa: su abrazo eterno.