martes, 21 de junio de 2022

LA PUERTA ESTRECHA

 Mt 7, 6. 12-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».

LA PUERTA ESTRECHA

Entrar por la puerta estrecha supone también acoplar nuestra forma de pasar por ella. Si es estrecha, no podemos pasar "a nuestras anchas".

La puerta estrecha exige una santidad de vida, un amor incondicional, una entrega desinteresada. Así podremos pasar.

Dejemos lo que no llena, el vacío que cargamos y solo ocupa espacio en nuestra alma. Solo así pasaremos por la puerta estrecha, llenos de amor.

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