miércoles, 3 de junio de 2020

HABÍA SIETE HERMANOS


Mc 12, 18-27

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, de los que dicen que no hay resurrección, y le preguntan:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, que se case con la viuda y dé descendencia a su hermano”.
Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.
Cuando llegue la resurrección y resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella».
Jesús les respondió:
«¿No estáis equivocados, por no entender la Escritura ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo.
Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados».


LOS QUE DICEN QUE NO HAY RESURRECCIÓN

Así definían a los saduceos en tiempos de Jesús. Quizá hoy también haya muchos saduceos, que no es verdad ni creen en la Resurrección.

El mismo Jesús nos habló de ella y nos puso ejemplos. Más que eso, Él mismo resucitó. Y eso nos debería bastar a nosotros y a todos aquellos que conocen el cristianismo. 

Como decía san Pablo, "si Jesús no resucitó, vana es nuestra fe". Nosotros creemos en Jesús, creemos en la Resurrección.


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