jueves, 21 de julio de 2022

OIRÉIS CON LOS OÍDOS SIN ENTENDER

 Mt 13, 10-17

En aquel tiempo, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Por qué les hablas en parábolas?»
Él les contestó:
«A vosotros se os han dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumple en ellos la profecía de Isaías:
“Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure”.
Pero bienaventurados vuestros ojos porque ven, y vuestros oídos, porque oyen.
En verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron».

OIRÉIS CON LOS OÍDOS SIN ENTENDER

Oír se ha convertido en un lujo. Oír a los necesitados, a los hermanos, a Dios. Y, según se entiende hoy en el evangelio, se puede oír con algo más que con los oídos.

"Oiréis con los oídos sin entender", porque si oímos sin escuchar con atención, no oímos, no entendemos. En cambio, si oímos con el corazón...

Oigamos a los hermanos, oigamos a Dios y sanemos otros corazones para que también puedan oír.

EL SEMBRADOR

 Mt 13, 1-9

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al mar. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó y toda la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas:
«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, una parte cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otra cayó entre abrojos, que crecieron y lo ahogaron.
Otra cayó en tierra buena y dio fruto: una, ciento; otra, sesenta; otra, treinta.
El que tenga oídos que oiga».

EL SEMBRADOR

Hoy el evangelio nos presenta a Jesús explicando la parábola del sembrador. Y con el sembrador, la siembra, la tierra, el abono...

Toda una serie de símbolos que podemos aplicar a nuestra vida espiritual, a nuestra vida interior, a veces, tan descuidada, pero que es la más importante.

Dejemos que el sembrador haga su labor en nuestra alma. Solo así daremos frutos de vida eterna.

martes, 19 de julio de 2022

EXTENDIENDO SU MANO

 Mt 12, 46-50

En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él.
Uno se lo avisó:
«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo».
Pero él contestó al que le avisaba:
«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»
Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y mi hermana y mi madre».

EXTENDIENDO SU MANO

Jesús siempre ha extendido su mano hacia nosotros. En representaciones en el pesebre, nos sonríe y nos tiende su mano.

Nos da su mano en señal de ayuda, de salvación, porque Él es el Salvador. Su mano siempre tendida, siempre dispuesto, siempre entregado.

Nos tiende su mano. Y nosotros, ¿la aceptamos?

QUEREMOS VER UN MILAGRO TUYO

  Mt 12, 38-42

En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús:
«Maestro, queremos ver un milagro tuyo».
Él les contestó:
«Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón».

QUEREMOS VER UN MILAGRO TUYO

Los fariseos, además de serlo por antonomasia, estaban ciegos y sordos. Tenían el mismo milagro delante y no lo veían.

Queremos ver un milagro tuyo. Muchas veces nosotros repetimos esa frase a Jesús y también tenemos milagros ante nosotros, muchos.

Solo debemos fijarnos un poco. Tener visión contemplativa y ver más allá. Entonces podremos ver los milagros que tenemos justo delante de nosotros.

XVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

  Lc 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».
Pero el Señor le contestó:
«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; sólo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».

NO LE SERÁ QUITADA

Hoy el evangelio nos presenta a Jesús en casa de Marta. Habían llegado de repente y Marta se había afanado en preparar  todo para que a nadie le faltara nada.

Es normal que se quejara a Jesús de que nadie ayudara, en especial su hermana. Pero Jesús, en su pedagogía, le dijo algo sorprendente. María había escogido la mejor parte.

¿Y cuál es la mejor parte que debemos escoger nosotros? Debemos reflexionar sobre ello. Busquemos la mejor parte y vivámosla en plenitud.

EL QUE HAGA LA VOLUNTAD DE MI PADRE

  Mt 12, 14-21

En aquel tiempo, al salir de la sinagoga, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús.
Pero Jesús se enteró, se marchó de allí, y muchos le siguieron.
Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran.
Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, en quien me complazco. Sobre él pondré mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, nadie escuchará su voz por las calles.
La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no lo apagará, hasta llevar el derecho a la victoria; en su nombre esperarán las naciones».

EL QUE HAGA LA VOLUNTAD DE MI PADRE

Esos son la madre y los hermanos de Jesús, según Él nos dice hoy. Somos sus hermanos cuando hacemos su Voluntad.

Y aquí viene la pregunta: ¿cuál es la Voluntad del Padre? ¿Qué es lo que quiere el padre con respecto a nosotros?

Debemos preguntárselo en la oración. Y, aunque quizá no nos susurre al oído, tendremos más claro qué es lo que quiere en nuestra vida.

QUIERO MISERICORDIA

  Mt 12, 1-8

En aquel tiempo, atravesó Jesús en sábado un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas.
Los fariseos, al verlo, le dijeron:
«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado».
Les replicó:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes de la proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes.
¿Y no habéis leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?
Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.
Si comprendierais lo que significa “quiero misericordia y no sacrificio”, no condenaríais a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».

QUIERO MISERICORDIA

Queda claro lo que nos dice hoy Jesús con respecto a la ley y a la caridad. Quiero misericordia y no sacrificios.

Y hay que tomarlo en su contexto. Los sacrificios, en tiempo de Jesús, eran algo exterior, no vivido con el corazón.

Pero la misericordia se hace con el corazón, desde el interior y se expresa con el exterior, con la caridad. Seamos apóstoles de la misericordia.


CANSADOS Y AGOBIADOS

 Mt 11, 28-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

CANSADOS Y AGOBIADOS

Jesús nos dice hoy, como hablando en la intimidad con cada uno de nosotros, que si nos sentimos cansados, agobiados, Él nos aliviará.

Si estamos hartos de todo y de todos, si ya no sabemos por dónde tirar, si no sabemos qué hacer... ahí estará Él, para aliviar penas y darnos descanso.

Voy, Señor, a Ti. Alivia mi cansancio. 

LAS HAS REVELADO A LOS PEQUEÑOS

 t 11, 25-27

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

LAS HAS REVELADO A LOS PEQUEÑOS

La humildad es algo que nos pidió Jesús en lo que nos fijáramos de su persona y le imitásemos. Ser humildes ayuda a acercarse a su Corazón.

Humildad es andar en verdad, nos dijo santa Teresa. Andemos en verdad siempre, para ser humildes como palomas.

La humildad nos hace grandes.

NO SE HABÍAN CONVERTIDO

 Mt 11, 20-24

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían convertido:
«¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza.
Pues os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo.
Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.
Pues os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti».

NO SE HABÍAN CONVERTIDO


Jesús había hecho milagros por todas partes donde estuvo y aun así hubo gente que no creyó ni a sus obras ni a sus palabras. No se convirtieron.

Convertirse es "volverse hacia". Volverse hacia Dios cuando le habíamos dado la espalda, volverse hacia Dios cuando no le hacíamos ni caso.

No seamos como los contemporáneos de Jesús que eran ciegos y sordos ante las evidencias. Convirtámonos hacia Jesús.


lunes, 11 de julio de 2022

CIEN VECES MÁS

 Mt 19, 27-29

En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús:
«En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más u heredará la vida eterna».

CIEN VECES MÁS

Jesús ha prometido, a los que le siguen dejándolo todo, cien veces más de todo aquello que hayan dejado y la vida eterna.

No es mal negocio. El caso es que debemos dejarlo todo, de una manera u otra. La generosidad debería ser una cualidad de los cristianos.

Cien veces más es el todo, el absoluto. Merece la pena.

XV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Lc 10, 25-37

En aquel tiempo, se levantó un maestro de la Ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»
Él le dijo:
«¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
Él respondió:
«”Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza” y con todo tu mente. Y “a tu prójimo como a ti mismo”».
Él dijo:
«El que practicó la misericordia con él».
Jesús le dijo:
«Anda y haz tú lo mismo».

EL BUEN SAMARITANO

Una de las muchas enseñanzas del evangelio de hoy es que no debemos fiarnos de prejuicios e ideas preconcebidas sobre las personas. Y que no nos dejemos llevar de habladurías sobre nuestros prójimos.

Nadie esperaba que un samaritano fuera bueno, compasivo, caritativo y misericordioso. Y fue el único que auxilió a su prójimo. El único al que puso Jesús como ejemplo.

Porque Jesús no atendía a habladurías ni se dejaba llevar de prejuicios. Porque para Jesús todos, absolutamente todos, somos su prójimo. Él es el Samaritano por excelencia. Sigamos su ejemplo.


sábado, 9 de julio de 2022

NO TENGÁIS MIEDO

 Mt 10, 24-33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados!
No les tengáis miedo, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones.
A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».

NO TENGÁIS MIEDO

Al oír o leer esta frase del evangelio es inevitable recordar a san Juan Pablo II. Nos lo repitió muchas veces en sus visitas.

Nos lo decía sabiendo que Jesús nos había dado esa confianza. Y si hay confianza, no hay miedo. El miedo nada tiene que ver con el amor.

No tengamos miedo. Jesús está y nos quiere. Y esa es nuestra confianza.

viernes, 8 de julio de 2022

COMO OVEJAS ENTRE LOBOS

  Mt 10, 16-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Mirad que yo os envío como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas.
Pero ¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.
Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra.
En verdad os digo que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre».

COMO OVEJAS ENTRE LOBOS

Así nos dijo Jesús que estábamos en nuestra misión de llevar el evangelio a toda criatura. Por ello debíamos ser sagaces y sencillos.

En su pedagogía, ponía ejemplos que los que le oían pudiesen entender. Evangelizaba con ejemplos de animales, de pastores, del tiempo. Para que le entendiesen.

Hoy estamos ante los lobos de las redes sociales. Allí es donde también hoy se nos llama a evangelizar. Seamos ovejas que lleven la suavidad de Dios ante la ferocidad de un mundo sin misericordia.

DAD GRATIS

 Mt 10, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«ld y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios.
Gratis habéis recibido, dad gratis.
No os procuréis en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en una ciudad o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros.
Si alguno no os recibe o no os escucha vuestras palabras, al salir de su casa o de la ciudad, sacudid el polvo de los pies.
En verdad os digo que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquella ciudad».

DAD GRATIS

No hay duda, no hay ninguna duda. Jesús nos dice que demos gratis todo aquello que hemos recibido gratis. Y todo lo que tiene que ver con Él lo hemos recibido gratis.

la generosidad debería ser una cualidad de todo cristiano porque Jesús ha sido el Generoso por excelencia, hasta dar su vida.

Demos gratis porque las cosas más importantes de la vida las hemos recibido gratis.

ID Y PROCLAMAD

  Mt 10, 1-7

En aquel tiempo, Jesús, llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo, y Tadeo; Simón el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
«No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel.
Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos».

ID Y PROCLAMAD

Como tantas veces, hoy el evangelio nos deja las cosas claras: id y proclamad. Es cuestión de levantarse y salir. Salir de uno mismo, lo primero.

Y cuando salgamos de nosotros mismos, llevando el evangelio en el corazón, podremos proclamar que Jesús es el Señor.

Id y proclamad. Salgamos, vayamos a todos los rincones del mundo, al menos, de nuestro mundo y proclamemos el mayor Amor.

ROGAD AL SEÑOR DE LA MIES

 Mt 9, 32-38

En aquel tiempo, le llevaron a Jesús un endemoniado mudo. Y después de echar al demonio, el mudo habló.
La gente decía admirada:
«Nunca se ha visto en Israel cosa igual».
En cambio, los fariseos decían:
«Este echa los demonios con el poder del jefe de los demonios».
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia.
Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor».
Entonces dijo a sus discípulos:
«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies».

ROGAD AL SEÑOR DE LA MIES

Muchas personas están disfrutando ya de su descanso veraniego. Días de asueto, se procura dejar un poco de lado las tareas ordinarias.

Y se retoman algunas extraordinarias. Lo que no debería ser extraordinario es nuestra relación con Dios, la oración. No dejemos nuestra oración en vacaciones.

Roguemos al dueño de la mies. Llevemos a su Corazón los corazones de tantas personas. Y hagamos de ese Corazón nuestro descanso.

SE REÍAN DE ÉL

 Mt 9, 18-26

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un jefe de los judíos que se arrodilló ante él y le dijo:
«Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá».
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entre tanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo:
«¡Animo, hija! Tu fe te ha curado».
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa de aquel jefe y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
«¡Retiraos! La niña no está muerta, está dormida».
Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se levantó.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

SE REÍAN DE ÉL

Hoy el evangelio nos dice que cuando Jesús se puso serio a hablar de cosas serias se reían de Él. ¡Cuántas veces también se han reído de nosotros al hablar de Jesús!

Los que no le conocen, los que no aman al Señor a veces llegan a reírse o burlarse de lo que creemos y profesamos. Y nosotros les deseamos que algún día lo conozcan y se reirán por ser bienaventurados.

La alegría de creer en Jesús es muy diferente a la alegría fácil de un mundo sin Dios. Hagamos que nuestra alegría esté completa. 


XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Lc 10, 1-9

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella y decidles: “El reino de Dios. ha llegado a vosotros”».

ACLAMAD AL SEÑOR, TIERRA ENTERA

Hoy hemos elegido esa frase del Salmo responsorial de las lecturas de hoy. El deseo del salmista es que toda la tierra alabe y festeje al Señor del mundo.

Para ello deben conocerlo, deben saber quién es, alguien debe hacerles partícipe de la alegría que supone seguir a Jesús y entregarle la vida entera.

El evangelio nos habla de los setenta y dos que salieron a predicar. Seamos de los "setenta y dos" para anunciar su nombre al mundo y que la tierra entera alabe al Señor.


ODRES NUEVOS

 Mt 9, 14-17

En aquel tiempo, los discípulos de Juan se acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?»
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?
Llegarán días, en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque revientan los odres; se derrama el vino y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan».

ODRES NUEVOS

Hoy nos ofrece el evangelio la conocida parábola de los odres nuevos. Nuevos odres que podrán recibir el vino nuevo de la vida de una Iglesia siempre antigua y siempre nueva.

Odres nuevos que deben saber estar, ser y recibir. Odres nuevos que sepan ser nuevos y sepan ser dignos de recibir el mejor vino que Jesús nos ofrece.

El vino de una Iglesia íntegra y actual, siempre antigua y siempre nueva. Seamos odre nuevos para el vino nuevo.


viernes, 1 de julio de 2022

SE LEVANTÓ Y LO SIGUIÓ

  Mt 9, 9-13

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado en la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».
Jesús lo oyó y dijo:
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa “misericordia quiero y no sacrificio”: que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores».

SE LEVANTÓ Y LO SIGUIÓ

El evangelio nos habla hoy de seguimiento. Pero antes de seguir, como el protagonista de hoy, hay que levantarse, ponerse en marcha, cambiar.

Ponerse en camino, querer cambiar para dar lo mejor de nosotros mismos y seguir a Jesús adonde quiera que vaya.

Sigamos a Jesús. Levantémonos y pongámonos en marcha.


¿POR QUÉ PENSÁIS MAL EN VUESTROS CORAZONES?

 Mt 9, 1-8

En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En eso le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:
«¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados».
Algunos de los escribas se dijeron:
«Este blasfema».
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:
«¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate- y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados - entonces dice al paralítico -: “Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”».
Se puso en pie, y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

¿POR QUÉ PENSÁIS MAL EN VUESTROS CORAZONES?

En el corazón es donde "se cuece" el bien y el mal, donde se decide lo que hacemos o dejamos de hacer con la libertad que se nos concedió como don.

Ser libres para ser. Ser libres para existir, para amar. Ser libres para no pensar mal de nadie, para tener el corazón blanco. 

No pensemos mal en nuestro corazón. Seamos transparentes en nuestro obrar y coherentes.

SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

 Mt 16, 13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron:
«Unos que Juan Bautista, otros que Ellas, otros que Jeremías o uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió:
«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo:
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo».

TÚ ERES EL MESÍAS

Pedro y Pablo lo tenían claro. Jesús era el Mesías y creyendo esa suprema verdad, les cambió la vida, cambiaron de vida.

pedro y pablo, espada y pluma, defendiendo la gran verdad. Perdiendo la vida por ello, dejando un ejemplo al resto de creyentes por los siglos.

Apoyémonos en esos dos pilares y sigamos llevando al Mesías a todos los corazones que se crucen con nosotros.


¿POR QUÉ TENÉIS MIEDO?

 Mt 8, 23-27

En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole:
«¡Señor, sálvanos, que perecemos!»
Él les dijo:
«¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?»
Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados:
- «¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar lo obedecen?»

¿POR QUÉ TENÉIS MIEDO?

Nos lo repite Jesús alguna que otra vez en los evangelios. Hoy también. La vida hoy está para pararse y preguntarnos de qué tenemos miedo.

Espadas, muerte, olvido, traición, fracaso, decepción, oscuridad... Todo ello lo superamos si Jesús está de lleno en nuestra vida.

Pongámosle nombre a nuestros temores y pongamos a Jesús al frente. Con Él, todo es posible.