jueves, 11 de enero de 2024

QUEDA LIMPIO

 Mc 1,40-45

En aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
«Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo:
«Quiero: queda limpio.»
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente:
«No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio.»
Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.

QUEDA LIMPIO
En tiempos de Jesús la lepra era una enfermedad maldita de la que huían todos. Se relacionaba con la infidelidad personal.
Nosotros sabemos que no hay causa efecto entre enfermedad física y fidelidad. Y eso fue lo que quiso decirnos Jesús.
Tengamos sana el alma, seamos fieles a Dios. 

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