martes, 27 de febrero de 2018

ESTAMOS SUBIENDO A JERUSALÉN

 Mt 20, 17- 28
En aquel tiempo, subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará».
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó: «¿Qué deseas?».
Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda»
Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?»
Contestaron: «Lo somos.»
Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

HA VENIDO A SERVIR
No podía ser de otra manera: Jesús no vino a ser servido, como los jefes y los poderosos de este mundo, sino que vino a servir a todos sin excepción.
Y a nosotros nos dice que el que quiera ser el primero, que sea esclavo de todos. ¿Es lo que hacemos realmente o preferimos ser lo primeros en que nos sirvan?
El servicio a todos nuestros hermanos y servirlos desinteresadamente debería ser distintivo de los cristianos, por seguir al Maestro, el Servidor que dio su vida por nosotros.


lunes, 26 de febrero de 2018

HACED Y CUMPLID

Mt 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a los discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbi”.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbi”, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

TODOS VOSOTROS SOIS HERMANOS
¿Cuándo acabaremos de enterarnos? ¿Cuándo acabaremos de entender que Dios nos hizo a todos iguales, que somos hijos de un mismo Padre y, por tanto, hermanos?
Eso significa lo que sabemos desde hace dos mil años: "amaos unos a otros", sencillamente, porque nadie es más que nadie, todos tenemos la misma dignidad.
Nuestro Padre, Dios. Nuestro hermano, Jesús. Y nosotros, servidores unos de otros. 


domingo, 25 de febrero de 2018

SED MISERICORDIOSOS

Lc 6,36-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

SED MISERICORDIOSOS
Jesús dijo a sus discípulos: "Sed misericordiosos". ¿Somos discípulos de Jesús? Pues seamos misericordiosos.
La misericordia no es pena, es dar un pasito más en el amor. Ser misericordiosos implica vivir con el corazón y mirar con el corazón al hermano.
"Dad y se os dará". Dad misericordia y se os dará misericordia con una media colmada y generosa. Seamos misericordiosos generosamente.


sábado, 24 de febrero de 2018

II DOMINGO DE CUARESMA

Mc 9, 2-10
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
No sabía qué decir, pues estaban asustados.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban del monte, les ordenó que contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Esto se les quedó grabado, y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.

TRANSFIGURACIÓN
El segundo domingo de Cuaresma nos habla sobre la contemplación. La Transfiguración nos lleva a contemplar a un Dios que se nos hace cercano.
Viene a nosotros para recordarnos lo principal: que hay que estar mirando al cielo, pero con los pies en el suelo. Dios y los hermanos, así nos transfiguraremos.
Hagamos un nido en el Corazón de Cristo, para poder descansar allí después de habernos partido y compartido por y con los hermanos. 


AMAD

Mt 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

¿QUÉ HACÉIS DE EXTRAORDINARIO?
Ser discípulo de Jesús conlleva una serie de actitudes y comportamientos. Seguirle a Él es comprometerse a seguir su camino, hacerse uno con Él en la palabra y los hechos.
Porque si no es así, ¿qué hacemos diferente a los que no creen en Cristo? No por distinguirnos en el sentido de ser más que los demás, sino precisamente porque su seguimiento nos lo exige como discípulos.
Amar, amar por siempre y amar a todos. Eso es lo que nos distingue como cristianos. Amar hasta el extremo, como Él. De palabra y con hechos. Así seremos "extraordinarios".


jueves, 22 de febrero de 2018

LA OFRENDA

Mt 5, 20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "necio", merece la condena de la “gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

VETE PRIMERO A RECONCILIARTE
Muchas veces pensamos que pedir perdón es humillante, o nos va a hacer sentir mal, o la persona a la que vamos a pedir perdón no lo aceptará.
Pero Jesús hoy nos dice que si estás enfadado con tu hermano o si tienes algo contra alguien, no puedes tener una buena relación con Dios.
Vete primero a reconciliarte con esa persona, o ese familiar, o ese amigo y entonces podrás ofrecer limpio tu corazón a Dios. 


miércoles, 21 de febrero de 2018

LAS LLAVES DEL REINO

Mt 16, 13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo»
Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

PEDRO
Hoy la Iglesia celebra la Cátedra de san Pedro. Es un día en el que recordamos la autoridad de los sucesores de Pedro al frente de la Iglesia.
Somos una Comunidad con una cabeza visible, el santo padre, el cual vela por que la fe de los católicos no decaiga y defiende el depósito de la fe que nos legaron los apóstoles.
Es un día para rezar especialmente por el Papa, por su ministerio, por su labor pastoral. Oremos por Francisco. 



martes, 20 de febrero de 2018

JONÁS

Lc 11, 29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

LA GENTE SE APIÑABA
En nuestro mundo la gente se apiña por ver a actores famosos, futbolistas de éxito, cantantes ... pero ya nadie se apiña por ver a Jesús.
Y Él sí que es digno de admirar, no solo por lo que hizo, sino por lo que es. El Amor de los amores, aquel a quien obedecen el mar y el viento.
Que nos sea urgente ver a Jesús, que nos apremie el amor de Cristo, que nos sea imprescindible ofrecer y dar misericordia. Una buena manera de vivir la Cuaresma. 


PADRE NUESTRO

 Mt 6, 7-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así:
"Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal".
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

NO USÉIS MUCHAS PALABRAS
Nos lo dice Jesús: cuando recéis, no uséis muchas palabras. No por mucho hablar nos harán más caso. 
Pocas palabras, pero que lleguen al corazón. Al corazón de Dios, allí donde siempre nos echan de menos, donde tenemos siempre un lugar. 
Mucho corazón y pocas palabras. No hace falta más. 


domingo, 18 de febrero de 2018

OVEJAS Y CABRAS

Mt 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.
El separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme."
Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?"
Y el rey les dirá: "En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos, más pequeños, conmigo lo hicisteis."
Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis."
Entonces también estos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?"
Él les replicará: "En verdad os digo: lo que no lo hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo "
Y estos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna».

CONMIGO LO HICÍSTEIS
Hemos sido creados para vivir en comunidad, en sociedad. Somos con los otros y también somos en los otros. 
Y Jesús es uno de nosotros, quiso ser uno de nosotros. Nació en la humildad y vivió en la humildad queriendo necesitar de los demás.
Así también nosotros necesitamos de nuestros hermanos y ellos necesitan de nosotros. Y si practicamos la misericordia con ellos, es como si lo hiciéramos con Cristo, con quien somos uno. 


sábado, 17 de febrero de 2018

I DOMINGO DE CUARESMA

 Mc 1, 12-15
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían.
Después de que Juan, fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

EN EL DESIERTO
Estamos comenzando la Cuaresma y el evangelio del primer domingo nos ofrece a Jesús retirado en el el desierto haciendo oración y penitencia antes de su vida pública.
Prepararse a los momentos importantes con la oración debería ser algo normal en nuestra vida de cristianos. Orar al Padre y acercarnos a su Corazón y, como consecuencia, a su Voluntad.
Pongamos en esta Cuaresma un empeño especial en crecer en nuestra vida de oración. Vayamos "al desierto" y allí seremos uno con Jesús. 


viernes, 16 de febrero de 2018

SÁBADO DESPUÉS DE CENIZA

Lc 5, 27-32
En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme».
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y sus escribas diciendo a los discípulos de Jesús: «¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?»
Jesús les respondió: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».

MURMURABAN
Jesús desde el primer momento fue perseguido de diferentes formas. Y los fariseos murmuraban sobre las compañías de Jesús.
Estamos en Cuaresma y para acercarnos más a Dios en este tiempo debemos dejar de lado aquello que no estamos haciendo bien con los demás, como por ejemplo la murmuración.
No seamos jueces de nuestros hermanos. Seamos sencillamente hermanos suyos, con sencillez y caridad, con paz y alegría, sin juzgar, solo amando hasta el extremo, como el Maestro.



VIERNES DESPUÉS DE CENIZA

Mt 9, 14-15
En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

AYUNAMOS A MENUDO
En tiempo de Cuaresma vuelve a surgir el tema del ayuno en el evangelio diario. Los fariseos acusaban a los discípulos de Jesús de no ayunar.
Una práctica común entre los cristianos que nos hace recordar que debemos estar despiertos y preparados para la acción de Dios en nuestras vidas.
Acercarnos más a Cristo debe ser uno de los objetivos de la Cuaresma. Muramos con Él para poder resucitar también con Él. 

miércoles, 14 de febrero de 2018

JUEVES DESPUÉS DE CENIZA

Lc 9, 22-25
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?»

SER DESECHADO
Jesús les dijo a sus discípulos que sería desechado por las autoridades de su pueblo. Parece una broma de mal gusto que el mismo Dios fuera desechado por los hombres.
Aunque a lo largo de los siglos Jesús ha sido desechado, de una manera u otra, por los hombres. Y Dios sigue amándonos como el primer día. 
Como nos ha dicho el Papa Francisco, "tenemos que latir con el palpitar del Corazón de Cristo". No sigamos desechándolo. "¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?"


martes, 13 de febrero de 2018

MIÉRCOLES DE CENIZA

Mt 6, 1-6.16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

MIÉRCOLES DE CENIZA
Hoy comienza la Cuaresma. Tiempo de preparación a la Pascua, tiempo de interiorización, de oración, de acercarnos más, si cabe, al Corazón de Cristo.

Y es que la Cuaresma, además de ayuno, oración y limosna es tiempo de corazón. Debemos hacer transparente nuestro corazón para que a través de él se vea más a Cristo.

Vivir con corazón, en este mundo que vive tan sin corazón. Y vivir en el Corazón de Dios, ese Corazón que tanto sufrió por nosotros y que se derramó por nosotros. Vivamos una Cuaresma con corazón.



lunes, 12 de febrero de 2018

ESTAD ATENTOS

Mc 8, 14-21
En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó tomar pan, y no tenían más que un pan en la barca.
Y Jesús les ordenaba diciendo: «Estad atentos, evitad la levadura de los fariseos y de Herodes».
Y discutían entre ellos sobre el hecho de que no tenían panes.
Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis el corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís? ¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?»
Ellos contestaron: «Doce».
«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?»
Le respondieron: «Siete».
Él les dijo: «¿Y no acabáis de comprender?»

¿Y NO ACABÁIS DE COMPRENDER?
Muchas veces no somos capaces de entender lo que Dios quiere transmitirnos, aunque tengamos oídos y ojos, como dice el evangelio de hoy.
Quizá lo que deberíamos preparar son los ojos del alma para poder reconocer más fácilmente los detalles de Dios en nuestra vida, en la naturaleza, en nuestra alma...
Dios te ama. ¿Y no acabas de comprender?



domingo, 11 de febrero de 2018

UN SIGNO

 Mc 8, 11-13
En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo: «¿Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.

LE PIDIERON UN SIGNO DEL CIELO
Han pasado muchos siglos desde la predicación de Jesús, pero hoy seguimos pidiendo signos a Dios de su presencia, de su providencia hacia nosotros o de su existencia.
¿Dónde queda la fe? La confianza hoy en día está muy mermada, pero aún así todavía hay personas que ponen su confianza en otras personas.
¿Cómo no fiarnos de Dios, cómo no fiarnos de la Bondad? Él está y está siempre; nos ama y nos ama siempre. No pidamos comprobantes a Dios. Fiémonos de su Palabra. 


sábado, 10 de febrero de 2018

VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Mc 1, 40-45
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio».
La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio»,
Pero, cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.

COMPADECIDO
En este nuevo domingo el evangelio nos enseña a Jesús de nuevo curando y atendiendo a las necesidades de los demás.
La palabra que utiliza el texto es "compadecido". El corazón de Jesús padecía con los que sufrían, y compartía lo mejor que tenía para aliviar ese sufrimiento.
Y nosotros, que somos sus discípulos, debemos también compadecernos del sufrimiento de nuestros hermanos y aliviarlo tanto como podamos. 


viernes, 9 de febrero de 2018

UNOS CUANTOS PECES

Mc 8, 1-10
Por aquellos días, como de nuevo se había reunido mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y, si los despido a sus casas en ayunas, van a desfallecer por el camino. Además, algunos han venido desde lejos».
Le replicaron sus discípulos: « ¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para saciar a tantos?».
Él les preguntó: «¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron: «Siete».
Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomando los siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente.
Tenían también unos cuantos peces; y Jesús pronunció sobres ellos la bendición, y mandó que los sirvieran también.
La gente comió hasta quedar saciada y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil y los despidió; y enseguida montó en la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.

¿CUÁNTOS PANES TENÉIS?
Hoy el evangelio nos habla de la generosidad infinita de Dios plasmada en la multiplicación de los panes y los peces ante la incredulidad de sus discípulos.
Dios es la absoluta generosidad y siempre cuenta con nuestra colaboración para hacerla patente, incluso nos pregunta cómo podemos ayudar a esa generosidad.
En nuestra realidad cotidiana Jesús también nos pregunta "¿Cuántos panes tienes?" y, con ello, Dios hará milagros. Seamos sus manos para hacer vida su Bondad. 



jueves, 8 de febrero de 2018

TODO LO HA HECHO BIEN

Mc 7, 31 37
En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano.
El, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.
Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá», (esto es: «ábrete»).
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.
Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos».
A SOLAS
Hoy el evangelio nos cuenta el milagro de Jesús en el que le devuelve el oído a un sordo. Lo apartó de la gente y, a solas con él, hizo el milagro.
Y es así. Muchas veces Jesús hace milagros con nosotros "a solas", cuando estamos corazón a corazón con Él, en la intimidad de la oración.
Allí nos hace ver y oír, nos abre los sentidos del alma para entender y aceptar, para amar más y servir mejor a todo aquel que no oiga ni vea.


miércoles, 7 de febrero de 2018

ERA PAGANA

Mc 7, 24-30

En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse.

Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies.

La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija.

Él le dijo: «Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».

Pero ella replicó: « Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños».

Él le contestó: «Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».

Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.


NO LOGRÓ OCULTARSE

Jesús seguía haciendo milagros, seguía haciendo el bien y ya era bastante conocido por sus contemporáneos, por eso, no podía ocultarse.

Y es que, el bien, siempre está patente a los ojos de los demás, el bien no puede ocultarse. Y menos si lo hace Jesús.

Nosotros debemos también hacer siempre el bien, no por lucirnos, sino por seguir el ejemplo del Maestro. Y el bien que hagamos, por más que lo intentemos ocultar, siempre brillará. Hagamos que el mundo brille. 


martes, 6 de febrero de 2018

¿NO COMPRENDÉIS?

Mc 7, 14-23
En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre».
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola.
Él les dijo: «¿También vosotros seguís sin entender? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre y se echa en la letrina»
(Con esto declaraba puros todos los alimentos).
Y siguió: «Lo que sale de dentro del hombre, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».

ESCUCHAD
Una de las actitudes más sencillas y más humanas es escuchar. Una manera de saberse querido, de saber que eres importante para alguien.
Por eso debemos escuchar a todo aquel que nos lo pida. Por eso Dios nos escucha a todos siempre que se lo pedimos.
Escuchar, interiorizar, meditar dentro del corazón lo que oímos, lo que nos dice Dios en la intimidad de la oración para decirlo a todo aquel corazón que lo quiera escuchar. 



lunes, 5 de febrero de 2018

FARISEOS Y ESCRIBAS

Mc 7, 1-13
En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Y los fariseos y los escribas le preguntaron: «¿Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con manos impuras?».
Él les contestó: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».
Y añadió: «Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: "Honra a tu padre y a tu madre" y "el que maldiga a su padre o a su madre es reo de muerte". Pero vosotros decís: “Si uno le dice a su padre o a su madre: los bienes con que podría ayudarte son ‘corbán’, es decir, ofrenda sagrada”, ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre; invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os transmitís; y hacéis otras muchas cosas semejantes».

MANOS IMPURAS
Cuando el evangelio nos relata los encuentros de Jesús con escribas, fariseos, letrados,...siempre suele salir la palabra impuro. ¿Pero qué es lo puro y lo impuro?
Puro es un corazón que no pide nada a cambio, que se entrega a los demás con un absoluto desinterés, solo pensando en servir a los hermanos.
Puro es un corazón misericordioso expresado en unas manos que solo hablan de amor con compasión y ternura. 



domingo, 4 de febrero de 2018

LE LLEVABAN LOS ENFERMOS

 Mc 6, 53-56
En aquel tiempo, terminada la travesía, Jesús y sus discípulos llegaron a Genesaret y atracaron.
Apenas desembarcados, lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos en camillas.
En los pueblos, ciudades o aldeas donde llegaba colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su manto; y los que lo tocaban se curaban.

LA ORLA DE SU MANTO
Los contemporáneos de Jesús que creían en Él, ante las multitudes que le seguían, se conformaban con tocarle la orla del manto.
Nosotros, que no podemos verle cara a cara, podemos verle de otras maneras: en la Eucaristía, en los hermanos, en la oración,... que para nosotros es como tocar un poco de la orla de su manto.
Vivimos en constante nostalgia por poder disfrutar de la eterna compañía de nuestro Dios. No dejemos de sentir nunca esa nostalgia que nos hará vivir en una esperanza activa.