jueves, 29 de febrero de 2024

BIENES Y MALES

 Lc 16,19-31

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.
Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.
Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo:
"Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas".
Pero Abrahán le dijo:
"Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.
Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros".
Él dijo:
"Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento".
Abrahán le dice:
"Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen".
Pero él le dijo:
"No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán".
Abrahán le dijo:
"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto"».

BIENES Y MALES
La liturgia cuaresmal nos recuerda la parábola de Lázaro y el rico. Uno recibió males en la vida y, el otro, bienes.
No deberíamos explicar así las diferencias entre unos y otros, pero la parábola así lo hace. Precisamente para explicarnos algo.
Nuestras acciones no deben depender de los bienes que tengamos y siempre, tengamos los bienes que tengamos, hay que hacer el bien. Que así sea. 

miércoles, 28 de febrero de 2024

EL HIJO DEL HOMBRE HA VENIDO A SERVIR

 Mt 20,17-28

En aquel tiempo, subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará».
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó:
«¿Qué deseas?».
Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron:
«Podemos».
Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

EL HIJO DEL HOMBRE HA VENIDO A SERVIR
Los judíos tenían una imagen del Mesías muy diferente del que llegó, por eso no acababan de entender muchas cosas.
No entraba en su modelo preestablecido en sus mentes que el Mesías fuera humilde y que fuera servidor.
Pero Jesús se lo dejó muy claro: "Quien quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor". ¿Somos servidores o solo queremos ser grandes?

martes, 27 de febrero de 2024

TODO LO QUE HACEN ES PARA QUE LOS VEA LA GENTE

 Mt 23,1-12

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a los discípulos, diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.
Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame "rabbí".
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "rabbí", porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido». 


TODO LO QUE HACEN ES PARA QUE LOS VEA LA GENTE
Así describía Jesús a los escribas y fariseos. Y poco hemos cambiado desde entonces: seguimos haciendo lo que sea para que no alaben.
Por el contrario, Jesús, cuando curaba los cuerpos o las almas no lo hacía por adulación, sino por las personas mismas, por Amor.
Y esa es la diferencia. Tú, ¿por qué haces lo que haces: para que te vea la gente o por Amor?

lunes, 26 de febrero de 2024

UNA MEDIDA GENEROSA

 Lc 6,36-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

UNA MEDIDA GENEROSA
Dios no es tacaño. Nos regala hermosura y cuidados desde siempre, mucho y bueno. Es generoso.
De ahí el evangelio de hoy. Siendo misericordiosos, perdonando, no juzgando se nos dará una medida rebosante.
Seamos así, generosos en el amor, en el perdón, pues con la medida con que midamos se nos medirá a nosotros.

domingo, 25 de febrero de 2024

II DOMINGO DE CUARESMA

 Mc 9,2-10

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
No sabía qué decir, pues estaban asustados.
Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.

TRANSFIGURACIÓN
Este evangelio está en relación con la Pasión de Jesús. Los apóstoles lo habían dejado todo y las cosas se estaban poniendo complicadas con las autoridades y todo podrría acabar peor de lo que esperaban. Pero no conocían la meta, por eso Jesús se transfigura delante de ellos.
El abandono, el fracaso, merecía la pena, porque el resultado final sería la Resurrección. ¿Qué nos dice a nosotros este evangelio? Nos permite decir "sé de quién me he fiado", como nos dijo san Pablo, sabemos que podemos fiarnos de Él, pase lo que pase.
Y Pedro nos da la clave: se está bien junto a Jesús. En nuestra próxima vida y también ya en esta. Siendo cristianos, en contacto diario con Él. No dejemos de estar con Jesús tanto como podamos para que Jesús nos transfigure también.

sábado, 24 de febrero de 2024

AMAD Y REZAD

 Mt 5,43-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo".
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

AMAD Y REZAD
Lo que nos dice Jesús hoy sobre cómo debemos comportarnos con nuestros enemigos debería servirnos para toda la vida.
Y no solo para toda la vida y para los cristianos, sino para la humanidad entera. Amad a vuestros enemigos y rezad por ellos.
Si todos lo hiciéramos, nuestra vida cambiaría. 

viernes, 23 de febrero de 2024

HABÉIS OÍDO QUE SE DIJO

 Mt 5,20-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "necio", merece la condena de la "gehena" del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

HABÉIS OÍDO QUE SE DIJO
Jesús vino a traer un mundo nuevo, un Reino nuevo, una nueva esperanza a la humanidad.
Con su Nueva Alianza, su nuevo pacto de amor con nosotros, sellado en la Cruz no deberíamos pedir más explicaciones.
Hagamos un mundo nuevo, hagamos nuevos los días. No tengamos miedo al Amor. 

lunes, 19 de febrero de 2024

CONMIGO LO HICISTEIS

 Mt 25,31-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.
Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.
Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.
Entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.
Entonces también estos contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.
Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.
Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».

CONMIGO LO HICISTEIS
"Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis". Una frase que debe hacernos pensar.
Jesús nos equipara a categoría de hermanos suyos y nos pone a su altura en cuestión de que alguien haga o no el bien hacia nosotros.
Pensemos y meditemos que somos familia de Jesús: sus hermanos. 

domingo, 18 de febrero de 2024

I DOMINGO DE CUARESMA

 Mc 1,12-15

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían.
Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

CONVIÉRTETE Y CREE EN EL EVANGELIO
Comienza la Cuaresma y el evangelio nos ofrece a un Jesús en el desierto y proclamando que nos convirtamos y creamos en el evangelio. 
También nosotros debemos prepararnos para la Pascua, por eso pidamos al Señor que el Espíritu nos empuje a una vida nueva, que nos dejemos conducir por Él, que esta Cuaresma no sea una más, sino un acontecimiento de liberación.
Que Jesús rompa nuestras cadenas y que sea siempre nuestro centro. para ello, pidamos la ayuda de María, que permaneció fiel a los pies de la Cruz nos alcance una auténtica contrición de nuestros pecados y un deseo auténtico de conversión.

sábado, 17 de febrero de 2024

SÁBADO DESPUÉS DE CENIZA

 Lc 5,27-32

En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y sus escribas diciendo a los discípulos de Jesús:
«¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?».
Jesús les respondió:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».

SÁBADO DESPUÉS DE CENIZA
Mateo dio un banquete en su casa al ser llamado por Jesús a seguirle. Celebró su llamamiento, y lo criticaron.
Hagamos lo que hagamos nos van a criticar. Quizá por eso Jesús dijo que los que necesitan médico son los enfermos,
No enfermemos de envidia ni de crítica. Seamos de corazón sano. 

viernes, 16 de febrero de 2024

VIERNES DESPUÉS DE CENIZA

 Mt 9,14-15

En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

VIERNES DESPUÉS DE CENIZA
Los fariseos atendían más a lo exterior que a lo interior, a lo secundario más a que a realizar la caridad.
Quizá nosotros también somos así en muchas ocasiones de nuestra vida. Estamos más atentos a la apariencia.
Los cristianos debemos atender al hombre interior donde, como decía san Agustín, habita la verdad. 

jueves, 15 de febrero de 2024

JUEVES DESPUÉS DE CENIZA

 Lc 9,22-25

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

JUEVES DESPUÉS DE CENIZA
Aun con el recuerdo de la ceniza de ayer nos adentramos en la Cuaresma. Y el evangelio de hoy no nos deja indiferentes.
Debemos tomar la cruz de cada día, negarnos a nosotros mismos y así podremos ir en pos de Jesús bien dispuestos.
No neguemos la cruz ni despreciemos la cruz de cada día, que será, a la postre, la que nos hará llegar a la salvación. 

miércoles, 14 de febrero de 2024

MIÉRCOLES DE CENIZA

 Mt 6,1-6.16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

MIÉRCOLES DE CENIZA
Las cenizas son un signo muy importante:  significan la fragilidad del hombre y son señal de penitencia y dolor de los pecados.
Y por eso las utilizamos hoy en la Liturgia. Somos frágiles y necesitamos la salvación de Dios y nos recuerda que debemos pedir perdón de aquello que nos separa de Él.
Tengamos la certeza de que Jesús siempre nos espera, siempre nos perdona. Comenzamos el camino de Cuaresma hacia la Luz de la Pascua. 


martes, 13 de febrero de 2024

¿Y NO ACABÁIS DE COMPRENDER?

 Mc 8,14-21

En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó tomar pan y no tenían más que un pan en la barca.

Y Jesús les ordenaba diciendo:

«Estad atentos, evitad la levadura de los fariseos y de Herodes».

Y discutían entre ellos sobre el hecho de que no tenían panes.

Dándose cuenta, les dijo Jesús:

«¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis el corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís? ¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?».

Ellos contestaron:

«Doce».

«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?».

Le respondieron:

«Siete».

Él les dijo:

«¿Y no acabáis de comprender?».

¿Y NO ACABÁIS DE COMPRENDER?
Quien pone un poquito de empeño en entender la Palabra, quien pone un poco de intención en atender, comprende.
Pero a veces nos pasa como a los discípulos, que no acabamos de comprender porque no vemos con claridad o no queremos ver.
Que el Espíritu nos dé luz para entender y comprender y llevar a cabo el cumplimiento del Reino. 

lunes, 12 de febrero de 2024

LE PIDIERON UN SIGNO

 Mc 8,11-13

En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
«¿Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.

LE PIDIERON UN SIGNO
Los fariseos pusieron a prueba a Jesús pidiéndole un signo del cielo. Lo que ellos no sabían es que el signo del cielo era el mismo Jesús.
Le pidieron un signo cuando habían visto tantos a diario estando a su lado. ¿Cuál era el signo que querían?
Querían que les dijese que era el Mesías y, cuando se lo dijo, no lo creyeron. Y es que, los mayores signos están ante nosotros y no nos damos cuenta. 

domingo, 11 de febrero de 2024

VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 1,40-45

En aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
«Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo:
«Quiero: queda limpio.»
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente:
«No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó
Moisés, para que les sirva de testimonio.»
Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.

SI QUIERES, PUEDES LIMPIARME
En el sexto domingo del tiempo ordinario coincide el evangelio de la curación del leproso con la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, día en el que recordamos y rezamos por todos los enfermos.
Jesús, siempre atento a nuestras súplicas, atiende hoy a un leproso: "si quieres, puedes limpiarme". Quería, podía y lo hizo. 
Jesús, límpiame por dentro, que nunca tenga lepra en mi alma, que siempre me deje limpiar por Ti. 

sábado, 10 de febrero de 2024

ELLOS LOS SIRVIERON A LA GENTE

 Mc 8,1-10

Por aquellos días, como de nuevo se había reunido mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:

«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y si los despido a sus casas en ayunas, van a desfallecer por el camino. Además, algunos han venido desde lejos».

Le replicaron sus discípulos:

«¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para saciar a tantos?».

Él les preguntó:

«¿Cuántos panes tenéis?».

Ellos contestaron:

«Siete».

Mandó que la gente se sentara en el suelo y tomando los siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente.

Tenían también unos cuantos peces; y Jesús pronunció sobre ellos la bendición, y mandó que los sirvieran también.

La gente comió hasta quedar saciada y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil y los despidió; y enseguida montó en la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.

ELLOS LOS SIRVIERON A LA GENTE
En el evangelio de hoy nos relatan la multiplicación de los panes. Es de sobra conocido, pero hoy nos hemos fijado en un detalle.
Los discípulos sirvieron el pan a la gente. Jesús hizo el milagro pero quiso que lo sirvieran ellos.
Así nosotros. Debemos servir, proclamar, anunciar a la gente los milagros cotidianos que hace Jesús. 

viernes, 9 de febrero de 2024

ÁBRETE (EFFETÁ)

 Mc 7,31-37

En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano.
Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.
Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:
«Effetá» (esto es, «ábrete»).
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.
Y en el colmo del asombro decían:
«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

ÁBRETE (EFFETÁ)
Hoy el evangelio nos cuenta cómo Jesús curó a un sordomudo. "Ábrete", les ordenó y se abrieron los oídos y la traba de la lengua se soltó.
Nosotros muchas veces somos sordomudos espirituales que ni oímos ni decimos, ni se nos nota.
Que el Señor nos abra los sentidos para poder proclamar su Nombre a las naciones. 

jueves, 8 de febrero de 2024

LOS PERROS Y LAS MIGAJAS

 Mc 7,24-30

En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro.
Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse.
Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies.
La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija.
Él le dijo:
«Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».
Pero ella replicó:
«Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños».
Él le contestó:
«Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.


LOS PERROS Y LAS MIGAJAS

Del evangelio de hoy podemos recibir una buena enseñanza. Jesús quiere atender a todos y quiere que todos nos beneficiemos "del pan de los hijos".

No desatiende a nadie, siempre dispuesto, sin carteles de "vuelva usted mañana" que nos hagan sentir mal.

Seamos como Él, siempre dispuestos, siempre serviciales. 


miércoles, 7 de febrero de 2024

DEL CORAZÓN DEL HOMBRE

 Mc 7,14-23

En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:
«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre».
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola.
Él les dijo:
«¿También vosotros seguís sin entender? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón sino en el vientre y se echa en la letrina».
(Con esto declaraba puros todos los alimentos).
Y siguió:
«Lo que sale de dentro del hombre, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».

DEL CORAZÓN DEL HOMBRE
Hoy Jesús, como siempre, nos da una lección sublime: del corazón del hombre, de dentro sale lo que no nos hace bien.
Malos pensamientos, malas acciones se cuecen en el corazón. Debemos procurar tener el corazón limpio, sano.
Así, lo que salga de él serán bendiciones y buenas obras, como debe ser. 

martes, 6 de febrero de 2024

¿POR QUÉ NO CAMINAN TUS DISCÍPULOS SEGÚN LAS TRADICIONES?

Lc 7,1-13: 

En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas).
Y los fariseos y los escribas le preguntaron:
«¿Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con manos impuras?».
Él les contestó:
«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:
"Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío,
porque la doctrina que enseñan
son preceptos humanos".
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».
Y añadió:
«Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: "Honra a tu padre y a tu madre" y "el que maldiga a su padre o a su madre es reo de muerte". Pero vosotros decís: "Si uno le dice al padre o a la madre: los bienes con que podría ayudarte son ‘corbán’, es decir, ofrenda sagrada", ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre; invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os transmitís; y hacéis otras muchas cosas semejantes».

¿POR QUÉ NO CAMINAN TUS DISCÍPULOS SEGÚN LAS TRADICIONES?
Estamos tan acostumbrados a hacer sin pensar, a cumplir, al cumplimiento (cumpli-miento) que cumplimos y mentimos.
"La tradición de los hombres", como nos dice hoy el evangelio no puede estar por encima del amor y la misericordia.
No nos quedemos en lo secundario. Lo primero es el Amor.

lunes, 5 de febrero de 2024

LO RECONOCIERON

 Mc 6,53-56io

En aquel tiempo, terminada la travesía, Jesús y sus discípulos llegaron a Genesaret y atracaron.
Apenas desembarcados, lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos en camillas.
En los pueblos, ciudades o aldeas donde llegaba colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su manto; y los que lo tocaban se curaban.

LO RECONOCIERON
El evangelio de hoy nos habla de cómo Jesús recorría pueblos y ciudades acompañado de sus discípulos predicando el Reino.
Ya se había hecho popular y allí a donde llegaba, lo reconocían. ¿Lo reconoceríamos tú y yo si viniera a tu pueblo o tu ciudad?
¿Cómo sabrías que era Él? Piensa en ello, pues así como te imaginas que actuaría, así quiere que seas tú. 

domingo, 4 de febrero de 2024

V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 1,29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca».
Él les responde:
«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»
Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

CURÓ A MUCHOS ENFERMOS
Jesús tenía el poder; Él lo sabía, pero no presumía de ello, ni era motivo de soberbia. Sabía que el mundo estaba a sus pies, figurada y literalmente.
"Todo el mundo te busca", le decían los apóstoles. Él se preparaba orando toda la noche para volcar todo el Amor del Padre en todos aquellos que lo necesitaban. 
Estar siempre dispuesto para todo aquel que te necesite; estar siempre dispuesto a hacer vida el servicio. Así debemos ser los cristianos. 

viernes, 2 de febrero de 2024

FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

 Lc 2,22-32

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».
Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.»

LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
Hoy la Iglesia celebra la Fiesta de la Presentación del Señor en la que recordamos que José y María llevaron a Jesús a Jerusalén a presentarlo al Señor.
Y Simeón vivió la promesa que le había revelado el Padre: que no vería la muerte antes de ver al Mesías.
Nosotros también queremos ver a Jesús, "luz de las naciones y gloria de Israel". Dejémonos llenar del Espíritu. 

jueves, 1 de febrero de 2024

SALIERON A PREDICAR LA CONVERSIÓN

 Mc 6,7-13

En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y decía:
«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos».
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

SALIERON A PREDICAR LA CONVERSIÓN
Jesús enseñaba a los apóstoles cómo debían predicar el Reino y la conversión. Les encargó algo muy especial.
Algo muy especial que no pudieron aprender más que conviviendo con Él, hablando con Él, siendo familia con Él.
Seamos así, seamos uno con él para poder predicar el Reino y la conversión de los corazones.