jueves, 23 de noviembre de 2017

CASA DE ORACIÓN

 Lc 19, 45-48
En aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Escrito está: "Mi casa será casa de oración"; pero vosotros la habéis hecho una "cueva de bandidos"».
Todos los días enseñaba en el templo.
Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían que hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.

PENDIENTE DE ÉL, ESCUCHÁNDOLO
Cuando Jesús echó del templo a los vendedores, los escribas y fariseos no pudieron echarle mano porque el pueblo entero estaba pendiente de él.
Nosotros, al igual que ellos, debemos estar pendientes de Jesús, de sus cosas, que son las cosas de Dios para que el Reino llegue.
Y escuchándolo en nuestros ratos de oración, en la intimidad del silencio habitado, en el que todo lo llena Él. Escuchar todo lo que tenga que decirnos y vivirlo. 


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