jueves, 29 de julio de 2021

¿CREES ESTO?

 Jn 11, 19-27

En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano.
Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedo en casa. Y dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dice:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»
Ella le contestó:
«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».

¿CREES ESTO?

Hoy el evangelio nos habla de Marta. Amiga de Jesús, lo hospedó en su casa. Habrían hablado muchas veces de las cosas de Dios.

Por eso quizá hoy solo le pregunta una cosa:"¿Crees esto?" No se trata de hablar, sino de creer. Las palabras se las lleva el viento.

Las acciones, no tanto.  Por eso hoy nos pregunta: "Yo soy la resurrección y la vida. ¿Crees esto?" Respondamos y actuemos en consecuencia.




EL TESORO ESCONDIDO

 Mt 13, 44-46

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra».


EL TESORO ESCONDIDO

Normalmente un tesoro está escondido y por eso puede que te lo encuentres por casualidad. O porque sepas que está allí.

Cavando se encuentra. Así es el tesoro escondido del que nos habla el evangelio de hoy. El tesoro que está ahí y debemos encontrar.

Jesús es el tesoro. Encontrémosle. 

martes, 27 de julio de 2021

ACLÁRANOS LA PARÁBOLA

 Mt 13, 36-43

En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa.
Los discípulos se le acercaron a decirle:
«Acláranos la parábola de la cizaña en el campo».
Él les contestó:
«El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.
Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».

ACLÁRANOS LA PARÁBOLA

Los discípulos le pidieron a Jesús que les aclarase la parábola. No entendían bien y el único que podía explicárselo era Él.

Eso es lo que debemos hacer nosotros cuando en algún momento no entendamos algo de lo que Jesús nos quiera decir o indicar en la vida.

Él es el Único que puede explicar y dar sentido a todo lo que pasa y nos pasa. Orar es una buena forma de que nos aclare las parábolas. 


lunes, 26 de julio de 2021

MOSTAZA Y LEVADURA

 Mt 13, 31-35

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros a anidar en sus ramas».
Les dijo otra parábola:
«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta para que todo fermenta».
Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta:
«Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».

MOSTAZA Y LEVADURA

Jesús comparó el Reino con el grano de mostaza y con la levadura. Era como entendían, con lo que veían a diario y lo habían experimentado. 

La pedagogía de Jesús es así, directa, experimental y al corazón. Jesús se pone a nivel de sus discípulos y consigue hacerse entender.

Pequeño, como la mostaza y levadura, pero muy grande cuando ponemos en práctica el amor y la misericordia. 

XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mt 20, 20-28

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó:
¿«Qué deseas?»
Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?»
Contestaron:
«Podemos».
Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

EL CÁLIZ

Como los Zebedeos, el cáliz que debemos beber los discípulos de Jesús no es dulce, ni mucho menos agradable o se nos va a hacer sencillo. Jesús es, como siempre, sincero en este tema.

Su seguimiento no es un camino de rosas, su seguimiento requiere esfuerzo, ganas, esperanza, amor, alma y espíritu, palabra y hecho. No es fácil, pero tampoco complicado.

Poniendo la confianza en Dios, poniendo nuestro corazón en su Corazón, asentados en su Misericordia será el Padre quien decida a quién corresponde un lugar a su derecha o su izquierda. Confiemos.

sábado, 24 de julio de 2021

SEMBRÓ BUENA SEMILLA

 Mt 13, 24-30

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente:
«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
“Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?”
Él les dijo:
“Un enemigo lo ha hecho”.
Los criados le preguntaron:
“¿Quieres que vayamos a arrancarla?”
Pero él les respondió:
“No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero”».

SEMBRÓ BUENA SEMILLA

El sembrador pone su confianza en que la semilla que utiliza es buena para su campo, que fructificará y dará fruto bueno y abundante.

La semilla es la Palabra, semilla buena siempre, que siembra en nuestro campo, nuestro corazón para que el fruto sea el mejor de todos.

Buena tierra y buena semilla darán como resultado buen trigo para cambiar este mundo hambriento de Dios. 

viernes, 23 de julio de 2021

SIN MÍ

 Jn 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

SIN MÍ

Hasta que no nos quede claro que sin Él no somos nada, ni podemos nada, nuestra vida no cambiará. Él es el que da sentido a toda nuestra vida.

Nuestra existencia está transida de Dios. Somos capaces de Dios, como decía san Agustín. Somos en Él y existimos por Él y para Él.

Y nos lo dice hoy en el evangelio, "sin mí no podéis hacer nada". Nuestra vida, Él. Nuestro camino, Él. Nuestro todo, Él.

jueves, 22 de julio de 2021

¿POR QUÉ LLORAS?

  Jn 20, 1. 11-18

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!»
Ella se vuelve y le dice:
«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»
Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».

¿POR QUÉ LLORAS?

En el evangelio de hoy Jesús resucitado pregunta en dos ocasiones a María Magdalena "¿Por qué lloras?" Ella tenía delante su respuesta y no la veía.

Quizá la misma pregunta nos la hace Jesús, no dos, sino muchas veces y nosotros, teniendo delante la respuesta, seguimos "llorando" por no encontrarla.

Jesús es la respuesta a todo. Resucitemos con Él. Que siempre sepamos buscar y encontrar la respuesta. 

miércoles, 21 de julio de 2021

LA TIERRA NO ERA PROFUNDA

 Mt 13, 1-9

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas:
«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, una parte cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda brotó en seguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otra cayó entre abrojos, que crecieron y la ahogaron.
Otra cayó en tierra buena y dio fruto: una, ciento; otra sesenta; otra, treinta.
El que tenga oídos, que oiga».

LA TIERRA NO ERA PROFUNDA

El sembrador cuando sale a sembrar espera que lo sembrado dé fruto. La tierra, para darlo, debe ser buena y profunda.

El agua hace lo demás, pero se espera que le tierra sea fecunda, buena. Así nosotros también. Debemos ser profundos y coherentes.

La profundidad la adquiriremos meditando la Palabra y orando corazón a Corazón. Seamos tierra profunda para dar fruto en abundancia.

martes, 20 de julio de 2021

ESTABA JESÚS HABLANDO A LA GENTE

 Mt 12, 46-50

En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él.
Uno se lo avisó:
«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo».
Pero él contestó al que le avisaba:
«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»
Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».

ESTABA JESÚS HABLANDO A LA GENTE

Jesús no dejaba de predicar siempre que tenía ocasión, hablando a la gente. Él se adaptaba a todos y les hablaba con claridad.

Aun así había quien no entendía y quien no quería entender. Parece que las cosas no han cambiado mucho con el tiempo. También hoy ocurre lo mismo.

Hablemos a la gente de Jesús, con nuestras obras y con nuestras palabras. Así seremos verdaderos discípulos. 


QUEREMOS VER UN SIGNO TUYO

  Mt 12, 38-42

En aquel tiempo, algunos escribas y fariseos dijeron a Jesús:
«Maestro, queremos ver un signo tuyo».
Él les contestó:
«Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pues no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo: pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón».

QUEREMOS VER UN SIGNO TUYO

Eso le dijeron a Jesús sus contemporáneos. Hoy se repite la historia. Seguimos pidiéndole un signo de su existencia.

Un signo de su benevolencia hacia nosotros, que podamos saber son seguridad que está, que nos cuida, que existe.

Y, si observamos un poco más detenidamente nuestra vida diaria, tenemos infinitos signos de su existencia y de su amor.

XVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 6, 30-34

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:
«Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco».
Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

EL SEÑOR ES MI PASTOR

Como Pastor, no puede dejar de cuidar a sus ovejas, nosotros. Nos cuida, nos mima, nos alimenta, nos defiende de los lobos, nos reúne con las demás y se asegura de que ninguna se pierde.


sábado, 17 de julio de 2021

MI ELEGIDO, MI AMADO

 Mt 12, 14-21

En aquel tiempo, al salir de la sinagoga, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús.
Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos lo siguieron.
Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran.
Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, en quien me complazco. Sobre él pondré mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones.
No porfiará, no gritará, nadie escuchará su voz por las calles.
La caña cascada no la quebrará, el mecha vacilante no lo apagará, hasta llevar el derecho a la victoria; en su nombre esperarán las naciones».

MI ELEGIDO, MI AMADO

Siervo por amor, el Elegido de Dios, su Amado. Jesús, el Hijo del Hombre, el Dios hecho carne, el Emmanuel.

Jesús es lo más importante y lo mejor que nos pasará nunca en la vida. Dios muerto por Amor, entregado desinteresadamente.

Así debemos ser nosotros. Ese es el ejemplo a seguir. Sencillos, como Él. Entregados, como Él. Siendo Amor, como Él.

viernes, 16 de julio de 2021

QUIERO MISERICORDIA

 Mt 12, 1-8

En aquel tiempo, atravesó Jesús en sábado un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas.
Los fariseos, al verlo, le dijeron:
«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado».
Les replicó:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes de la proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes.
¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?
Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.
Si comprendierais lo que significa "quiero misericordia y no sacrificio", no condenaríais a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».

QUIERO  MISERICORDIA

Misericordia, tener misericordia, ser misericordiosos son expresiones que a menudo utilizó Jesús. Incluso son nombrados en una de las bienaventuranzas.

Los misericordiosos alcanzarán misericordia. Y el Corazón de Jesús es el paradigma de la misericordia. Siendo misericordiosos alcanzaremos su Corazón.

Seamos apóstoles de la Misericordia.


jueves, 15 de julio de 2021

LLEVADERO

 Mt 11, 28-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».


LLEVADERO

Llevadero, según el diccionario, significa "que puede ser soportado o tolerado". Y así define su yugo Jesús en el evangelio de hoy.

Su yugo es llevadero, porque, ¿qué no será fácil de llevar, si lo hacemos con Él? ¿Qué no será fácil de soportar si es Él quien nos sostiene?

Su yugo llevadero y su carga ligera harán que seamos mansos y humildes de corazón. Y Él nos los aliviará. 

miércoles, 14 de julio de 2021

TE DOY GRACIAS

 Mt 11, 25-27

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Si, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

TE DOY GRACIAS

La sabiduría popular dice que "es de bien nacidos ser agradecidos". Y muchas veces se nos olvida dar gracias, por todo, por cada detalle.

Siempre pensamos en oración como oración de petición y lo primero que deberíamos hacer es dar gracias. Por cada instante de la vida.

Nuestra maravillosa vida, gracias a Dios, es para dar gracias. Siempre. Por todo. Gracias a Dios. 

martes, 13 de julio de 2021

NO SE HABÍAN CONVERTIDO

  Mt 11, 20-24

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían convertido:
«¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza.
Pues os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo.
Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.
Pues os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti».

NO SE HABÍAN CONVERTIDO

Jesús quiso que su misión fructificase en conversiones a Dios. Con-vertirse, volverse con, volver a Dios con los demás.

Puede ser una de las acepciones de conversión. Debemos volver nuestras vidas y nuestros corazones hacia Dios. Solo así seremos de verdad.

Que no seamos como aquellos testigos de la predicación de Cristo que estaban ciegos ante tanto amor. Que nuestro corazón se vuelva hacia Dios.

ENSEÑAR Y PREDICAR

Mt 10, 34-11,1

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espada. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.
El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mi; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mi no es digno de mi; y el que no carga con su cruz y me sigue, no es digno de mi. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mi, la encontrará.
El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, sólo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa».
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

ENSEÑAR Y PREDICAR

Jesús iba de pueblo en pueblo enseñando y predicando. Nosotros, como discípulos, deberíamos tomar ejemplo.

Enseñar y predicar el Reino. Enseñar y predicar el Amor, esa debe ser nuestra misión. Día a día, segundo a segundo. El Reino debe crecer.

Enseñar y predicar. También con el ejemplo.


domingo, 11 de julio de 2021

XV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 6, 7-13

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió:
«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos».
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

ENVÍO

Jesús envió a los Doce y nos sigue enviando a cada uno de nosotros, a profetizar, como Amós, aunque no era profeta. Nosotros tampoco, pero hemos sido enviados y se nos da la gracia para ello. El plan de Dios para nosotros es un plan de amor.

Nos envía para que el evangelio llegue. Nos envía para que todo su amor llegue a todos. El envío debe llegar a su destino. El Reino debe llegar al corazón de nuestro prójimo y nosotros somos los mensajeros, los profetas, los discípulos enviados.

"Para alabanza de su gloria", como nos dice san Pablo. Él, solamente Él debe aparecer. Nosotros, humildes siervos, canal por donde se ofrece todo ese amor, enviados con una sola misión: predicar el Amor.

NO TENGÁIS MIEDO

  Mt 10, 24-33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados!
No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse.
Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído, pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo. en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por unos céntimos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; valéis más vosotros que muchos gorriones.
A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».

NO TENGÁIS MIEDO

Una vez más Jesús nos recuerda que no debemos tener miedo, porque Él está con nosotros y lo estará hasta el fin del mundo. Él es nuestro apoyo.

El miedo es una sensación que tarde o temprano sentiremos, pero si a nuestro lado está Jesús animándonos, el miedo cambia de bando.

No tengamos miedo. Jesús está con nosotros. Siempre.

COMO OVEJAS ENTRE LOBOS

Mt 10, 16-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Mirad que yo os envío como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas.
Pero ¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán.
Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra.
En verdad os digo que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre».

COMO OVEJAS ENTRE LOBOS

Así dice Jesús que estamos en medio de la sociedad. Así nos sentimos muchas veces, pero nuestra fe y nuestra esperanza nos hacen seguir.

No es fácil, hoy nadamos contra corriente, somos incomprendidos por ser como somos en la sociedad de la tolerancia. ¿Paradoja?

Fiarnos de Dios, fe en Él y adelante con nuestra misión. Los "lobos" no saben de bondad.

DAD GRATIS

 Mt 10, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«ld y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios.
Gratis habéis recibido, dad gratis.
No os procuréis en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en una ciudad o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros.
Si alguno no os recibe o no escucha vuestras palabras, al salir de su casa o de la ciudad, sacudid el polvo de los pies.
En verdad os digo que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquella ciudad».

DAD GRATIS

La gratitud, esa actitud tan echada en falta hoy en día, como tantas otras. la gratitud debería ser signo de los cristianos.

Porque somos conscientes de que todo lo hemos recibido gratis: la vida, la familia, el mundo, la naturaleza, el agua, el Sol, la fe...

la fe recibida es un gran tesoro y regalo. Gratis lo habéis recibido, dadlo gratis.

miércoles, 7 de julio de 2021

DOCE DISCÍPULOS

 Mt 10, 1-7

En aquel tiempo, Jesús, llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo, y Tadeo; Simón el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
«No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel.
Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos».

DOCE DISCÍPULOS

Fueron doce, solo doce hombres que cambiaron el mundo porque creyeron en Jesús. Fueron testigos de lo que vivieron y dieron testimonio de ello.

Testigos, eso es lo que se nos pide. Dar testimonio de lo que vivimos diariamente en nuestra vida de cristianos.

Fueron doce. Nosotros somos millones. 




NUNCA SE HA VISTO COSA IGUAL

 Mt 9, 32-38

En aquel tiempo, le llevaron a Jesús un endemoniado mudo. Y después de echar al demonio, el mudo habló.
La gente decía admirada:
«Nunca se ha visto en Israel cosa igual».
En cambio, los fariseos decían:
«Este echa los demonios con el poder del jefe de los demonios».
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia.
Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor».
Entonces dice a sus discípulos:
«Las mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies».

NUNCA SE HA VISTO COSA IGUAL

Y es verdad. Nunca, ni antes ni después se ha visto cosa igual. Un Dios hecho hombre, un Niño siendo Dios.

Jamás se vio a nadie hacer las obras que él hizo, ni nadie levantó tanta admiración y tanta animadversión. Seguimos hablando de Él y millones de personas seguimos sus pasos.

Su existencia terrena sigue siendo el mayor acontecimiento de la Historia. Y tenemos la suerte de ser sus discípulos.

Y ELLA SE LEVANTÓ

Mt 9, 18-26

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un jefe de los judíos que se arrodilló ante él y le dijo:
«Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá».
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entre tanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla le dijo:
«¡Animo, hija! Tu fe te ha curado».
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa de aquel jefe y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
«¡Retiraos! La niña no está muerta, está dormida».
Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se levantó.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

Y ELLA SE LEVANTÓ

Jesús. por donde pasa, arrasa. pasa por nuestras vidas, por nuestros corazones, pasa por nuestras situaciones, y arrasa.

Arrasa su amor. Arrasa en nosotros su Misericordia, siempre. Y nuestro deseo es que siempre lo haga.

La protagonista del evangelio de hoy solo necesitó el deseo de tocar su manto y Jesús arrasó en su vida. Se levantó. Deseo y acción. levantémonos también. 

XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

  Mc 6, 1-6

En aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».
Y se escandalizaban a cuenta de él.
Les decía:
«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.
Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

SE ESCANDALIZABAN A CUENTA DE ÉL

Aun hoy, más de 2000 años después hay quien se escandaliza de Jesús y de todos aquellos que le seguimos. No tenemos que justificar nuestro seguimiento de Jesús.

Pero Él nos dijo que siempre estuviéramos dispuestos a dar razón de nuestra fe. Y para ello debemos estar dispuestos también a ser escándalo para los demás. Escándalo de misericordia y compasión, claro está.

A quien se escandaliza de Jesús a día de hoy, respondamos con fe, con obras, con misericordia, con compasión y con razones. La mayor de ellas, el amor.

CREER SIN HABER VISTO

 Jn 20, 24-29

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
«Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás:
«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó Tomás:
«¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo:
«¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto».

CREER SIN HABER VISTO

Quizá sea lo más difícil de vivir y de comprobar, precisamente porque la fe es eso, creer sin ver.

En la época de las comunicaciones telemáticas, visuales, se nos pide no ver, creer sin tener evidencias de ningún tipo.

Pero esa es nuestra riqueza, nuestra alegría y nuestra suerte. Creer en Jesús, creer sin ver poniendo toda nuestra esperanza en aquel que nos salvó.

COME CON PUBLICANOS Y PECADORES

 Mt 9, 9-13

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».
Jesús lo oyó y dijo:
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa “Misericordia quiero y no sacrificio”: que no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».

COME CON PUBLICANOS Y PECADORES

No acababan de entender la actitud de Jesús. No acababan de entender su infinita misericordia para con quien más la necesitaba.

Quizá por eso siguen sin entendernos a los que ponernos por encima la misericordia a la ley y la caridad por encima de lo legal.

Pongamos corazón, pongamos misericordia, pongamos caridad. pecadores y publicanos somos todos.

VIENDO LA FE QUE TENÍAN

 Mt 9, 1-8

En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En esto le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:
«¡Animo, hijo!, tus pecados te son perdonados».
Algunos de los escribas se dijeron:
«Este blasfema».
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:
«¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados - entonces dice al paralítico -: “Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”».
Se puso en pie, y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.


VIENDO LA FE QUE TENÍAN

No es la primera vez que Jesús elogia la fe de sus contemporáneos o de sus discípulos. Signo de que la fe que tengamos es importante para Jesús.

Nos dijo que con fe moveríamos montañas, y lo haríamos si supiésemos hasta qué punto la fe mueve el Corazón de Dios. 

Tengamos fe.

HIJO DE DIOS

 Mt 8, 28-34

En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos.
Desde el sepulcro dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos:
«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?».
A cierta distancia, una gran piara de cerdos estaba paciendo. Los demonios le rogaron:
«Si nos echas, mándanos a la piara».
Jesús les dijo:
«Id».
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo al mar y se murieron en las aguas.
Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados.
Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.

HIJO DE DIOS

En el evangelio de hoy hasta los demonios reconocen que Jesús es el hijo de Dios que ha venido del Padre.

Es una verdad tan evidente que incluso ellos no pueden negar. El hijo de Dios vino a nosotros, se encarnó. Y todo fue por amor.

Ese amor que ha volcado sobre nosotros y por el que nunca el mal vencerá al bien. Al igual que venció a la muerte.