domingo, 4 de junio de 2023

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

 Jn 3,16-18

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
TRINIDAD
El evangelio de hoy es un fragmento de la conversación que tuvo Jesús con Nicodemo, fariseo, conocedor de las Escrituras y maestro de Israel. Jesús le confió en esa conversación el misterio de la Santísima Trinidad
Al decirle que es Hijo le hablaba de un Padre. Ellos, unidos por el Amor del Espíritu. Y nosotros, por ello, hemos sido incorporados a Cristo, incorporados al orden de la gracia por el Espíritu para poder ser hijos de Dios Padre.
Somos hijos de Dios en Jesucristo y en eso se resume la salvación. Mientras estemos aquí agradezcamos, adoremos y vivamos como hijos de Dios.

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