domingo, 22 de mayo de 2022

VOSOTROS, LOS SARMIENTOS

 Jn 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

VOSOTROS, LOS SARMIENTOS

Nosotros estamos vinculados a la Vid, la Vid que es Jesús. Siempre a Él, siempre con Él, siempre para Él.

Los sarmientos dependen de la vid así como nosotros dependemos de Jesús. Él, que siempre nos sostiene, que siempre nos alimenta.

Vid, Vida, alimento y sustento. Ese es Jesús para nosotros, sus sarmientos. 

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