sábado, 29 de enero de 2022

ROGAD AL DUEÑO DE LA MIES QUE ENVÍE OBREROS

 Lc 10, 1-9

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”.
Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed los que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”».

ROGAD AL DUEÑO DE LA MIES QUE ENVÍE OBREROS

Esa petición sigue vigente después de tantos siglos. La mies sigue necesitando obreros. Y el que los puede enviar es el Señor. 

El Dueño, aquel que nos cuida, nos enviará a aquellos que necesitemos para seguir siendo fieles, para seguir enseñándonos a llegar al Corazón de Dios.

Rogad a ese Dueño para que los envíe,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.