jueves, 9 de mayo de 2019

LA VIDA DEL MUNDO


Jn 6, 44-51

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día.

Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios." Todo el que escucha al Padre y aprende viene a mí.

No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.

Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».


DISCÍPULOS DE DIOS

Lo dijeron los profetas: "Serán discípulos de Dios". Y ser discípulo es estar dispuesto a aprender del Maestro, a dejarse enseñar por su Sabiduría.

Pare ello hay que tener la suficiente fortaleza y humildad, sencillez y esperanza. Todo ello con la confianza de que el Maestro nunca abandona.

Así debe ser un discípulo de Jesús. Él nos lo ha dado todo gratis. También nosotros debemos dar gratis lo que hemos recibido.



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