miércoles, 8 de septiembre de 2021

VENÍAN A OÍRLO

 Lc 6, 12-19

En aquellos días, Jesús salió al la monte a orar y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Después de bajar con ellos, se paró en un llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

VENÍAN A OÍRLO

En tiempos de Jesús iban a oírlo toda clase de personas. Les interesaba lo que decía, para disfrutarlo o para criticarlo.

Iban a oírle. ¿Cuántas veces vamos nosotros a oírle? ¿Y escucharle? la oración debe ser un espacio diario de escucha.

Oigamos a Dios, oigamos todo lo que nos tenga que decir. El amor no se cansa de escuchar a la persona que se ama.

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