domingo, 7 de junio de 2020

OBSERVABA A LA GENTE


Mc 12, 38-44

En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía:
«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa».
Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir,
un cuadrante.
Llamando a sus discípulos, les dijo:
«En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

OBSERVABA A LA GENTE

Es lo que nos dice el evangelio. Observaba, no sólo miraba, sino que miraba con interés y atención. Así es Jesús. Siempre va más allá.

No sólo nos quiere, sino que nos ama y nos ama hasta el extremo, muriendo por nosotros.

No sólo está pendiente de nosotros, sino que nos quiere felices, viviendo en el amor y por amor. Hagámoslo realidad.

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