lunes, 6 de noviembre de 2017

VENID

 Lc 14, 15-24
En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: «¡Bienaventurado el que coma en el reino de Dios!»
Jesús le contestó: «Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó a su criado a avisar a los convidados: "Venid, que ya está preparado".
Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo: "He comprado un campo y necesito ir a verlo. Dispénsame, por favor".
Otro dijo: "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor."
Otro dijo: "Me acabo de casar y, por ello, no puedo ir."
El criado volvió a contárselo a su señor. Entonces el dueño de casa, indignado, dijo a su criado: "Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos".
El criado dijo: "Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio".
Entonces el señor dijo al criado: "Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se llene mi casa."
Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete».

EXCUSARSE
En la parábola de hoy Jesús se queja de alguna manera de todas las excusas que ponemos a sus invitaciones al banquete.
Y, en verdad, muchas veces le ponemos excusas muy pobres para no asistir a sus invitaciones. ¡Y su banquete es el mejor al que nos van a invitar!
Procuremos asistir al banquete eucarístico siempre que tengamos ocasión. Su Cuerpo y Sangre nos darán la paz y la misericordia que el mundo necesita.


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