viernes, 21 de enero de 2022

HABÍA CURADO A MUCHOS

 Mc 3, 7-12

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea.
Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón.
Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío.
Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.
Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él, y gritaban:
«Tú eres el Hijo de Dios».
Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

HABÍA CURADO A MUCHOS

Es el Salvador, el sanador, el que cura toda dolencia y enfermedad. Cargó con nuestras dolencias, como dijo Isaías.

Sobre Él recae el peso del mundo y, aun así, nos cura, nos sana, nos perdona de todo aquello que supone un peso en nuestras vidas.

Pidámosle salud, del cuerpo y del alma, y seamos sus compañeros compartiendo la cruz, como hizo el Cireneo.

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