lunes, 15 de marzo de 2021

IV DOMINGO DE CUARESMA. DOMINGO LAETARE

 Jn 3, 14-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios».


RICO EN MISERICORDIA

Hoy es domingo Laetare. Alegría y esperanza. Va pasando el tiempo de Cuaresma y se acerca la Pascua, el paso de Dios, de la Misericordia de Dios por nuestras vidas.

Él es rico en misericordia, nos recuerda san Pablo. Y reparte su riqueza a manos llenas. Solo hay que abrir nuestro corazón para que lo llene.

Ser misericordiosos, apóstoles de la misericordia, ofrecer la riqueza de Dios a todo aquel que quiera llenarse de su Corazón. Eso debería ser nuestra tarea diaria.



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