domingo, 10 de noviembre de 2024

DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO

 Mc 12,38-44

En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía:
«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa».
Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.
Llamando a sus discípulos, les dijo:
«En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

DOS MONEDILLAS
Hoy el evangelio nos da una muestra de solidaridad absoluta. Lo poco, poquísimo que tenía la viuda del evangelio, dos monedillas, dos céntimos, diríamos hoy. Da lo que tiene, el que lo da todo y no lo que le sobra.
Nos da ejemplo de cómo debe ser nuestra entrega, nuestro servicio, nuestra solidaridad y misericordia. No demos de lo que sobra, demos todo y dejemos que Dios acepte todo lo que ofrecemos.
Aunque sea poco, démosle nuestras dos monedillas siempre que las necesite, siempre que alguien las necesite. 

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