viernes, 8 de diciembre de 2023

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

 Lc 1,26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, "porque para Dios nada hay imposible"».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.

INMACULADA
Este evangelio nos ofrece mucho que meditar. Celebramos la Inmaculada Concepción de María, celebramos que María fue la "tota pulchra". El Señor está con Ella, no lejano, sino contigo, en ti.
María fue Sagrario, Tabernáculo y nos ofrece a un Dios que nos acompaña y nos sostiene, incluso en nuestra debilidad. María creyó que Dios estaba con Ella, en Ella.
María se llamó a sí misma como "esclava del Señor". Ahí estuvo su grandeza: ser bendición, ser gracia, ser regalo para los demás. Su corazón sencillo e inmaculado enamoró a Dios. 

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