jueves, 21 de julio de 2022

OIRÉIS CON LOS OÍDOS SIN ENTENDER

 Mt 13, 10-17

En aquel tiempo, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Por qué les hablas en parábolas?»
Él les contestó:
«A vosotros se os han dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumple en ellos la profecía de Isaías:
“Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure”.
Pero bienaventurados vuestros ojos porque ven, y vuestros oídos, porque oyen.
En verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron».

OIRÉIS CON LOS OÍDOS SIN ENTENDER

Oír se ha convertido en un lujo. Oír a los necesitados, a los hermanos, a Dios. Y, según se entiende hoy en el evangelio, se puede oír con algo más que con los oídos.

"Oiréis con los oídos sin entender", porque si oímos sin escuchar con atención, no oímos, no entendemos. En cambio, si oímos con el corazón...

Oigamos a los hermanos, oigamos a Dios y sanemos otros corazones para que también puedan oír.

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