domingo, 5 de mayo de 2024

VI DOMINGO DE PASCUA

 Jn 15,9-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

DIOS ES AMOR
Si hoy tuviéramos que resumir las lecturas de la Eucaristía en una frase, sería esa. Una frase que encierra mucho más de lo que podemos pensar e imaginar de Dios. El apóstol Juan supo concentrarlo en esas tres palabras.
Su obrar con nosotros, es Amor. Su entrega por nosotros, es Amor. Su solicitud para con nosotros, es Amor. Su Voluntad hacia nosotros, es Amor.
El evangelio y aun la misma Biblia se puede resumir en esas tres palabras. Meditemos en ellas porque, al hacerlo, solo nos reportará cosas buenas. 

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