domingo, 21 de febrero de 2021

SÁBADO DESPUÉS DE CENIZA

 Lc 5, 27-32

En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y los escribas diciendo a los discípulos de Jesús:
«¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?».
Jesús les respondió:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».


DEJÁNDOLO TODO

Año tras año, vamos dejando situaciones, personas por el camino. Pero nunca será todo.

Quienes lo dejan todo para seguir a Jesús sienten una alegría plena, un lleno en su vida indescriptible.

¿Probamos a ir dejando cosas en nuestra vida que nos impiden seguir a Jesús?



 

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