domingo, 28 de junio de 2020

XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


Mt 10, 37-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no carga con su cruz y me sigue no es digno de mí.
El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, solo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa».


CANTARÉ ETERNAMENTE LAS MISERICORDIAS DEL SEÑOR

Hoy nos fijamos en la respuesta al Salmo. Una oración preciosa, una declaración de intenciones del corazón del creyente. Cantar por siempre a Dios agradeciéndole todos sus dones debería ser la base de nuestra vida. 

El Dios misericordioso nos pone en bandeja sus obras de misericordia para con nosotros, nos regaló a su Hijo, nos dio a María por madre y volcó sobre nosotros su Espíritu. ¡Cómo no cantar siempre su ternura y delicadeza de Padre!

Cantemos, cantemos siempre. Cantemos a Dios. Siempre, eternamente, ahora y siempre. Nadie nos ama como Él. Preparémonos aquí para el eterno y tierno abrazo.


NO SOY DIGNO


Mt 8, 5-17

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Jesús le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le dijo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; a mi criado: “Haz esto”, y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los hijos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».
Y dijo Jesús al centurión:
«Vete; que te suceda según has creído».
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a su suegra en cama con fiebre; le tocó su mano y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirle.
Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades».


NO SOY DIGNO

En verdad, no somos dignos de los dones que Dios nos regala. A cada momento, si estamos atentos, los veremos.

Debemos ser agradecidos y humildes para entender su gracia y su misericordia, su amor y ternura.

No somos dignos y aun así, nos ama infinitamente. 


PUEDES LIMPIARME


Mt 8, 1-4

Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.
En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo:
«Señor, si quieres, puedes limpiarme».
Extendió la mano y lo tocó, diciendo:
«Quiero, queda limpio».
Y en seguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo:
«No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».

PUEDES LIMPIARME

Y en verdad, Jesús es el único que puede limpiarnos. Y que quiere limpiarnos. El caso es que queramos nosotros.

El evangelio rebosa amor por todas sus páginas y palabras y eso es lo único que quiere darnos Jesús.

Limpiar y sanar. Limpiarnos y sanarnos debería ser misión de todo cristiano.




PRUDENTE


Mt 10, 37-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no carga con su cruz y me sigue no es digno de mí.
El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, solo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa».

PRUDENTE

Jesús alaba al hombre prudente. Muchas veces la prudencia se confunde con cobardía, pero Jesús habla de otra prudencia.

Aquella que confía en Dios, aquella que sabe que no hay prudencia sin esperanza.

Seamos prudentes, agarrados de la mano de Dios, viviendo lo más cerca posible de su Corazón.


SOLEMNIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA


 Lc 1, 57-66. 80

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.
A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo:
«¡ No! Se va a llamar Juan».
Y le dijeron:
«Ninguno de tus parientes se llama así».
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:
«Pues ¿qué será este niño?».
Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño crecía y se fortalecía en el espíritu, y vivía en lugares desiertos hasta los días de su manifestación a Israel.

SE VA A LLAMAR JUAN

Hoy celebramos el nacimiento de san Juan, el Bautista. Precursor del Señor, lo anunció sin miedo y murió por anunciarlo.

Ejemplo también para nosotros. Anunciar sin miedo a Jesús debería ser una de las razones de nuestra vida.

Y, si es necesario, morir por ello. Ahí está la diferencia. Mártires de la fe, como Juan.


ENTRAD


Mt 7, 6. 12-14


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».

ENTRAD

Nos lo dice Jesús, "entrad por la puerta estrecha". No nos dice que no entremos ni que no podamos entrar.

Entrad, pero la puerta es estrecha. La puerta que lleva a la vida y Jesús nos invita a entrar.

Seamos audaces, valientes, confiados. Y entremos de su mano a la Vida.

NO JUZGUÉIS


Mt 7,1-5

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».

NO JUZGUÉIS

Está claro. No nos toca juzgar, no nos toca ser jueces. Esa no es nuestra misión ni nuestra labor.

Jesús nos dio la misión de ir y evangelizar. Amaos como Yo os amo, fue lo que nos dijo. Nada de juzgar.

El que puede juzgar es Él. El único y Él es Amor y Misericordia. Su juicio será con misericordia. No juzguemos. 

domingo, 21 de junio de 2020

XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


Mt 10, 26-33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por uno céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; valéis más vosotros que muchos gorriones.
A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».

NO TENGÁIS MIEDO

Hace unos domingos celebramos Pentecostés con gran alegría y después hemos vivido unas fechas muy señaladas con fiestas y solemnidades del Señor. En el domingo de hoy retomamos el Tiempo Ordinario con el corazón pleno. Y las lecturas nos sorprenden con el profeta Jeremías. A veces nos sentimos como él, quieren derribarnos, pero, como él, sabemos a dónde vamos y a quién dirigirnos.

El evangelio de hoy nos dice: fíate de Dios. El pueblo grita con confianza. Y Dios siempre ha estado a la escucha. Vemos que se juntan dos miradas: nosotros miramos a Dios y le suplicamos, y la mirada de Dios que nos quiere y nos libera.

Surge un diálogo de amor, en confianza. Y eso debemos tener claro: Dios confía en nosotros. Dirijamos la mirada a Dios. Su Corazón no defrauda.


INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


 Lc 2, 41-51

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedo en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.

CORAZÓN DE MARÍA

Junto al Corazón de Jesús hubo otro corazón humano que nos amó de una manera extraordinaria: María.

Hoy recordamos su corazón de madre, su corazón inmaculado que jamás conoció el pecado y así pudo ser la Madre de Dios.

Corazón inmaculado, que ora por nosotros a su Hijo. Corazón inmaculado de María que cuida de nosotros como madre.

viernes, 19 de junio de 2020

SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Mt 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobres vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

CORAZÓN

Cuando intentamos decir que alguien no es bueno o actúa de forma vil e indigna decimos que no tiene corazón. Al contrario, si queremos decir que alguien es muy bueno decimos que tiene un corazón de oro. El corazón es como la vida, como la persona.

Y hoy recordamos al Corazón más amable y más extraordinario, el Corazón donde cabemos todos, el Corazón que sabe qué es el perdón, la bondad. Corazón que es Amor, Corazón que derrocha amor hacia nosotros, aunque nosotros no seamos conscientes. Pero aun así, nos ama hasta el extremo.

Ojalá alguna vez, por pequeña que sea, podamos amarle de la misma manera que Él nos ama. 

jueves, 18 de junio de 2020

PALABRAS


 Mt 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».


NO USÉIS MUCHAS PALABRAS

Como dice el refranero popular, las palabras se las lleva el viento. Lo que nunca se lleva el viento es lo que hacemos, bien, mal o regular.

Rezar con palabras lo recomendó Jesús cuando nos enseñó a rezar el Padre nuestro. Y en Getsemaní, y en tantas ocasiones. 

Pero hay que poner el corazón y las manos (las obras) en esa oración, sino, como dice santa Teresa, "no lo llamo yo oración, aunque mucho menees los labios".


miércoles, 17 de junio de 2020

VUESTRA JUSTICIA


Mt 6, 1-6; 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

VUESTRA JUSTICIA

El evangelio de hoy nos habla de "vuestra justicia". Y con justicia se refiere a la caridad. Cuidad de nos practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos.

La caridad está en continuo movimiento, como nos dijo san Juan de la Cruz, y no puede dejar de estar dándose y multiplicándose por nuestro medio.

La justicia es caridad y la caridad es justicia. No dejemos de ser caritativos ni justos delante de Dios, que es a quien debemos lealtad. 


martes, 16 de junio de 2020

SED PERFECTOS


Mt 5, 43-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

SED PERFECTOS

No es la primera vez que comentamos este pasaje del evangelio. Y la frase sigue teniendo toda su fuerza y su intensidad misional.

Ser perfectos como Dios es perfecto. Así debemos ser. No hay vuelta de hoja. Que cada cual vea cómo serlo más en su vida.

Mirar a Dios, vivir en su Corazón y descubrir allí la perfección en el amor. 






A QUIEN TE PIDE, DALE


Mt 5, 38-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas».


A QUIEN TE PIDE, DALE

Así es en lenguaje evangélico y cristiano. Y aún iría más allá: a quien te pide, dale mucho más de lo que te pida.

Así hicieron los Santos que se distinguieron por su caridad. Dios es Amor y, a su imagen y semejanza, debemos ser también amor.

Caridad, amor, misericordia en sel seguimiento de Cristo. Así sea para todos nosotros.

domingo, 14 de junio de 2020

SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI


Jn 6, 51-58

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».
Disputaban los judíos entre sí:
«¿Cómo puede este darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».

ESTE PAN

Hoy es un día solemne. Jesús está presente de muchas maneras en la Iglesia. Hoy lo recordamos en el Pan, Pan vivo bajado del cielo, Pan partido y repartido símbolo de su vida entregada. Eucaristía que nos da la salud, alimento para todos, Comunión con Él.

Día de la Caridad, también. El pan es el alimento básico. La caridad también es lo básico en nuestra vida de cristianos. Si nos hay alimento, no hay vida. Si no hay caridad, estaremos muertos en vida. Jesús se nos da como manjar para así poder ofrecerlo  nosotros al prójimo. 

Eucaristía, Pan y Vino, formado de muchos granos y uvas, que, dado en su Cuerpo, se parte para todos. Seamos Pan, seamos Eucaristía que se reparte para todos. 

BLANCO O NEGRO


Mt 5, 33-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”.
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza,
pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.

BLANCO O NEGRO UN SOLO CABELLO

Jesús, en el evangelio de hoy, nos deja claro quién es el Rey del mundo. El cielo, su trono; la tierra, el estrado de sus pies.

No podemos cambiar lo que Él ha decidido o hecho. No podemos ser Dios. Pero podemos acatar con humildad su Voluntad.

Seamos humildes y conscientes. Agradecidos por tanto don.

viernes, 12 de junio de 2020

SI TU OJO DERECHO


Mt 5, 27-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo “No cometerás adulterio”. Pues yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”.
Pues yo os digo que si uno repudia a su mujer - no hablo de unión ilegítima - la induce a cometer adulterio, y el que se case con la repudiada comete adulterio».

EN SU CORAZÓN

Nos dice Jesús hoy que el corazón es donde se generan las buenas y las malas acciones, por eso hay que tenerlo custodiado de manera especial.

El corazón representa nuestra intimidad y profundidad de sentimientos y pensamientos. Y a veces somos "todo corazón".

Cuidemos nuestro interior para que sólo genere todo aquello que Dios espera de nosotros y que él ha sembrado en nuestro corazón. 

jueves, 11 de junio de 2020

ID Y PROCLAMAD


Mt 10, 7-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Id y proclamad que ha llegado el renio de los cielos. Curad enfermos resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios.
Gratis habéis recibido, dad gratis.
No os procuréis en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en una ciudad o aldea, averiguad quien hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en su casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volver a vosotros»

DAD GRATIS

Dad gratis todo aquello que gratis habéis recibido. Dad gratis, porque la gratitud es signo de tener corazón agradecido.

Dad gratis todo aquello que nos ha sido dado gratis por parte de Dios. Dad gratis todo amor que nos ha sido regalado por el Padre.

Dad gratis, sed agradecidos, sed generosos. 


PLENITUD


Mt 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».


PLENITUD

Solo hay una persona que representa esa palabra. y esa persona es Jesús. Sólo Él es el que da plenitud.

Y no sólo eso. El es el que nos da plenitud. Nos llena del todo, sin Él no somos nada. Cuando tengamos eso claro en el corazón y en la cabeza, la vida nos cambiará.

Llenar el corazón sólo de Dios, ese puede ser un buen propósito.


miércoles, 10 de junio de 2020

LA SAL SOSA


Mt 5, 13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».

LA SAL SOSA

Hoy el evangelio nos habla de la luz y la sal. esa luz y esa sal que debemos ser nosotros para el mundo.

Pero si la sal se vuelve sosa, nos dice Jesús...¿qué pasará? Su misión es baldía.

La sal sosa no es sal. Le falta su esencia. Que no seamos nunca sal sosa, que siempre seamos la sal del mundo.

BIENAVENTURANZAS


Mt 5, 1-12

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán la misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros».

BIENAVENTURANZAS

Ayer celebrábamos la Santísima Trinidad y hoy el evangelio nos ofrece las bienaventuranzas. No puede ser casualidad.

Dios Trinidad nos hace partícipes de una Nueva Alianza en la que las bienaventuranzas serán el eje de la alegría.

Seremos bienaventurados cuando, viviendo en Dios, vivamos a la vez en los hermanos.

domingo, 7 de junio de 2020

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD


Jn 3, 16-18

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

TRINIDAD

Desde siempre el hombre ha deseado conocer a Dios, su esencia, su existencia, y nos hemos hecho las preguntas importantes y decisivas: ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿qué quiere Dios de mí? Conocer a Dios es parte insustituible de nuestra vida.

El Dios cristiano es un Dios Trino. Tres Personas, Padre, Hijo y Espíritu. Dios Amor. Quizá no necesitemos saber más, quizá sabiendo que Dios es Amor y que estamos hechos a su imagen y semejanza nos lleve a ser nosotros también ese amor.

Dios revelado en Jesús es la mayor plenitud para la humanidad y para cada uno en particular. Preguntémonos cómo llevar ese tesoro que se nos ofrece y vive en nosotros a nuestro prójimo. La Trinidad es comunión. No se e ocurre mejor manera de ponerlo en práctica.

OBSERVABA A LA GENTE


Mc 12, 38-44

En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía:
«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa».
Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir,
un cuadrante.
Llamando a sus discípulos, les dijo:
«En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

OBSERVABA A LA GENTE

Es lo que nos dice el evangelio. Observaba, no sólo miraba, sino que miraba con interés y atención. Así es Jesús. Siempre va más allá.

No sólo nos quiere, sino que nos ama y nos ama hasta el extremo, muriendo por nosotros.

No sólo está pendiente de nosotros, sino que nos quiere felices, viviendo en el amor y por amor. Hagámoslo realidad.

LA ESCUCHABA A GUSTO


Mc 12, 35-37

En aquel tiempo, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó:
«¿Cómo dicen los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, movido por el Espíritu Santo, dice:
“Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies”.
Si el mismo David lo llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?». Una muchedumbre numerosa la escuchaba a gusto.

LA ESCUCHABA A GUSTO

Nos dice el evangelio que la muchedumbre le escuchaba a gusto. Escuchar su voz debió ser una de las más bonitas experiencias de sus contemporáneos.

A nosotros nos hubiera gustado  escuchar su tono de voz. ver su auténtico rostro.

Aunque no podemos ver su verdadero rostro y escuchar su voz, tenemos el evangelio. Escuchémosle. 


jueves, 4 de junio de 2020

JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE


Mt 26, 36-42

Jesús fue con sus discípulos a un huerto, llamado Getsemaní, y le dijo:
«Sentaos aquí, mientras voy allá a orar».
Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a sentir tristeza y angustia.
Entonces les dijo:
«Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo».
Y adelantándose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo: «Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú».
Y volvió a los discípulos y los encontró dormidos.
Dijo a Pedro:
«¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil».
De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
«Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad».


JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE

Con Pentecostés acaba el ciclo de Pascua y retomamos litúrgicamente el Tiempo Ordinario. Con ello iremos celebrando una serie de Fiestas y Solemnidades que nos recordarán verdades de nuestra fe reforzando así nuestra vivencia cristiana.

Hoy hacemos memoria de Jesús como ofrenda y sacrificio, sacerdote de la Nueva Alianza, entregado por nosotros, ofrecido siempre por amor a nosotros. Jesucristo tiene el sacerdocio que no pasa. 

Y nosotros, como bautizados, somos partícipes de su Sacerdocio. Nuestra vida es sacerdotal porque, unida a la suya, se convierte en una ofrenda al Padre. Hagámoslo así, y seamos sacrificio agradable a Dios a ejemplo de Jesús.


miércoles, 3 de junio de 2020

HABÍA SIETE HERMANOS


Mc 12, 18-27

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, de los que dicen que no hay resurrección, y le preguntan:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, que se case con la viuda y dé descendencia a su hermano”.
Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.
Cuando llegue la resurrección y resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella».
Jesús les respondió:
«¿No estáis equivocados, por no entender la Escritura ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo.
Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados».


LOS QUE DICEN QUE NO HAY RESURRECCIÓN

Así definían a los saduceos en tiempos de Jesús. Quizá hoy también haya muchos saduceos, que no es verdad ni creen en la Resurrección.

El mismo Jesús nos habló de ella y nos puso ejemplos. Más que eso, Él mismo resucitó. Y eso nos debería bastar a nosotros y a todos aquellos que conocen el cristianismo. 

Como decía san Pablo, "si Jesús no resucitó, vana es nuestra fe". Nosotros creemos en Jesús, creemos en la Resurrección.


martes, 2 de junio de 2020

Y SE QUEDARON ADMIRADOS


Mc 12, 13-17

En aquel tiempo, enviaron a Jesús algunos de los fariseos y de los herodianos, para cazarlo con una pregunta.Esa Se acercaron y le dijeron:
«Maestro, sabemos que eres veraz y que no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?»
Adivinando su hipocresía, les replicó:
«¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea».
Se lo trajeron. Y él les preguntó:
«¿De quién es esta imagen y esta inscripción?»
Le contestaron:
«Del César».
Jesús les replicó:
«Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
Y se quedaron admirados.

SABEMOS QUE ERES VERAZ

Esa frase, dicha por los adversarios de Jesús, es toda una declaración de quién era Jesús. Y de ello,también nosotros podemos aprender.

Jesús es el veraz, la Verdad. La Verdad que debemos creer y que nunca nos engañará. La Verdad que también debemos contar.

Así nosotros haremos partícipe a los demás de la misma Verdad. Jesús, el Señor.

lunes, 1 de junio de 2020

SANGRE Y AGUA


 Jn 19, 25-34

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed».
Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

SANGRE Y AGUA

Allí, al pie de la Cruz, estaba María, viendo a Jesús entregarse del todo, hasta la última gota de sangre. Y de su costado salió sangre y agua.

Amor se escribe con sangre, dice una canción, y así nos lo demostró Jesús. Sangre y agua como signo de la Iglesia, como signo de la Eucaristía.

Iglesia, Jesús, María,... Hoy recordamos a María como Madre de la Iglesia. Ella, mejor que nadie, supo qué suponía esa agua y esa sangre.