jueves, 28 de mayo de 2020

GUÁRDALOS EN TU NOMBRE


Jn 17, 11b-19

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo:
«Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para tengan en sí mismos mi alegría cumplida.
Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno.
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo para que también ellos sean santificados en la verdad».

ASÍ LOS ENVÍO TAMBIÉN

Jesús nos dice que de la misma forma que el Padre le envió, así nos envió a nosotros. Nuestra misión también es dar a conocer al Padre, a Él. al Amor.

Enviados a un mundo, muchas veces, que ignora quién es Jesucristo o quiere ignorarlo conscientemente. 

Por eso, nuestra misión es tan importante, aquella que nos encomendó: ser santificados en la verdad.


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