Lc 15, 3-7
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y a los escribas esta parábola:«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una, de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra?
Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: "¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido". Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».
EL CORAZÓN DE JESÚS
En la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, de tanto arraigo en España, el evangelio de Lucas nos ofrece la parábola de la oveja perdida.
Y es que al Corazón de Jesús siempre le podrá más la oveja perdida y necesitada que las noventa y nueve que están en el redil. Su Corazón está lleno de amor y está deseando volcar ese amor en nosotros.
¿Y nosotros? ¿Estamos dispuestos a acoger ese amor? Nuestro Buen Dios derramando amor y nosotros muchas veces perdidos entre los entresijos de una vida sin esencia. Su Corazón de Amor, Padre, Amigo, Hermano... su Corazón de amor nos abraza. Dejémonos abrazar por ese Corazón sin igual.
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