domingo, 20 de junio de 2021

XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

  Mc 4, 35 40

Aquel día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vamos a la otra orilla».
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre su cabezal.
Lo despertaron, diciéndole:
«Maestro, ¿no te importa que perezcamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar:
«¡Silencio, enmudece!».
El viento cesó y vino una gran calma.
Él les dijo:
«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?»
Se llenaron de miedo y se decían unos a otros:
«¿Pero quién es este? ¡Hasta el viento y el mar le obedecen!»

Y VINO UNA GRAN CALMA

Las lecturas de este domingo nos hablan de un Dios Omnipotente, mandando al mar, al viento; la naturaleza le obedece. En la Biblia el mar representa las fuerzas contrarias a Dios y hoy nos encontramos a Jesús dominando al mar. Los discípulos se sorprenden de que "el viento y el mar le obedecen".

Job, en la primera lectura, nos hace ver que somos criaturas, que estamos inmersos en la naturaleza y aquel que todo lo puede está por encima de todo lo viviente. No somos Dios. Dios solo hay uno,. Y nos ama.

En la barca de la que nos habla el evangelio, significando la Iglesia, es que está al mando es Jesús. Parecía que dormía, pero ejerce su autoridad . Ante las tormentas de la vida, refugiémonos en el puerto de salvación que es la Eucaristía. Y vendrá una gran calma.

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