miércoles, 8 de septiembre de 2021

LA MANO DERECHA PARALIZADA

 Lc 6, 6-11

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar.
Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.
Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él conocía sus pensamientos y dijo al hombre de la mano atrofiada:
«Levántate y ponte ahí en medio».
Y, levantándose, se quedó en pie.
Jesús les dijo:
«Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?».
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo:
«Extiende tu mano».
Él lo hizo y su mano quedó restablecida.
Pero ellos, ciegos por la cólera, discutían qué había que hacer con Jesús.

LA MANO DERECHA PARALIZADA

Que nunca nos paralicemos, Jesús. Que siempre tengamos la conciencia tranquila y serena por hacer tu Voluntad.

Que nunca se paralice nuestra mano derecha para que siempre tenga algo que dar y no lo sepa nuestra mano izquierda.

Que nunca se paralice nuestro corazón. 

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