lunes, 25 de octubre de 2021

HIPÓCRITAS

 Lc 13, 10-17

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.
Había una mujer que desde hacia dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo.
Al verla, Jesús la llamó y le dijo:
«Mujer, quedas libre de tu enfermedad».
Le impuso las manos, y en seguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente:
«Hay seis días para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días y no en sábado».
Pero el Señor le respondió y dijo:
«Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre y lo lleva a abrevar?
Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?»
Al decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.

HIPÓCRITAS

Señor, que nunca me llames hipócrita, que nunca lo sea para poder ofrecerte y ofrecer al mundo lo mejor de mí y de mi vida.

Señor, no me dejes nunca de tu mano, no me dejes nunca caer en la tentación de no ser cristiano, de no ser apóstol de la misericordia.

Ayúdame a ser siempre cristalino, sencillo. Que siempre pueda auparme a tu Corazón de Padre.

domingo, 24 de octubre de 2021

XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 10, 46-52

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:
«Hijo de David, ten compasión de mí».
Jesús se detuvo y dijo:
«Llamadlo».
Llamaron al ciego, diciéndole:
«Ánimo, levántate, que te llama».
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo:
«¿Qué quieres que te haga?»
El ciego le contestó:
«”Rabbuni”, que recobre la vista».
Jesús le dijo:
«Anda, tu fe te ha salvado».
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

COMPASIÓN

Las lecturas de este domingo nos hablan de compasión, pero compasión de la buena. No lacrimógena, ni hipócrita. La compasión de Dios pasa por atender a la persona en su totalidad, desde todos los ángulos. 

Hoy Jesús cura a un mendigo ciego que le pide compasión. ¡Cuántas veces somos nosotros mendigos pidiendo compasión a Jesús! ¡Y cuántas más somos ciegos y estamos ciegos necesitados de la salvación de Cristo!

Él "nos guiará entre consuelos; nos llevará a torrentes de agua, por camino llano, sin tropiezos", como nos dice por boca de Jeremías. Consuelo, torrentes del agua del Espíritu y Camino llano, que es Jesús. Esa es la verdadera compasión que nos regala el Señor. 

FUE A BUSCAR FRUTO

 Lc 13, 1-9

En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús respondió:
«¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».
Y les dijo esta parábola:
«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.
Dijo entonces al viñador:
“Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”
Pero el viñador respondió:
“Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».

FUE A BUSCAR FRUTO

Cada día, cada hora, cada instante, a cada ocasión Dios viene a buscar fruto a nuestra vida, a nuestra alma, a nuestro corazón.

Es por eso que debemos estar preparados, siempre, siempre alerta porque no sabemos cuándo ni por dónde se va a hacer presente.

Amemos siempre y no tendremos miedo cuando venga a por fruto, pues siempre le podremos dar amor si sembramos amor.

LOS SIGNOS

  Lc 12, 54-59

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente:
«Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: “Va a caer un aguacero”, y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: “Va a hacer bochorno”, y sucede.
Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?
Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel.
Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues la última monedilla».

LOS SIGNOS

Hoy en el evangelio, Jesús nos tira un poco de las orejas. Y es que sabemos interpretar signos de la vida diaria y no nos fijamos en la evidencia de Dios ante nosotros.

Signos de Dios, señales que nos hablan de lo divino, pequeños (o grandes) guiños del Señor para que sigamos sus huellas y su ejemplo.

pero no olvidemos que, para el que nos ve, también somos signos de Dios. Mostremos con nuestras obras al Dios del Amor. 

jueves, 21 de octubre de 2021

FUEGO A LA TIERRA

 Lc 12, 49-53

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo, tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer a la tierra? No, sino división. Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».

FUEGO A LA TIERRA

Jesús vino a prender fuego a la tierra. Fuego ardiente, fuego del Espíritu, fuego que arda en los corazones de todos.

Si Jesús prende fuego en nuestro corazón seremos capaces de ser fuego que enciende otros fuegos y la tierra se convertirá en un lugar con vida.

Fuego, vida, corazones ardientes que hagan saltar chispas para así cambiar vidas y corazones. Hermosa misión. 

ADMINISTRADOR FIEL Y PRUDENTE

 Lc 12, 39-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Pedro le dijo:
«Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?»
El Señor dijo:
«¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?
Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si aquel criado dijere para sus adentros: "Mi señor tarda en llegar", y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.
El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos.
Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más se le pedirá».


ADMINISTRADOR FIEL Y PRUDENTE

Así define la parábola del evangelio de hoy las actitudes de aquellos que quieren seguir a Cristo con toda el alma y el corazón.

Ser fiel y prudente es lo mínimo que se puede pedir a alguien que administra lo ajeno. Ser fiel y prudente es lo mínimo que se nos puede pedir.

Fidelidad y prudencia. ¿Seremos capaces de hacerlo realidad?

martes, 19 de octubre de 2021

EN VELA

 Lc 12, 35-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y , acercándose, les irá sirviendo.
Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos».

EN VELA

Debemos estar en vela, atentos a por dónde llega el Señor, su voz, su guiño para poder entregarnos su amor cada día.

Hay que saber ver, escuchar, estar siempre alerta. Con los pies en el suelo, pensando hacia lo alto, en el futuro, en el Reino.

Ser constantes en velar, Dios puede llegar en cualquier momento y circunstancia.

¡PONEOS EN CAMINO!

 Lc 10, 1-9

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa” Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”».

¡PONEOS EN CAMINO!

Esa expresión de Jesús en el evangelio de hoy expresa ganas, fuerza, ánimos para todo aquel que quiera seguirle y ponerse en camino hacia el Reino.

Poneos en camino, salid a las calles y plazas, proclamad que Dios es el Rey del universo y nos ama como nadie nos amará jamás.

Poneos en camino. Dios está aquí y todo el mundo merece saberlo.

XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 10, 35-45

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
«Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir»
Les preguntó:
«¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron:
«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda».
Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron:
«Podemos».
Jesús les dijo:
«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que s para quienes está reservado».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, llamándolos, les dijo:
«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».

SERVICIO


Los cristianos debemos ser los mayores servidores. Servir  a Dios y al prójimo, a ejemplo de Jesús, sin pensar en la recompensa, aunque sea el Reino de los cielos.

Sercir, servir por siempre y amar, como dijo el poeta. El servicio es amos y amar es servir. No queramos ser los primeros más que en el servicio a los demás.

Como nos muestra hoy el evangelio, este servicio conlleva no querer ser los primeros, no querer destacar más que en amor y servir sin que lo sepa quien debe saberlo: Dios.

EL ESPÍRITU SANTO

 Lc 12, 8-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Todo aquel que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios, pero si uno me niega ante los hombres, será negado ante los ángeles de Dios.
Todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre podrá ser perdonado, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
Cuando os conduzcan a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué razones os defenderéis o de lo que vais a decir, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir».

EL ESPÍRITU SANTO

Hoy en el evangelio, Jesús nos habla del Espíritu Santo. Ese gran desconocido que solo nos suena de oídas, poco y muchas veces, nada.

El Espíritu Santo nos da vida, nos ilumina, nos guía hacia la santidad, nos hace espirituales. Y nos lo enseñará todo.

Encomendémonos al Espíritu, pidámosle sus dones y que dé en nosotros sus frutos. Él nos guiará hacia la Verdad.

A LOS PEQUEÑOS

 Mt 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

A LOS PEQUEÑOS

Los pequeños son los más queridos siempre, por los hombres y por Dios. Los niños son la inocencia, la pureza, la verdad. Por eso son tan queridos.

Los pequeños, los humildes, los "pequeños de Dios", los "anawim" son los preferidos del Señor, pero no solo por ser pequeños, sino por ser humildes y sencillos.

Lo entendió bien santa Teresa de Jesús y así lo dejó escrito tan bellamente: "Humildad es andar en verdad". Seamos humildes y transparentes, como los niños.

LES ENVIARÉ PROPFETAS Y APÓSTOLES

 Lc 11, 47-54

En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, a quienes mataron vuestros padres!
Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron, y vosotros les edificáis mausoleos.
Por eso dijo la Sabiduría de Dios: “Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos de ellos los matarán y perseguirán”; y así, a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario.
Sí, os digo: se le pedirá cuenta a esta generación.
¡Ay de vosotros, maestros de la Ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia: vosotros, no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido!».
Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo implacablemente y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarlo con alguna palabra de su boca.

LES ENVIARÉ PROFETAS Y APÓSTOLES

Jesús cita el libro de la Sabiduría con esa frase. El Antiguo Testamento era tema recurrente en la doctrina de Jesús.

Deberíamos plantearnos conocer mejor el Antiguo Testamento y profundizar em todas sus enseñanzas para nuestro bien.

Así podremos ser mejores profetas y apóstoles, enviados para dar razón de nuestra fe al mundo.

¡AY DE VOSOTROS!

 Lc 11, 42-46

En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios!
Esto es lo que había que practicar, sin descuidar aquello.
¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y los saludos en las plazas!
¡Ay de vosotros, que sois como tumbas no señaladas, que la gente pisa sin saberlo!»
Le replico un maestro de la ley:
«Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros».
Y él dijo:
«¡Ay de vosotros también, maestros de la ley, que cargáis a los hombres cargas insoportables, mientras vosotros no tocáis las cargas ni con uno de vuestros dedos!»

¡AY DE VOSOTROS!

Esa exclamación del Señor debería hacernos temblar. ¡Ay de vosotros si os comportáis como los fariseos!

La claridad y la transparencia deberían ser propios de cristianos que se comportan como tales ante Dios y ante el prójimo.

Que Jesús nunca tenga que decir de nosotros que tenemos dobleces o no somos transparentes.

NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

 Lc 11, 27-28

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

ESCUCHAR

Jesús llama bienaventurados a aquellos que escuchan. Escuchar es una actitud positiva para nosotros y para los demás.

Y no solamente. Jesús alaba a los que escuchan y cumplen la Palabra. No basta con escuchar, hay que hacer.

Al escuchar la Palabra sabremos qué hacer. Escuchar y cumplir. Fe y obras. Orar y trabajar.

JONÁS

 Lc 11, 29-32

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

JONÁS

En el evangelio de hoy Jesús pone el ejemplo de Jonás par aquellos que le pedían un signo. El signo de Jonás fue su predicación y pasar tres días en el vientre de la ballena.

Los que escuchaban a Jesús sabían bien de qué hablaba. Lo que no sabían era que Él también tendría "sus tres días" de signo. Muerte y Resurrección.

Jesús no fue un hombre más, ni solamente una buena persona que destacó. Jesús es el Hijo de Dios que murió y resucitó por amor. Por nosotros. Ese es su mayor signo.

domingo, 10 de octubre de 2021

XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 10, 17-30

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó:
«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó:
«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él replicó:
«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».
Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
«¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!»
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Peros Jesús añadió:
«Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban:
«Entonces, ¿quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando. y les dijo:
«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».
Pedro se puso a decirle:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más - casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones - y en la edad futura, vida eterna».

VIVA Y EFICAZ

En la segunda lectura de hoy la Carta a los Hebreos nos dice que la Palabra de Dios es viva y eficaz. Viva, porque da vida, porque es vida y nos hace revivir. ¡Esta viva! por mucho que intenten convencernos de lo contrario, Nadie se encuentra con la Palabra y se queda indiferente.

Y eficaz. Que produce el efecto esperado. Cuando leemos, escuchamos la Palabra nos ponemos en marcha, nos llega al corazón y la ponemos por obra. ¡Es eficaz!, produce el efecto esperado. Lo que Dios espera de nosotros es que hagamos vida la Palabra y así sea eficaz en nosotros y en los demás.

El joven del evangelio escuchó la Palabra viva de labios de Jesús, pero no supo hacerla eficaz y se marchó triste. En cambio, el Señor nos dice que el que lo deje todo por Él, recibirá cien veces más. Quien escucha la Palabra viva y eficaz, recibe cien veces más. 

sábado, 9 de octubre de 2021

LOS QUE ESCUCHAN Y CUMPLEN

 Lc 11, 27-28

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

LOS QUE ESCUCHAN Y CUMPLEN

No basta escuchar la Palabra de Dios, hay que cumplirla. Pero que no sea mero cumplimiento, cumplo y miento, sino que es llevar la palabra a la vida.

A nuestra vida, a la vida ordinaria, la vida con los amigos, con la familia... Ahí es donde hay que cumplir la Palabra.

Escuchemos con el corazón y hagamos vida la Palabra con nuestras manos. 

viernes, 8 de octubre de 2021

EL REINO DE DIOS HA LLEGADO

 Lc 11, 15-26

En aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.
Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por lugares áridos, buscando un sitio para descansar, y, al no encontrarlo, dice:
“Volveré a mi casa de donde salí”.
Al volver se la encuentra barrida y arreglada.
Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí.
Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».

EL REINO DE DIOS HA LLEGADO

El Reino ha llegado porque Jesús llegó a nosotros. Nos lo dice hoy Jesús en el evangelio. El dedo de Dios y su poder para echar demonios es la prueba que nos da.

Signos de los que tenemos que estar atentos. Signos que nos deben tener siempre alerta para vislumbrar y conocer la presencia de Dios entre nosotros.

El Reino está, ha llegado. Miremos con atención. 

jueves, 7 de octubre de 2021

UN AMIGO A MEDIANOCHE

 Lc 11, 5-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos:
«Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice:
“Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquel le responde:
“No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se le piden?»

UN AMIGO A MEDIANOCHE

Si llegara un amigo a medianoche, despertara a tus hijos, a ti y viniera a pedirte comida para un invitado, ¿qué harías? 

¿Diríamos "no me molestes", como el amigo del evangelio o seríamos tan amables de atenderle con misericordia y lealtad de amigo?

Jesús llega a nosotros siempre, a cada momento, en cada situación y cada persona que se nos cruza. No lo echemos sin atenderlo.

miércoles, 6 de octubre de 2021

ENSÉÑANOS A ORAR

  Lc 11, 1-4

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».
Él les dijo:
«Cuando oréis decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación”».

ENSÉÑANOS A ORAR

La oración debe ser parte principal de la vida de un cristiano. Con ella nos comunicamos con Dios y de esa comunicación surge el poder multiplicarse por los demás.

Deberíamos hacer oración a diario y más a menudo. Saber de Dios y de su Voluntad nos debe hacer más acorde con su Corazón.

Y pedir a Jesús, que tanto y tan bien se comunicó con Dios Padre, que nos enseñe a amar a Dios, a amar a los hermanos, que nos enseñe a orar.


martes, 5 de octubre de 2021

TÉMPORAS DE ACCIÓN DE GRACIAS Y PETICIÓN

 Mt 7, 7-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!»

TÉMPORAS

Hoy celebramos las Témporas de acción de gracias y de petición. Son celebraciones muy vinculadas al mundo agrícola, donde se agradece el fruto de las cosechas y se pone en manos de Dios el inicio de la vuelta a la actividad. También se puede interpretar en la perspectiva de un nuevo curso después de las vacaciones.

Esta celebración nos lleva a caer en la cuenta de que vivimos en un mundo creado por Dios. Estamos tan acostumbrados a él y a todas las maravillas que contiene que lo olvidamos a menudo. También nos ayuda a caer en la cuenta de que con nuestras fuerzas podemos poco.

En el Evangelio Jesús nos insiste en que debemos pedir. Nuestro cansancio ante la realidad, al ver que no llegamos más allá con nuestras propias fuerzas debemos acudir a Dios. En lo material y en lo espiritual. Cuando ya nadie nos escucha sabemos que hay Alguien que sí lo hace: Dios. Y la oración es eficaz. Demos gracias y pidamos a Dios. 

¿QUIÉN ES MI PRÓJIMO?

 Lc 10, 25-37

En aquel tiempo, se levantó un maestro de la Ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»
Él le dijo:
«¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
Él respondió:
«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza” y con toda tu mente. Y “a tu prójimo como a ti mismo».
Él le dijo:
«Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida».
Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús:
«¿Y quién es mi prójimo?»
Respondió Jesús diciendo:
«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo:
"Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva".
¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?»
Él contestó:
«El que practicó la misericordia con él».
Jesús le dijo:
«Anda, haz tú lo mismo».

¿QUIÉN ES MI PRÓJIMO?

Después de 20 siglos aún seguimos haciéndonos a misma pregunta. ¿Después de 20 siglos no hemos aprendido nada?

Prójimo es todo aquel ante quien podemos poner nuestro corazón limpio representado en nuestras manos misericordiosas.

Practiquemos la misericordia con el prójimo.

domingo, 3 de octubre de 2021

XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 10, 2-16

En aquel tiempo, acercándose unos fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba:
«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?»
Él les replicó:
«¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno se repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».
Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».
Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.

COMO NIÑOS

Hoy Jesús nos invita a ser como niños y eso nos debe llevar a dejarnos hacer según su Voluntad. Dejarnos llevar en brazos, dejarnos alzar para dejarnos querer y poder ver todas las cosas desde su misma perspectiva.

Dejarse cuidar, dejarse bendecir, dejar nuestro corazón en sus manos y que sea Él quien nos explique la vida , quien nos explique las parábolas que vivimos a diario. Orar es poner nuestro corazón en Él, como niños en brazos de su Padre.

Ser niños es hacer vida el Reino y dar testimonio de que ya está aquí. Ser humildes con la pureza de los niños y dirigirnos al Padre con corazón transparente. Los que son como niños poseen el Reino.

sábado, 2 de octubre de 2021

SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS

 Mt 18, 1-5. 10

En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?»
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:
«En verdad os digo que, si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ese es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge en mí.
Cuidado con despreciar a uno estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial».

ÁNGELES

Ángel quiere decir mensajero. El que trae un anuncio, un mensaje de parte de Dios. Y así nos los presentan en la Biblia.

Los ángeles custodios nos cuidan, nos custodian. No porque ellos tengan que hacerlo todo y nosotros cruzarnos de brazos, sino que están a nuestro lado para ayudarnos,

Tengamos más presente a nuestro ángel custodio. Siempre nos ayudará.

MILAGROS

 Lc 10, 13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús:
«¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Pues si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza.
Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaúm, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno.
Quien a vosotros os escucha a mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a mi me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».

MILAGROS

Nos dice hoy Jesús que si en algunos lugares hubieran visto milagros, se habrían convertido. Los milagros nos hacen pensar y reflexionar.

El caso es que los milagros no se quedaron en el tiempo de Jesús. Los milagros siguen existiendo a día de hoy, solo hay que estar atentos.

Mirar, ver, oír, escuchar... Los milagros existen.

¡PONEOS EN CAMINO!

  Lc 10, 1-12

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”.
Pero si entráis en una ciudad y no os reciban, saliendo a sus plazas, decid: “Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado”.
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».

¡PONEOS EN CAMINO!

En el evangelio de hoy, Jesús, después de explicar que la mies es mucha y los obreros, pocos, nos dice: "¡Poneos en camino!"

Ponerse en camino, caminar hacia Cristo, caminar con la esperanza activa, caminar en misión. Caminar dejando huella.

Ponernos en camino para llevar a Cristo a todo aquel que se cruce en el nuestro. La mies es mucha y los obreros, pocos.

SANTOS MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL

 Jn 1, 47-51

En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?».
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió:
«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó:
«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió:
«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

¿DE QUÉ ME CONOCES?

Jesús se reiría por dentro cuando Natanael le hizo semejante pregunta. ¿Que de qué le conocía? Pero si nos conoce antes de que naciéramos...

Te conozco tanto que te llevo tatuado en las palmas de mis manos; te conozco tanto, tanto...

Que yo te conozca como soy conocido por ti.