viernes, 6 de septiembre de 2024

LOS FARISEOS Y LOS ESCRIBAS

 Lc 5,33-39

En aquel tiempo, los fariseos y los escribas dijeron a Jesús:
«Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber».
Jesús les dijo:
«¿Acaso podéis hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán en aquellos días».
Les dijo también una parábola:
«Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque, si lo hace, el nuevo se rompe y al viejo no le cuadra la pieza del nuevo.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos: porque, si lo hace, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se estropearán.
A vino nuevo, odres nuevos.
Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: "El añejo es mejor"».

LOS FARISEOS Y LOS ESCRIBAS
En tiempos de Jesús todos estaban pendientes de sus palabras: unos, para seguirlas y hacer el bien; otros, para pillarle en cualquier error.
Todos oían y escuchaban con atención, pero lo que cambia es la intención. La bondad o maldad del corazón.
Que siempre tengamos el buen corazón de seguir a Jesús adonde quiera que vaya. 

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