jueves, 31 de octubre de 2019

POLLUELOS BAJO LAS ALAS


Lc 13, 31-35


En aquel día, se acercaron unos fariseos a decir a Jesús:
«Sal y marcha de aquí, porque Herodes quiere matarte».
Jesús les dijo:
«Id y decid a ese zorro: “Mira, yo arrojo demonios y realizo curaciones hoy y mañana; y al tercer día mi obra quedará consumada.
Pero es necesario que camine hoy y mañana y pasado, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían!
Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido.
Mirad, vuestra casa va a ser abandonada.
Os digo que no me veréis hasta el día en que digáis: “¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”»


BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR

Bendito, bendecido, "bien decir...", así debería ser siempre. Decir bien de los demás, de aquel que llega, el que se va y el que se queda.

Bendito el Señor que siempre está, bendito el Señor por siempre. Que siempre "bien-digamos" del Señor por todo lo que nos regala.

Aunque aquello no sea de nuestro agrado en un primer momento, "bien-digámosle" siempre.


ESFORZAOS

 Lc 13, 22-30

En aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén.
Uno le preguntó:
«Señor, ¿son pocos los que se salven?»
Él les dijo:
«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo:
“Señor, ábrenos”; pero él os dirá:
“No sé quiénes sois”:
Entonces comenzaréis a decir:
“Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”.
Pero él os dirá:
“No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

ESFORZAOS

Hoy lo dice Jesús: debemos esforzarnos por entrar por la puerta estrecha. es un esfuerzo necesario y se nos pide.

La vida espiritual y la vida pastoral muchas veces te exige esfuerzo para que el reino llegue a fructificar en los corazones y en la sociedad.

El amor muchas veces es esfuerzo, muchas veces es lucha. No desfallezcamos. El amor vencerá.


martes, 29 de octubre de 2019

¿A QUÉ LO COMPARARÉ?


Lc 13, 18-21

En aquel tiempo, decía Jesús: «¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?

Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas».

Y dijo de nuevo: «¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».


LA MOSTAZA Y LA LEVADURA

Jesús se adaptaba a los oyentes que tenía para hacerles partícipes de su sabiduría sobre el Reino. Parábolas, discursos, respuestas que han dado tanto de sí.

Así nosotros, debemos hacernos a aquellos que nos oyen y nos ven para que entiendan mejor la vida de Jesús y el Reino.

La alegría y la humildad es un idioma que todos entienden y que expresan muy bien lo que se debe vivir en el Reino.


lunes, 28 de octubre de 2019

SAN SIMÓN Y SAN JUDAS


Lc 6, 12-19

En aquellos días, tiempo, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Después de bajar con ellos, se paró en una llanura, con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

LOS CURABA A TODOS

Dios no hace acepción de personas. Acoge a todos, cura a todos, no le importa si somos más o menos, si tenemos más o menos.

¡Si sabrá Él cómo somos...! Y nos quiere así, nos ama más que nadie nos amará jamás, nos cuida como nadie sabe cuidarnos.

Amamos también nosotros a todos, cuidemos a todos, así seremos también su imagen.


domingo, 27 de octubre de 2019

XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


 Lc 18, 9-14

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a algunos que se confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:

«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
"¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo".
El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador".

Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

TEN COMPASIÓN DE ESTE PECADOR

Lecturas preciosas en el día de hoy que nos recuerdan, así, de primeras, en el incomparable libro del Eclesiástico que "Dios no hace acepción de personas", que "la oración del humilde atraviesa las nubes" y que el Señor no tardará en hacer justicia a los que le obedecen. Con ello ya podríamos tener material para meditar una buena temporada.

Quizá no acabamos de convencernos de que la humildad es la base de todas las virtudes y que el Señor está al lado de los afligidos, como nos recuerda san Pablo cuando nos cuenta sus vicisitudes en la cárcel por ser acusado injustamente.

Y el evangelio nos habla del fariseo y del publicano, parábola conocida por todos nosotros, pero que no siempre aplicamos en nuestra vida. La humildad de un pecador, reconociendo que lo es, mueve el corazón de Dios mucho más que una persona intachable por fuera, pero soberbio en su corazón. El que tenga oídos, que entienda.


sábado, 26 de octubre de 2019

LA TORRE DE SILOÉ


 Lc 13, 1-9

En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.

Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».

Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.

Dijo entonces al viñador: “Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”

Pero el viñador respondió: “Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».


FUE A BUSCAR FRUTO EN ELLA

Jesús fue a buscar fruto en la viña y no lo encontró. Como viñador tenía derecho a buscarlo y la viña tenía que dar su fruto.

Nosotros somos esa viña. Si Dios viniera a encontrar fruto en nosotros, ¿lo encontraría?

Procuremos dar fruto siempre, a tiempo y a destiempo. Frutos de vida eterna.


viernes, 25 de octubre de 2019

LA ÚLTIMA MONEDILLA


Lc 12, 54-59

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: “Va a caer un aguacero”, y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: “Va a hacer bochorno”, y sucede. Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo? 

Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues la última monedilla».


HIPÓCRITAS

Quizá sea la palabra que, puesta en boca de Jesús, aún suene más fuerte y duela más a quien vaya dirigida. 

Y es el único que puede llamar así a quien lo sea, pues él nos conoce de corazón y mucho antes de que existiéramos.

No seamos hipócritas con nuestra fe, sino coherentes. Dar testimonio para que el mundo crea en el Único Veraz.


jueves, 24 de octubre de 2019

FUEGO A LA TIERRA


Lc 12, 49-53

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo, tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer a la tierra? No, sino división. Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».

PRENDER FUEGO A LA TIERRA

Con esta imagen expresa Jesús su misión en la tierra. Prender fuego predicando, prender fuego a los corazones, prender fuego para que el Reino esté presente.

El Espíritu santo es fuego y, como tal, quema y purifica. Con Él tendremos un buen aliado en nuestra misión de ser apóstoles de la misericordia.

El amor, como el fuego, nunca está quieto, siempre lanzando llamaradas acá y allá, como decía san Juan de la Cruz. Prendamos fuego a la tierra y a los corazones.


martes, 22 de octubre de 2019

¿POR NOSOTROS O POR TODOS?


Lc 12, 39-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

Pedro le dijo: «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?» 

El Señor dijo: «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?
Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.

Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.

El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos.

Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más se le pedirá».


MI SEÑOR TARDA EN LLEGAR

A veces nos entristecemos porque, ante toda nuestra batería de oraciones parece nuestro Señor tarda en llegar o en responder a lo que queremos.

La pedagogía de Dios nos enseña a ser pacientes, a no inquietarnos por su aparente tardanza que es, simplemente, sabiduría de Dios.

El Señor no tarda en llegar, quizá somos nosotros los que debemos contemplar la realidad que nos rodea con sus ojos.




La pegagogía de 

TENED CEÑIDA LA CINTURA


 Lc 12, 35-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y , acercándose, les irá sirviendo.
Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos».

ABRIRLE APENAS VENGA Y LLAME

Muchas veces nos pasamos la vida deseando que Jesús llegue de una manera u otra a nuestra vida y quizá no caemos en la cuenta de que está más cerca de lo que pensamos.

Así, apenas llegue, le abriremos nuestra vida entera y corazón pleno. No pasemos la vida esperando, no pasemos la vida en una simple expectativa.

Dios está. Abre y déjale entrar. 




domingo, 20 de octubre de 2019

RICOS ANTE DIOS


 Lc 12, 13-21

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo: «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?». Y les dijo: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».

Y les propuso una parábola: «Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”.

Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?” Así será el que atesora para sí y no es rico ante Dios».


GUARDAOS DE TODA CLASE DE CODICIA

La codicia es la avaricia en el tener. Querer más y más en todo, ser avaricioso y codicioso con maldad es algo que no va con el ser cristiano.

Nos lo dice hoy Jesús, que nos alejemos de toda codicia, de toda, pues Él es el Rey del  mundo y Él reparte según su Corazón.

Seamos ricos ante Dios, como nos dice el evangelio, seamos generosos y humildes. Así nos quiere Dios.




DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO


Lc 18, 1-8

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”.
Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”».

Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante el día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»

ORAR SIEMPRE

El evangelio de este domingo nos ofrece una parábola sobre cómo ser perseverantes en la oración aunque de momento no veamos o no creamos ver respuesta alguna por parte de Dios. Insistir, pero con fe. Insistir confiando en Dios, con esperanza activa.

El libro del Éxodo nos cuenta que mientras Moisés tenía los brazos en alto, vencía Israel. Los brazos en alto significan la oración. Poderoso instrumento que nos acerca a Dios y a los hombres. Que nos hace vencer toda batalla en la que nos podamos encontrar a lo largo de nuestra vida.

Nuestro auxilio es el nombre del Señor, como nos dice el Salmo, que no duerme ni reposa estando a nuestro cuidado, que nos guarda de todo mal y nos guarda a su sombra. Así, con ternura infinita Dios atiende a nuestras súplicas. Así, con ternura infinita nos ama. 


sábado, 19 de octubre de 2019

ANTE LOS ÁNGELES DE DIOS


Lc 12, 8-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Todo aquel que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios, pero si uno me niega ante los hombres, será negado ante los ángeles de Dios. Todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre podrá ser perdonado, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os conduzcan a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué razones os defenderéis o de lo que vais a decir, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir».


EL ESPÍRITU SANTO OS ENSEÑARÁ

Muchas veces estamos preocupados porque nos han encomendado cualquier tarea espiritual y pensamos que no seremos capaces de llevarla a cabo.

Y es que quizá nos olvidamos de pedir ayuda al Espíritu Santo para que todo vaya según la Voluntad de Dios y no la de los hombres.

Tenemos asegurada su asistencia, su ayuda. Él nos enseñará y nos guiará hasta lo verdaderamente importante. 



viernes, 18 de octubre de 2019

SAN LUCAS


Lc 10, 1-9

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.

Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.

¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.

Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.

Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: "El reino de Dios ha llegado a vosotros"».


HA LLEGADO A VOSOTROS

Hoy la Iglesia celebra a san Lucas, compañero de Pedro y autor del tercer evangelio. Él comparte hy una frase de Jesús: "El reino de Dios ha llegado a vosotros".
 
No ha llegado imaginativamente, ni es una ilusión. Ha llegado y ha llegado a nosotros, está en nuestro interior, donde solo está Dios.

Y del interior tiene que expandirse a toda nuestra realidad, todas las personas con las que nos cruzamos. Si ha llegado a nosotros, hagamos que llegue a todos. 



jueves, 17 de octubre de 2019

DE ABEL HASTA ZACARÍAS


 Lc 11, 47-54

En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, a quienes mataron vuestros padres!
Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron y vosotros les edificáis mausoleos.
Por eso dijo la Sabiduría de Dios: "Les enviaré profetas y apóstoles: a algunos de ellos los matarán y perseguirá”; y así a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario.
Sí, os digo: se le pedirá cuenta a esta generación.
¡Ay de vosotros, maestros de la ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia: vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido!».
Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo implacablemente y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarlo con alguna palabra de su boca.

TENDIÉNDOLE TRAMPAS

Cuando Jesús les dijo toda una serie de verdades a los fariseos empezaron a acosarle y tenderle trampas para pillarlo en alguna palabra.

No sabían que Él conocía sus corazones, los había creado y los conocía desde antes de que nacieran. La ignorancia es muy atrevida.

No seamos así nosotros, ni con Dios ni con nuestros hermanos. Que el amor sea la piedra de toque en nuestras relaciones fraternas.


martes, 15 de octubre de 2019

EL DIEZMO DE LA HIERBABUENA


 Lc 11, 42-46


En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios!
Esto es lo que había que practicar, sin descuidar aquello.
¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y los saludos en las plazas!
¡Ay de vosotros, que sois como tumbas no señaladas, que la gente pisa sin saberlo!»
Le replicó un maestro de la ley:
«Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros».
Y él dijo:
«¡Ay de vosotros también, maestros de la ley, que cargáis a los hombres cargas insoportables, mientras vosotros no tocáis las cargas ni con uno de vuestros dedos!»

SOIS COMO TUMBAS

Jesús en el evangelio de hoy pronuncia uno de sus discursos más duros. Llama a los fariseos tumbas en su acepción más negativa.

Es como si dijera que estaban muertos en vida por no ejercer el amor al prójimo, ni la misericordia con quien más lo necesite.

Nosotros estamos vivos. Y lo estamos porque amamos. Misericordia, Amor y Compasión deben ser las bases de nuestra vida.


SANTA TERESA


Mt 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

DE CORAZÓN

Según el evangelio de hoy lo más importante en lo que debemos seguir a Jesús es en el ser mansos y humildes de corazón.

La mansedumbre y la humildad no deben ser fingidas, no deben ser forzadas, no deben ser sin corazón.

Y es que el corazón es el que marca la diferencia. El motor de nuestras vidas. El motor del Amor.


domingo, 13 de octubre de 2019

PIDE UN SIGNO


Lc 11, 29-32

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.

La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.

Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

FUE UN SIGNO

Un signo nos lleva a otra realidad que no vemos, pero que nos habla de ella de una manera o de otra. Y Jesús fue un signo.

Un signo que nos lleva a Dios, a lo religioso, al Amor, a la Misericordia. Un signo que hizo cambiar a mucha gente de su época y a millones de personas después.

Un signo que nos habla a diario, cada minuto si queremos, si estamos atentos a ese signo singular, único y profético.


XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


Lc 17, 11-19

Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».

Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes».

Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias.

Este era un samaritano.

Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?».

Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado».

TU FE TE HA SALVADO

Todos estamos de acuerdo en que, además de la fe, las obras son parte importante de la vivencia de nuestro seguimiento de Cristo. Hoy, en el evangelio, solo un leproso volvió a dar gracias por su curación y Cristo alabó su fe. Una fe en la que se apoyó en un momento especialmente importante de su vida.

No alabó sus grandes obras, ni cualquier otra acción que pudiera haber hecho, grande o pequeña. Pero fe y obras son las dos caras de una misma moneda. Una y otra se complementan. La fe es importante, sin ella muchas situaciones de nuestra realidad se verían vacías y sin sentido.

Aunque también, y lo sabemos, la fe se traduce y se hace visible en obras. Como dice le refrán, "obras son amores". Y por esas obras podremos alabar a Dios cantando un cántico nuevo, como nos dice el Salmo: el cántico del amor en nuestra fe y nuestras obras. 





sábado, 12 de octubre de 2019

NUESTRA SEÑORA DEL PILAR


Lc 11, 27-28

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».

Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen».

ESCUCHAR Y CUMPLIR

Hoy Jesús nos da otra lección pedagógica. A aquellos que alabaron a su Madre, y era su madre, les dijo que lo importante era escuchar y cumplir la Palabra.

Ya sea su bendita Madre, o cualquiera de los que le seguimos como discípulos, todo está en cumplir la Palabra que Él nos dejó.

Allí está todo. Escuchemos y cumplamos, como María.


viernes, 11 de octubre de 2019

PARA PONERLO A PRUEBA


Lc 11, 15-26

En aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: «Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».

Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra si mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo, desparrama.

Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por lugares áridos, buscando un sitio para descansar, y, al no encontrarlo, dice: "Volveré a mi casa de donde salí". Al volver se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».


POR LUGARES ÁRIDOS

Nos dice hoy Jesús que los espíritus inmundos dan vueltas "por lugares áridos". Quizá por eso nuestro corazón nunca debe ser árido.

Quizá por eso nuestro interior debe ser un vergel donde crezcan las buenas intenciones, las buenas obras, las buenas palabras.

No seamos "lugares áridos" para nuestros hermanos. Que siempre encuentren en nosotros solaz y alegría. 






jueves, 10 de octubre de 2019

PEDID Y SE OS DARÁ


Lc 11, 5-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos: «Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquel le responde: “No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.

Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?»


EL ESPÍRITU SANTO A LOS QUE SE LO PIDEN

Quizá estamos confundiendo lo importante, quizá nos estamos fijando en lo secundario y no en lo que realmente importa también en nuestra fe.

Jesús en el evangelio nos dice que dará el Espíritu santo a los que se lo pidan. Es lo realmente importante para nuestra vida de fe.

El Espíritu santo da fortaleza y piedad, paz y alegría en nuestra vida de fe. Y eso es algo que marcará la diferencia. 


miércoles, 9 de octubre de 2019

ENSÉÑANOS A ORAR


Lc 11, 1-4

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».

Él les dijo: «Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación" ».

VENGA TU REINO

Hoy Jesús en el evangelio nos enseña a orar y nos recomienda que pidamos a Dios que venga su Reino. Si es su Reino, ¿por qué no hace él que se haga presente?

Quizá es porque nosotros somos los activos que podemos, con nuestras obras y nuestras palabras, hacerlo efectivo en el aquí y ahora. 

Pidámosle que venga su Reino y que se haga siempre su Voluntad.


martes, 8 de octubre de 2019

UNA MUJER LLAMADA MARTA


Lc 10, 38-42


En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.

Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».

Respondiendo, le dijo el Señor: «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; sólo una es necesaria. María, pues ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».

LA MEJOR PARTE

Jesús fue a casa de Marta y María. Y ante la inquietud y afanes de Marta le dijo que María había escogido la mejor parte.

¿Cuál es la mejor parte que elegimos a diario? ¿O no sabemos ni siquiera cuál es esa "mejor parte"? 

Sin duda es Él, reflejado en sus palabras y obras, reflejado en sus hermanos más necesitados. Escojamos a diario esa mejor parte. 


lunes, 7 de octubre de 2019

HAZ TÚ LO MISMO


Lc 10, 25-37

En aquel tiempo, se levantó un maestro de la Ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?» Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»

Él respondió:
«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza” y con toda tu mente. Y “a tu prójimo como a ti mismo».

Él le dijo: «Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida». Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?»

Respondió Jesús diciendo:
«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo:
"Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva".
¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?»

Él contestó:
«El que practicó la misericordia con él». Jesús le dijo: «Anda, haz tú lo mismo».

MI PRÓJIMO

Un maestro de la ley le pregunta a Jesús qué de bueno tiene que hacer para heredar la vida eterna. Y ante una pregunta tan grande la respuesta fue sencilla.

Ser misericordioso con el prójimo es la única vía, la única manera de asemejarnos al Corazón de Dios, como María.

Hoy, en el día del Rosario, recordemos su itinerario de misericordia de la mano de Jesús.


domingo, 6 de octubre de 2019

XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


Lc 17, 5-10

En aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor:
«Auméntanos la fe».
El Señor dijo:
«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar", y os obedecería.
¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo, "Enseguida, ven y ponte a la mesa"?
¿No le diréis más bien: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? ¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: "Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer"».


UN GRANO DE MOSTAZA

Hoy todas las lecturas nos hablan de la fe. El profeta Habacuc es especialmente descarnado contando su experiencia: "¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que me oigas, te gritaré: ¡Violencia!, sin que me salves?" Especialmente crítico con la actitud de Dios recibe una respuesta benevolente: "Espera con fe. Dios no defrauda". 

Un grano de mostaza es pequeño, muy pequeño, pero Jesús lo compara a nuestra fe. Aun así de pequeño se convierte en un árbol grande. Demos valor a lo pequeño, pues nuestra fe, aun siendo pequeña puede convertirse en lo más grande de nuestra vida, viviendo y sintiendo con ella a cada momento.

Pidamos a Dios que nos la aumente, que nunca nos falte, que, como canta hoy el Salmo, nunca endurezcamos nuestro corazón. Para que, como recomienda san Pablo a Timoteo, nunca nos avergoncemos de dar testimonio de nuestro Señor. Nuestro camino es un camino de fe.



sábado, 5 de octubre de 2019

TÉMPORAS DE ACCIÓN DE GRACIAS Y DE PETICIÓN


Mt 7, 7-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!»


ACCIÓN DE GRACIAS Y PETICIÓN

La fiesta litúrgica de hoy, Témporas de Acción de gracias y petición, nos recuerda que debemos celebrar la vuelta a un nuevo ciclo, dar gracias por lo pasado y pedir por lo futuro.

Dar gracias es de buena educación y si a quien debemos dar gracias es a Dios, doblemente educados. Dios pone en nuestras manos el mundo, la naturaleza, la sociedad y somos nosotros los que debemos poner en movimiento el amor.

Démosle gracias por lo vivido y pidámosle lo mejor para nosotros y para todos.


viernes, 4 de octubre de 2019

QUIEN ME RECHAZA


Lc 10, 13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús:
«¡Ay de ti, Corozain; ay de ti, Betsaida! Pues si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza.
Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafárnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno.
Quien a vosotros os escucha a mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».

EL JUICIO

Hoy el evangelio nos habla del juicio, de conversión, de sayal y ceniza. Siempre es adecuado hacer examen de nuestras acciones.

La justicia de Dios es su misericordia, y su misericordia es su justicia. Y no es un juego de palabras, es el Amor en mayúsculas.

Dios es justo, Dios es misericordia.