jueves, 23 de junio de 2016

LES ENSEÑABA CON AUTORIDAD


 Mt 7, 21-29


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Aquel día muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?".
Entonces yo les declararé: “Nunca os he conocido. Alejaos de mí, los que obráis la iniquidad"
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa ; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande».
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas.


EDIFICAR SOBRE ROCA


En nuestra vida y nuestra realidad debemos construir, nunca destruir, y construir con una base firme. Esta base, para los cristianos, es indudablemente, Cristo. 

Cristo es nuestra Roca, nuestro cimiento firme, el que nunca falla, nuestro fundamento. Podemos edificar nuestra vida sobre arena, pero se hundirá tarde o temprano.

Debemos discernir qué queremos para nuestra vida y nuestra realidad, roca o arena. Pensemos qué proyecto de vida quiere Dios para nosotros y decidamos en consecuencia. 



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