martes, 17 de noviembre de 2020

TU FE TE HA SALVADO

 Lc 18, 35-43

Cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le informaron:
«Pasa Jesús el Nazareno».
Entonces empezó a gritar:
«¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!»
Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte:
«¡Hijo de David, ten compasión de mi!»
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó:
«¿Qué quieres que haga por ti?»
Él dijo:
«Señor, que recobre la vista».
Jesús le dijo:
«Recobra la vista, tu fe te ha salvado».
Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios.
Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.

TU FE TE HA SALVADO

Es curioso que el evangelio de hoy, hablando sobre el ciego, acabe diciendo que la fe es lo que salva.

La fe no se ve, pero se siente. La fe no se toca, pero se vive. La fe está presente transversalmente en toda nuestra vida, aunque no nos demos cuenta.

La fe es la que nos salva.


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